Tres años de gira y el firme compromiso de Alejandro Sanz por reducir los residuos plásticos han obrado el milagro: un gran proyecto de reforestación en la Cañada Real de San Juan, en la localidad valenciana de Requena, que lidera la Asociación Reforesta.
La iniciativa comenzó el pasado mes noviembre y ha logrado ya la plantación de 3.600 árboles y arbustos autóctonos con la colaboración de voluntarios y colectivos como la Fundación Asindown, contribuyendo así a aumentar la biodiversidad de especies vegetales en un entorno agrícola. Labiérnagos, encinas, pinos carrascos, madroños, lentiscos, quejigos, sabinas y pinos piñoneros que favorecerán la creación de un corredor ecológico.
En la agenda, una cita importante: el 3 de febrero. Una jornada en la que Reforesta confía en los voluntarios para poder plantar los 300 ejemplares que restan para dar por concluido este ambicioso proyecto impulsado por el artista Alejandro Sanz y la plataforma La Fuerza del Corazón a través del proyecto “Semillas para la esperanza”.
Más que ir de gira, un plan contra los residuos
La gira de Alejandro Sanz en 2019 fue el punto de partida de este proyecto en el que, inicialmente, se buscaba reducir los residuos plásticos sustituyendo los vasos de un solo uso por unos reutilizables. Luego vendrían la gira 2022 y 2023 con el mismo propósito. El resultado: una tonelada menos de residuos de plástico y miles de euros recaudados.
Reforesta fue la asociación beneficiada íntegramente de esos fondos para poner en marcha un plan de reforestación en la Cañada Real de San Juan, en Requena, tierra fronteriza entre Cuenca y Valencia.
Crear un corredor ecológico y luchar contra el cambio climático
Alejandro Sanz, a través de “Semillas para la esperanza”, y Reforesta, junto con sus socios y voluntarios, contribuyen con la plantación de estos 3.900 árboles en la Cañada Real de San Juan (Requena/Valencia) a crear un corredor ecológico para la fauna y para la dispersión de semillas.
El proyecto se ha diseñado de tal manera que distribuye los árboles en doce pequeños bosques-isla, que se encuentran dispersos a lo largo de casi tres kilómetros de la vía pecuaria. Esto mejora la calidad del suelo y del paisaje, pues pone en valor un tramo de Cañada Real perteneciente a la red de vías pecuarias creada en la Edad Media para el tránsito de ganado.
Asimismo, con este plan de reforestación se logra absorber CO2, mitigando así los efectos del cambio climático y se proporciona alimento y refugio a la fauna, mejorando sobre todo la situación de los polinizadores.