Plan International, organización humanitaria que trabaja por los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas, ha activado su respuesta de emergencia para atender a las víctimas de los terremotos que han sacudido la zona fronteriza entre Turquía y Siria la madrugada del 6 de febrero.
Desde Plan International, manifiestan su preocupación por las consecuencias que otra crisis más tendrá para los niños, las niñas y sus familias. Las escuelas están cerradas y dan cobijo a quienes han perdido sus hogares, lo que deja a los niños, niñas y adolescentes sin sus marcos de apoyo y espacios de protección habituales.
La experiencia de anteriores desastres demuestra que los niños, especialmente las niñas, las mujeres y las familias más pobres, son las más expuestas al riesgo de explotación en una catástrofe como un terremoto. Las mujeres y los niños que se encuentran en la zona afectada corren el riesgo de sufrir explotación y abusos si vuelven a verse desplazados. La protección y la seguridad de la infancia, sobre todo de las niñas, debe ser una prioridad.
La organización pretende dar una respuesta humanitaria en dos fases: una primera para abordar las necesidades urgentes de refugio, abrigo, agua y alimentos; y una segunda fase, a través de sus socios, evaluando las necesidades y prestando ayuda a las familias, incluyendo protección y apoyo psicosocial.
Esta catástrofe se produce en un momento en que la población del noroeste de Siria ya estaba luchando por sobrevivir, tras años de conflicto, colapso económico, un brote de cólera y condiciones invernales gélidas. Incluso antes de esta crisis, muchas personas ya habían sido desplazadas en múltiples ocasiones y tenían un acceso limitado a la asistencia sanitaria. Ahora, los equipos de rescate internacionales tienen dificultades para llegar a las comunidades sirias afectadas.
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