Antonio Delgado, CEO de Natac, ha hablado con Corresponsables sobre cómo su compañía combina innovación y sostenibilidad en la producción de ingredientes naturales como extractos vegetales y aceites funcionales. Con un modelo basado en la economía circular y la colaboración con comunidades rurales, Natac busca avanzar hacia una industria limpia y sostenible.
En esta entrevista, Antonio Delgado comparte los desafíos y logros en su camino hacia la neutralidad en carbono, su impacto social y económico en las comunidades en las que operan, y el desarrollo de proyectos que promuevan un impacto positivo tanto en el medioambiente como en la sociedad.
¿Qué labor desarrollan en Natac, y cómo integran su compromiso con la sostenibilidad en las decisiones estratégicas y operativas de la compañía?
Somos una empresa dedicada a la investigación, desarrollo, fabricación y comercialización de ingredientes saludables de origen natural, principalmente extractos de plantas y aceites funcionales omega 3. Desde nuestros inicios, la sostenibilidad ha sido un pilar fundamental en nuestro modelo de negocio. Obtenemos materias primas que procesamos de manera totalmente natural y física, extrayendo principios activos beneficiosos para la salud de alto valor añadido. Posteriormente, se devuelven al campo, completando un ciclo que refuerza nuestro compromiso con el medio ambiente.
Han establecido un objetivo de neutralidad en carbono. ¿Qué desafíos han enfrentado en este camino y cuáles son los próximos pasos para lograrlo?
Hemos trabajado intensamente para alcanzar este objetivo. Nuestro enfoque ha sido crear un proceso circular donde obtenemos materias primas, extraemos el valor añadido en forma de ingredientes saludables y, posteriormente, las devolvemos al campo, minimizando así el impacto ambiental.
Uno de los principales retos ha sido encontrar materias primas de proximidad. Esto ha requerido adaptarnos para reducir el transporte y, con ello, la huella de carbono asociada. Además, trabajamos con productos derivados de la agroindustria, como sidra, zumo de manzana o tomate frito, integrándonos en sus procesos industriales sin añadir intervenciones adicionales. Extraemos el principio activo necesario y aseguramos que el resto vuelva al campo.
Nuestro siguiente paso es avanzar hacia un proceso completamente autosostenible, en el que incluso la energía que utilizamos provenga de nuestras propias plantas. La parte leñosa de los productos que procesamos se utilizará como fuente de energía renovable, con el objetivo final de alcanzar emisiones netas cero, un compromiso que hemos destacado en nuestra página web y que marca nuestra visión para el futuro.
Este proyecto busca revolucionar la producción de extractos vegetales. ¿Qué impacto esperan que tenga en la industria y qué resultados han logrado hasta ahora?
Nuestro objetivo es convertirnos en una referencia mundial en la extracción de plantas, y la Unión Europea ya ha reconocido nuestro modelo otorgándonos una subvención específica para su industrialización. Este modelo aspira a ser un referente no solo en Europa, sino también a nivel global en el ámbito de la extracción vegetal.
El núcleo de nuestra propuesta es un modelo de economía circular y aprovechamiento total de la planta. Actualmente, de cada kilo de planta obtenemos una media de 300 gramos de producto final, pero nuestro objetivo es alcanzar los 700 gramos, devolviendo los restantes 300 gramos al campo para fomentar el crecimiento de nuevas plantas. Este enfoque no solo maximiza la eficiencia, sino que también refuerza nuestro compromiso con la sostenibilidad y el impacto positivo en la industria.
Han implementado sistemas de recirculación que les permiten reutilizar hasta el 80% del agua en sus procesos. ¿Cómo han afectado estas prácticas a su eficiencia operativa?
Ha sido fundamental para nuestra operación. En algunos extractos que hemos llevado al mercado, logramos una media del 80% de recirculación de agua. Además, hemos tenido casos donde el consumo de agua pasó de 100 metros cúbicos diarios, una cifra desmesurada, a solo 3 metros cúbicos, lo que resulta perfectamente asumible.
Esta optimización no solo ha mejorado nuestra eficiencia operativa, sino que también nos ha permitido sacar al mercado productos en un formato totalmente sostenible. Sin este tipo de prácticas, habría sido prácticamente imposible alcanzar este nivel de sostenibilidad.
Su apuesta por la digitalización ha sido notable. ¿Qué tecnologías han sido clave para mejorar la sostenibilidad en sus procesos productivos?
Nuestro modelo, en esencia, sigue siendo muy manual, ya que trabajamos con materias primas como plantas o aceite de pescado, que son intrínsecamente variables. Esta variabilidad depende de factores como el año, el cultivo o la región, lo que nos plantea el reto de garantizar que el producto final sea siempre homogéneo.
Esto es crucial porque el consumidor espera resultados consistentes. Por ejemplo, alguien que toma una pastilla de valeriana para dormir quiere que tenga el mismo efecto cada vez, independientemente de las variaciones en la materia prima.
