Los datos se han convertido en los aliados perfectos de las organizaciones, de la sociedad y de los líderes para tomar las decisiones correctas. Los números son claros y demuestran que existe mucho por hacer para vencer la inequidad de género que se presenta en Colombia y en el mundo.
Desde Kantar IBOPE Media hemos sido una organización muy consciente de la necesidad de aportar a la sostenibilidad, no solo en Colombia sino a nivel mundial; le apostamos al trabajo hibrido, permitiendo que las personas no estén en su oficina tres días a la semana o más si es necesario, y así reducir el número de desplazamientos minimizando la huella de carbono por movilidad.
Entrando al detalle del trabajo por nuestras mujeres, tenemos un contexto muy positivo: en la actualidad aplicamos una medición a través de una organización llamada Aequales, que nos permite conocer en qué nivel están ellas dentro de la organización con el fin de potenciar su liderazgo desde sus diferentes roles.
No hay duda, es imperativo que la mujer tenga un papel completamente predominante, sin importar el rol específico que desempeña. Desde la compañía, cuando hacemos procesos, enfatizamos para desarrollarlos de forma abierta, sin importar el género: tenemos bastantes colaboradoras que desempeñan cargos importantes donde es necesario el liderazgo.
Durante mis ochos años siendo la cabeza de Kantar IBOPE Media me he convencido -día tras día- que hemos logrado cambios para dar más visibilidad a la mujer, sobre todo cuando se trata de empoderar en asuntos de liderazgo, no solo por el hecho de ser mujeres, sino por las capacidades, aptitudes y actitudes, la calidad de perfiles y la experiencia así lo acreditan.
Claramente, son varios los retos que hay por superar aún; hay que diseñar y planear ámbitos pensados –realmente- en la mujer, para aprovechar su capacidad de liderazgo en proyectos, obteniendo KPI’s importantes, llevando a sus equipos a las metas, con focos claros de los procesos y entendiendo que las mujeres tienen una precisión y puntualidad natural para lograr entregar todo tipo de objetivos: financieros, de sostenibilidad, inclusión y diversidad, entre otros.
Está demostrado que cuando una mujer se traza un objetivo con un propósito superior tiene las habilidades innatas para alcanzarlo. Quiero ser clara, esto no significa que los hombres no tengan la capacidad, sino que es diferente la manera de abordar un KPI u objetivo, porque al final la mujer siempre está al cuidado de lo que está pasando con la organización, de las personas que están allí y, a partir de este propósito, logran las metas con otra visión muy particular.
He tenido la oportunidad, como cabeza de la compañía, de formar parte de varias organizaciones de mujeres, por ejemplo, Women in Connection, donde entendemos cuál es ese rol de inclusión de las mujeres dentro del aspecto laboral, para que sean reconocidas por sus capacidades, yendo más allá de cargos técnicos u operativos, y que además pueden hacer que las organizaciones crezcan, aportando a la sociedad.
El rol de la mujer dentro de la sociedad es alto, seguirá ganando relevancia como lo ha hecho en las últimas cinco décadas. Tendremos la fortuna de ver mujeres (en mayor medida) en roles de liderazgo, manejando procesos, teniendo más representatividad, sobre todo rompiendo estigmas y estereotipos en sectores que por cultura, siempre se habían reservado para hombres.
Las cifras poco a poco han ido mostrando cambios reales y tangibles, asimismo vamos a tener una gran cantidad de mentoras y para incentivar a otras a formar parte del cambio, para que inculquen a las nuevas generaciones a seguir generando empatía y creando un mundo más incluyente.
Hay que medir, persistir y liderar, desde nuestro caso, seguiremos midiéndonos con Aequales y revisando, en todo momento, en qué estamos, cuáles son los objetivos, cuáles han sido los cambios, hacia dónde tenemos que seguir trabajando, qué nos falta para lograrlo y cómo seguiremos incursionando en esta evolución de género que hemos tenido para ser cuidadosas en hacerlo de la forma correcta.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables “El rol de la mujer en el desarrollo sostenible: Retos y oportunidades”