Desde su visión como empresa consultora, ¿cómo ha evolucionado el desarrollo de buenas prácticas socialmente responsables por parte de sus clientes a lo largo de los últimos años?
La evolución ha sido lenta. A día de hoy las empresas saben que es un hecho voluntario y, por tanto, lo han ido posponiendo hasta un mejor momento. La coyuntura actual, con la incertidumbre económica a la que se enfrentan las empresas de cara a los próximos años, consideramos que mantendrá el nivel de desarrollo de estas prácticas a un ritmo todavía lento.
¿De qué manera fomenta entre los clientes que asesora el desarrollo de buenas prácticas socialmente responsables?
Lo hacemos principalmente a través de acciones de divulgación, educándoles en los beneficios de la implementación de estrategias de RSC. Hacemos hincapié en que las buenos prácticas socialmente responsables mejoran la imagen, generan oportunidades de negocio, propician una mejor conexión con el consumidor, hacen que el negocio sea más sostenible, reducen los costes de producción y, sobre todo, incrementan la credibilidad de la empresa.
Hemos estado hablando hasta ahora de su papel como asesores a otras compañías, pero a nivel interno, ¿qué medidas en materia de gestión responsable están implementando?
Estamos incrementando el nivel de cursos de formación, buscando la excelencia para una mejor competitividad en el mercado.
De cara al medio y largo plazo, ¿qué retos y desafíos en materia de gestión responsable han identificado?
Mejorar el bienestar laboral, minimizar el impacto ambiental e incrementar la ética empresarial.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: El impulso de la RS en la Consultoría española, de la mano de AECEM (Asociación Española de Consultores de Empresa).