El pasado 26 de enero, Ayuda en Acción y el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) presentamos el informe Cambio climático, juventud y movilidad humana en la zona de Arsi, Oromía, Etiopía. Este trabajo ha venido a demostrar que el cambio climático es un factor de empuje para que su población decida sobre su futuro. En concreto, para que decida si migrar o no.
El trabajo ha estado centrado en la población más joven, personas de entre 15 y 34 años. Para Ayuda en Acción, es fundamental tener en cuenta la voz de la juventud por varios aspectos. Por una parte, en muchos de los contextos en los que trabajamos representan un elevado porcentaje de la población; segundo, por ser un grupo que muchas veces se encuentra en una situación de especial vulnerabilidad por tener menor acceso a recursos y a espacios de toma de decisiones; y tercero, por el papel que juegan en el diseño de políticas de cara al futuro. Su implicación en determinadas políticas determinará en gran medida el nivel de éxito de las mismas y su grado de consolidación.
Etiopía tiene una población juvenil muy elevada. 60 millones de personas jóvenes entre 15 y 34 años – cinco veces más jóvenes de los que tiene España-. Además, el 82% de esta población joven etíope habita en las zonas rurales, fuertemente vinculadas a la ganadería y la agricultura. Tienen altas tasas de abandono escolar y pocas habilidades para adaptarse a los cambios que supone la emergencia climática.
La población joven es protagonista, muchas veces a su pesar, de uno de los aspectos en los que se centra el informe: los fenómenos migratorios
Sobra decir que el cambio climático es una realidad innegable. Algo que hace evidente el estudio es que la población de Arsi (Etiopía) no necesita registros históricos ni análisis científicos para sentir que la emergencia climática está limitando sus opciones de vida. La población en general, y la población joven en concreto, es plenamente consciente del cambio climático y de cómo está agravando la situación de vulnerabilidad en la que viven. Saben que viven en una zona de tierra fértil pero que, debido a la modificación en los períodos de cosechas, las sequías, las lluvias erráticas… la producción de alimentos ha disminuido y la agricultura de subsistencia en la que basaban su día a día ya no es suficiente para sobrevivir.
El cambio climático es un factor de empuje para migrar
Así, el cambio climático se convierte en un factor de empuje para que la población de Arsi abandone su comunidad. Esta es la principal conclusión del estudio. Claro está que existen otros factores con los que el cambio climático interactúa y se entrelaza. Por supuesto, las migraciones se producen en un contexto de complejidad, pero el cambio climático agrava crisis preexistentes de pobreza, violencia o escasez de servicios, entre otros.
Ante este agravamiento de su situación, las poblaciones recurren a distintas prácticas de supervivencia. Algunas, como la tala de leña, puede incluso tener un impacto negativo en el cambio climático, agravando la problemática a medio y largo plazo. Pero lo inmediato prima sobre lo importante, no por falta de conocimiento sino por falta de opciones. Y en esta pérdida de opciones, la migración se convierte en ocasiones en el último recurso de adaptación y supervivencia.
Mujeres y niñas, las más vulnerables
Todas las crisis tienen un efecto diferenciado, por no decir más negativo, en mujeres y niñas. La crisis climática y las migraciones no son una excepción. Esta diferenciación de género se hace patente en los testimonios de las jóvenes participantes en el estudio, que manifiestan como, ante la escasez alimentaria, siguen siendo las mujeres y las niñas las últimas en tener acceso al alimento dentro de los hogares.
La falta de agua es otra de las diferencias que señalan, tanto por el acceso a la misma, como por el uso, comentando por ejemplo las diferencias entre hombres y mujeres en la necesidad de higiene corporal en momentos como la menstruación. También era identificada esta desigualdad al hablar de los procesos migratorios, describiendo cómo se sentían en una situación especialmente vulnerable tanto en la toma de decisiones al enfrentar la decisión de migrar o no, como en los procesos mismos de desplazamiento.
Si un proyecto migratorio fracasa, los y las afectadas suelen sufrir graves impactos físicos y psicológicos
La edad es otro elemento que condiciona la decisión de migrar. En contra de lo que muchos puedan pensar, migrar no suele ser un proyecto personal de las y los jóvenes en busca de una vida mejor. Antes bien suele ser un proyecto familiar, una opción para conseguir recursos que posibiliten la supervivencia de la familia y que hace recaer en la población joven una responsabilidad que es grupal. Así la responsabilidad que asumen es muy fuerte. Si por lo que sea el proyecto migratorio fracasa, el impacto no solo físico (muchas veces sufren violencia durante el proceso), sino también psicológico debido a la sensación haber defraudado y dañado a los suyos, son generalizados.
La adaptación es crucial para la supervivencia de las comunidades
Más allá de este informe, debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad frente al cambio climático. Aunque son muchos los acuerdos internacionales y cumbres que abordan esta problemática, en la práctica no se ha tratado convenientemente ni a tiempo. Es por eso que hemos llegado a un punto en el que la adaptación a los cambios que ya se están produciendo es crucial para la supervivencia de las comunidades. En este sentido, también es importante definir responsabilidades. No podemos hacer a las poblaciones locales de Etiopía o de cualquier otro lugar, únicas responsables de los efectos que el cambio climático tiene sobre sus vidas.
Ayuda en Acción trabaja en y con la comunidad demostrando que existen opciones para que la juventud no se vea forzada a migrar. Trabajamos con la población más joven para que aumenten sus conocimientos y su formación, también en habilidades de liderazgo y financiación y les apoyamos económicamente para la puesta en marcha de pequeños negocios. Nuestro objetivo es que la migración no sea el último recurso de adaptación y supervivencia, sino una decisión libre y personal.
La importancia de trabajar con la población local
Además, este informe ha sido muy importante para Ayuda en Acción. Principalmente por dos aspectos. Primero, por lo que supone una colaboración de este tipo entre una ONG de desarrollo y un centro de estudio como el IECAH. La colaboración entre las organizaciones que estamos en terreno y los centros de estudios es fundamental para mejorar el trabajo en cooperación. Segundo, por la importancia de tener en cuenta a la población local. Es fundamental contar con datos que estén conectados con la realidad de las personas que están en situación de vulnerabilidad. Solo así podremos diseñar y ejecutar programas de desarrollo que realmente funcionen. No necesitamos que la población local “se apropie” de los proyectos, necesitamos que sean suyos desde la misma definición.