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Los costes directos de construcción en edificación residencial han subido un 4,2% en 2024, según el Índice de Costes Directos de Construcción de ACR, que se situó en 175,86 puntos. Esta subida refleja no solo el incremento en los costes de materiales y mano de obra, sino también los retos que enfrenta el sector de la construcción para mantenerse sostenible en un entorno económico cada vez más desafiante.
“Entre los factores que han generado esta subida, cabe destacar el coste de la mano de obra, que sigue creciendo, alimentado por la ya conocida escasez de profesionales cualificados y el aumento de la demanda de personal, debido al incremento de nuevas obras iniciadas”, explica Guillermo Jiménez, Director General de ACR. Además, el encarecimiento de materiales clave, como el hormigón, el acero corrugado y los morteros de cemento, está impactando negativamente en los costes totales, poniendo presión sobre la sostenibilidad del sector.
Este aumento de costes llega tras un periodo de estabilidad y evidencia una tendencia a largo plazo que podría comprometer la capacidad de la industria para responder a las crecientes demandas de sostenibilidad y eficiencia. Sin embargo, la construcción industrializada se presenta como una de las alternativas clave para reducir plazos de construcción y mejorar la eficiencia de recursos, contribuyendo a una edificación más sostenible.
Los costes seguirán subiendo en 2025
Es probable que la tendencia ascendente de los costes de construcción se prolongue durante los próximos meses. “Esto se debe, por un lado, a que los precios de las materias primas continuarán subiendo, sin contar con la posible repercusión de las incertidumbres del panorama geopolítico internacional. Por otro, al previsible aumento del arranque de nuevos proyectos, lo que agravará todavía más las tensiones de disponibilidad de personal en ciertas actividades y en los medios necesarios para la ejecución de obras”, ha indicado el director general de ACR. De hecho, en 2024 se visaron más de 127.000 unidades, frente a la capacidad instalada del sector, que se sitúa entre 90.000 y 100.000 viviendas construidas al año.
En este sentido, el directivo ha indicado que la escasez de profesionales no solo tira al alza de los costes sino que ralentiza la construcción de viviendas, en un momento en el que la curva demográfica genera una brecha cada vez mayor entre la oferta y demanda, agravando el problema social de acceso a la vivienda en España. “De ahí la necesidad de incrementar el peso de nuevos proyectos en versión industrializada, que contribuyan a aumentar el número total de unidades ejecutadas al año”, ha subrayado.
La industrialización, clave para una construcción más sostenible, eficiente y adaptable a la alta demanda de viviendas
Una vía para atender las necesidades de esta vigorosa demanda de vivienda en un contexto como el actual es potenciar la industrialización, ya que permite acortar entre un 25% y un 30% los plazos de construcción y, con ello, abarcar un mayor número de proyectos. “Un gran potencial que aún queda lejos, considerando el peso residual que todavía tiene la construcción industrializada en el cómputo global de obras”, ha señalado el director general de ACR.
Además, la industrialización requiere menos personal trabajando in situ, entre un 50% y un 70% menos solo en la fase de estructura y fachada, dependiendo del proyecto. Esto permite sortear el desafío de la escasez de mano de obra al tiempo que se contribuye a atraer a nuevos profesionales a la construcción, ya que la producción se realiza desde fábrica, lo que mejora sustancialmente las condiciones de seguridad, salud y confort y es mucho más inclusiva y diversa. Todo ello, logrando un mayor control de costes y reduciendo los imprevistos, gracias a la construcción off site.
Estamos en un momento de mercado en el que la escasez de mano de obra supone un impacto muy relevante al que se unen otros retos estructurales, como los derivados de la sostenibilidad, que impondrán la industrialización como la opción para hacer viables determinados proyectos. “Por ello, en ACR creemos que la construcción industrial debe ganar protagonismo poco a poco y que es necesario desarrollar una capacidad productiva capaz de atender esa parte de la demanda que la construcción tradicional no puede cubrir”, ha concluido Guillermo Jiménez.
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