En los últimos meses conceptos como inflación, tipos de interés o volatilidad han copado nuestro día a día. El contexto actual, acelerado por la irrupción de la pandemia, nos ha enfrentado a numerosos retos tanto a nivel individual como colectivo, y nos ha hecho replantearnos, entre otros, nuestros modelos tradicionales. Los efectos económicos han supuesto un gran desafío para millones de personas a nivel global y, para hacer frente a los diferentes retos, necesitamos una ciudadanía formada, comprometida, responsable, inteligente, competente, y consciente.
Este cambio de paradigma en el que predomina la incertidumbre ha evidenciado -más que nunca- la necesidad de promover la educación financiera desde edades tempranas como motor para ayudarnos a sortear los momentos de crisis económica. En este sentido, el espíritu crítico y el interés por los conocimientos financieros son dos grandes aliados para generar un cambio de conducta que nos permita construir un futuro próspero.
Más allá de poder aplicar el conocimiento en un negocio, se trata de una imperiosa necesidad que tendremos a lo largo de nuestra vida para comprender la naturaleza cíclica de la economía, tanto a nivel personal como profesional. El futuro se presenta lleno de retos financieros y la capacidad de entender, por ejemplo, cómo se materializa en nuestros bolsillos una elevada inflación o las subidas de tipos de interés, será crucial para ayudar a los ciudadanos a enfrentarse a su día a día.
Asimismo, es fundamental adquirir habilidades que nos permitan gestionar de forma adecuada las finanzas personales con miras al futuro. Con ello evitaremos riesgos como el endeudamiento a largo plazo o la erosión en los ahorros, además de administrar de forma más eficiente los recursos financieros disponibles, que en muchos casos serán inferiores en tiempos de recesión.
En línea con nuestro compromiso con las personas y con la sociedad, desde Caja de Ingenieros hacemos una clara apuesta por conseguir un mundo más justo y libre, con ciudadanos bien formados. Por este motivo colaboramos e impulsamos diferentes iniciativas destinadas a la formación sobre una gran diversidad de ámbitos como la ingeniería o la sostenibilidad y por supuesto las finanzas.
Así, si bien la concienciación acerca de la importancia del ahorro como una medida de prevención ha incrementado con el paso de los años, lo cierto es que en nuestro país aún falta mucho por aprender para generar una cultura financiera integrada en la sociedad. Para ello, debemos alentar a la formación financiera desde edades tempranas con el fin de que los ciudadanos puedan tomar decisiones de manera libre, consciente e informada y, para así, en definitiva, avanzar como sociedad.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables “Educación Financiera”, en colaboración con CECA, Funcas y el WSBI (IMCA).