Para abordar este desafío, hemos trabajado en modelizar esa variabilidad de las materias primas. Implementamos sistemas de escala en la producción que nos permiten, con la menor intervención humana posible, homogenizar el producto final. Este enfoque asegura que, a partir de materias primas variables, obtenemos productos estandarizados y de alta calidad, cumpliendo con las expectativas del consumidor y optimizando nuestros procesos productivos.
Más del 50% de su equipo proviene de zonas rurales. ¿Qué impacto social y económico ha tenido su enfoque en revitalizar estas comunidades?
Es una de las cosas que más orgullo me produce. Poder establecer una industria completamente limpia en el campo es algo que me da mucha satisfacción personal. Hemos logrado que funcione, y tenemos plantas en zonas rurales como Hervás en el norte de Cáceres, y también en Galicia, donde operamos nuestra planta de aceite.
La mayor parte del personal proviene de las comunidades cercanas, lo que ha demostrado ser una gran ventaja. El empleo industrial tiene una estabilidad mucho mayor que el empleo en sectores como el de servicios, lo que contribuye significativamente a la fijación de población en estas áreas.
Además, hemos desarrollado nuestras plantas con un enfoque en la sostenibilidad y la adaptación al entorno rural. Nuestras instalaciones no generan emisiones, lo que permite preservar el entorno natural. Esto ha sido muy bien recibido por los vecinos, quienes están contentos de que nuestras operaciones respeten tanto el medioambiente como las características turísticas de estas zonas. Creemos firmemente que este modelo de industria limpia es hacia donde todos deberíamos avanzar.
Con un 60% de mujeres en el comité de dirección y una política de igualdad en desarrollo, ¿qué retos han enfrentado al implementar estas medidas y qué logros destacan?
La verdad es que el mayor reto ha sido, en el mejor sentido, no hacer nada. ¿Qué quiero decir con esto? No hemos implementado medidas específicas para alcanzar estas cifras, simplemente hemos seguido una política basada en el mérito y la capacidad. Por ejemplo, si me preguntas cuántos rubios hay en el comité de dirección, no sabría responderte. Lo mismo ocurre con la composición por género.
Actualmente, el 60% del comité de dirección son mujeres y el 40% hombres. No ha sido algo forzado, sino el resultado natural de seleccionar a las mejores personas para los roles que desempeñan. Por eso, no hemos enfrentado retos específicos, ya que siempre hemos dejado que el mérito y la capacidad sean los factores decisivos.
Es una política que ha funcionado y en la que seguiremos confiando. Creemos que, al centrarnos en las habilidades y competencias, logramos construir un equipo sólido y equilibrado.
¿Cómo garantizan que sus proveedores compartan sus valores de sostenibilidad?
Garantizar que nuestros proveedores compartan nuestros valores de sostenibilidad es fundamental para nosotros. En muchos casos, trabajamos directamente con el campo, colaborando estrechamente con los agricultores en decisiones como dónde plantar y cuáles son las mejores zonas para el cultivo. Incluso hemos llegado a plantar entre las hileras de las plantaciones ya existentes, asegurando así un uso eficiente y sostenible de la tierra.
Además, estamos desarrollando proyectos innovadores, como una colaboración con el Grupo Enel en España e Italia, donde estamos implementando cultivos entre las hileras de plantas fotovoltaicas. Esto no solo previene la erosión del suelo, sino que también optimiza su uso al añadir plantaciones que beneficien al medioambiente.
Por otro lado, todos nuestros proveedores pasan por un riguroso proceso de validación. En este proceso evaluamos si las plantas provienen de cultivos sostenibles y si los modelos de plantación cumplen con nuestros estándares de sostenibilidad. Esta metodología nos permite asegurarnos de que toda nuestra cadena de suministro esté alineada con nuestro compromiso ambiental.
¿Cuáles van a ser sus próximos pasos en materia ESG?
Creemos firmemente que el avance de la sociedad y la industria debe basarse en un modelo cooperativo con las zonas rurales, promoviendo una sostenibilidad que no solo sea medioambiental, sino también económica. Si el modelo no es sostenible económicamente, la industria desaparece. Por eso nos estamos esforzando en construir un sistema que combine el entorno rural, el aprovechamiento eficiente de la materia prima y un enfoque circular.
Un ejemplo claro de este enfoque es nuestra colaboración con la industria del zumo de manzana. El mercado demanda zumos claros, libres de turbidez. Nosotros nos integramos en el proceso productivo extrayendo los polifenoles que generan esa turbidez, que para nosotros tienen un gran valor añadido. Al mismo tiempo, resolvemos un problema para el productor, ya que estos polifenoles, si se añaden al compost, pueden disminuir su efectividad. Así, logramos un beneficio mutuo en toda la cadena: el fabricante mejora su producto, nosotros obtenemos un ingrediente valioso y evitamos un impacto negativo en el compostaje.
En términos de gobernanza, buscamos involucrar no solo a nuestro entorno inmediato, sino también a proveedores y clientes en un modelo de industria limpia que priorice la prevención y la mejora de la salud a través de la alimentación. Este enfoque transparente y colaborativo es la dirección hacia la que seguimos avanzando.
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