Hastings School, centro de educación internacional británica de la Comunidad de Madrid, está trabajando para convertirse en el primer colegio neutro en carbono de Madrid. Con el fin de mitigar el impacto de su huella de carbono y reforzando su compromiso medioambiental, el colegio Hastings, quien en 2021 producía aproximadamente 896 toneladas de emisiones de CO2 en sus seis edificios, ha puesto en marcha un proyecto junto con toda su comunidad, para seguir trabajando en reducir las emisiones, y a la vez, para compensar la cantidad de emisiones que genera.
Financiación de más de 14.000 euros
El proyecto, para el que se estima una financiación de más de 14.000€ y que se ha presentado esta misma semana, prevé recaudar la totalidad de los fondos gracias a las diferentes actividades escolares y eventos, que se llevarán a cabo a lo largo de los próximos meses, para toda la comunidad Hastings.
A través de la plataforma de las naciones unidas Carbon Neutral Now, RIPPLE África ha sido la organización benéfica seleccionada por el colegio para apoyar con esta financiación. El objetivo es cubrir los costes de las estufas de cocina eficientes que sean necesarias para reducir la emisión de carbono, la deforestación y la prevención de enfermedades respiratorias en Nkhata Bay, Malawi. Con la puesta en marcha de este proyecto, el colegio prevé compensar sus emisiones de carbono hasta convertirlas en 0.
Esta no es la única iniciativa llevada a cabo por el colegio para mitigar el impacto del CO2 de la atmósfera y frenar el calentamiento global. El pasado mes de noviembre, junto con la organización Plántalo.org y con el apoyo de su comunidad, concluían con su reto de plantar un bosque con más de 800 árboles.
Del mismo modo, hace unos meses trabajaron en la instalación de 119 placas solares en diferentes edificios del centro (Paseo de Habana, Bendición de Campos, Sobradiel y Azulinas), quienes tenían como objetivo generar la electricidad necesaria para cada uno de los edificios.
En palabras de Neil Tetley, director de Hastings School: “Aunque aún queda mucho por hacer, se pueden observar tendencias prometedoras en todos los edificios escolares del colegio, que muestran una reducción en el uso de la energía y en la cantidad de residuos físicos que se están produciendo. Seguiremos trabajando en estas prácticas para conseguir mitigar el impacto del CO2 lo máximo posible”.
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