Recientemente, celebramos en Madrid el II Congreso de AECEM (Asociación Española de Consultores de Empresa), entidad que presido y que agrupa a consultores de empresas de toda España. Bajo el lema “Unidos para avanzar”, debatimos sobre los principales retos del sector de las asesorías y despachos profesionales y, también, nos preguntamos cuál es el verdadero papel que juega el asesor-consultor en el ejercicio de las pymes, más aún, frente a una situación de importantes cambios y nuevas regulaciones.
Indudablemente, el asesor-consultor se ha convertido en una pieza clave en el desarrollo de las pymes, las cuales se han visto envueltas en un escenario protagonizado por la inflación, una recesión económica cada vez más cercana, el encarecimiento de la energía y de las materias primas y la transformación de la empresa hacia un ejercicio sostenible y digital que le permita ganar competitividad.
Como profesionales divulgadores y conocedores de la realidad de las pymes a las que asesoramos, así como de las normativas y desafíos del tejido empresarial en el que estas se asientan, tenemos el deber de prevenir y anticipar a las compañías para que sean sostenibles tanto a corto y medio como a largo plazo. Un reciente informe* de pymes y autónomos en España alertaba de una falta de previsión en materia de sostenibilidad, ya que solo el 15,7% de las pequeñas y medianas empresas encuestadas considera que el cambio climático sea un riesgo sistémico que les vaya a afectar seriamente.
Habitualmente, se considera a la asesoría como actor intermediario entre la empresa y la administración porque ofrece orientación en temas fiscales, laborales, mercantiles, pero también en otros relacionados con la inflación, ciberseguridad, regionalización, desarrollo tecnológico o gestión del talento. El asesor además es el que impulsa a la empresa a poner en marcha estrategias de actuación en materia de sostenibilidad e involucrarse en iniciativas sociales o medio ambientales y de buen gobierno, además de activar prácticas sostenibles en su día a día. Es decir, es quien motiva a tomar acciones con impacto o que promuevan el tercer sector, como es el caso de la iniciativa de la Casilla Empresa Solidaria.
Desde nuestro rol de consultor, estamos comprometidos con los Objetivos de la Agenda 2030 y, a través de la asesoría, promovemos el cumplimiento de planes de igualdad (ODS5), de estrategias de gestión eficiente de recursos (ODS7) y el desarrollo de compañías más eficientes y competitivas (ODS8). También, impulsamos la internacionalización, la búsqueda de partners, proveedores o recursos (ODS9), y la adecuada contratación de trabajadores extranjeros (ODS10), entre otros.
En los últimos años, hemos visto cómo las exigencias de las buenas prácticas socialmente responsables son más demandadas y también más comunes en las empresas y, por ende, entre nuestros asociados. Por esa razón, desde AECEM fomentamos la transformación de las empresas a través de la creación de una estrategia integral de sostenibilidad. Somos conscientes que de esta manera impulsaremos el desarrollo responsable de su actividad y aumentaremos la ambición empresarial de los clientes. Y estamos convencidos que la colaboración de empresas y entidades, tanto públicas como privadas, ayuda a avanzar en los retos de la sostenibilidad.
Nuestro día a día con las empresas nos ha permitido detectar que los principales desafíos en materia de sostenibilidad empresarial son la medición del impacto medioambiental y su integración en los procesos de negocio; así como la implantación estratégica de buen gobierno. Para ello, siempre es básico informarse y formarse y descubrir cómo las herramientas tecnológicas pueden ayudar a las empresas a ganar agilidad, eficiencia, reducir la huella de carbono, e implementar soluciones que les permitan asegurar un cumplimiento normativo y ético acorde a las nuevas exigencias. Esta son algunas de las demandas más habituales que se están exigiendo ya a las pymes.
En definitiva, AECEM anima y fomenta a las asesorías y a las empresas a que sean socios responsables, cumpliendo las regulaciones y promoviendo la RSC puesto que los beneficios que genera la adopción de prácticas y políticas sostenibles afectan a la reputación empresarial y satisfacción de los clientes.
En el contexto en el que nos encontramos, las empresas no pueden asumir la sostenibilidad como un factor externo a su estrategia empresarial. Hoy, es un pilar necesario y fundamental en cualquier pequeña o mediana empresa y es palanca de competitividad empresarial. A pesar de ser un momento de múltiples desafíos, debemos actuar con planificación y anticipación de riesgos, para reducir al máximo la improvisación y mantener la sostenibilidad y el futuro de nuestro valioso tejido empresarial español.
* Informe Hiscox de pymes y autónomos en España
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: El impulso de la RS en la Consultoría española, de la mano de AECEM (Asociación Española de Consultores de Empresa).