La sostenibilidad es uno de los pilares transformadores para BBVA. La apuesta verde del banco pasa por su capacidad de movilizar y canalizar recursos hacia actividades sostenibles, además de por incentivar que empresas y otros agentes económicos tomen decisiones de inversión y producción con criterios ambientales, sociales y de gobernanza. Unas líneas que el banco aplica también en sus propios centros de trabajo para mejorar su capacidad energética y reducir su huella de carbono.
Y la tecnología es un gran punto de partida para la transición ecológica dentro de la propia operativa de las empresas, y en concreto de las entidades financieras. Bajo estas premisas, el banco ha renovado la instalación de climatización del complejo Campus BBVA La Moraleja, sede del banco para la formación de la plantilla, para mejorar la eficiencia energética y reducir las emisiones.
Para ello se ha realizado la sustitución de dos enfriadoras que abastecen a los cuatro edificios del campus por una nueva instalación de levitación magnética que produce agua enfriada de forma centralizada y asegura la demanda térmica requerida por todos los edificios.
La nueva instalación permitirá unos ahorros estimados de 31 MWh al año, lo que supone una reducción anual de 13 toneladas de CO2. El nuevo sistema elimina los rodamientos metálicos con aceite, gracias a la tecnología de levitación magnética que reduce enormemente el ruido y el rozamiento, incrementando además la vida útil de la maquinaria. Los equipos instalados cuentan con los certificados CE y de ecodiseño, en los que queda acreditado el cumplimiento de los requisitos de eficiencia energética estacional y emisiones.
Está actuación ha recibido el apoyo del programa de incentivos para la implantación de instalaciones de energías renovables térmicas en diferentes sectores de la economía de la Comunidad de Madrid, en el marco del plan de recuperación, transformación y resiliencia, financiado por la Unión Europea, Next Generation EU.
Un compromiso a largo plazo
“En BBVA apostamos por las mejores soluciones enfocadas hacia una transición sostenible”, afirma Desirée Granda, responsable global de Inmuebles y Servicios en BBVA. Los centros de trabajo del banco ya cuentan con los más altos estándares de sostenibilidad y “este nuevo desarrollo nos permite avanzar en los objetivos establecidos en nuestro Plan Global de Ecoeficiencia”. Un plan que establece objetivos interanuales enfocados a la reducción de impactos directos hasta 2025, como reducir el consumo de electricidad por empleado un 10%, un 7% el consumo energético total, un 11% el consumo de agua y papel o un 4% los residuos netos.
“La tecnología y la sostenibilidad son dos pilares transformadores básicos para BBVA en toda nuestra actividad, algo que también aplicamos en las mejoras que desarrollamos en nuestras sedes corporativas”, añade.
En 2023, BBVA ha logrado que el 96% de la electricidad consumida por el Grupo en los países donde tiene presencia sea de origen renovable, siendo del 100% en el caso de España. La entidad cerró el pasado año con una reducción de un 82% de las emisiones de alcance 1 y 2 (Market Based) con respecto a 2019, año en el que se establece el dato de partida del Plan Global de Ecoeficiencia. A estas métricas se añaden una reducción del consumo de papel de un 45% por empleado sobre el dato de 2019, del consumo de agua por empleado de un 22% y aproximadamente un 74% del papel que emplea el Grupo está certificado. Además, durante 2023 BBVA ha verificado su huella hídrica bajo las normas ISO 14046: 2014 y el estándar Water Footprint Network para toda la red de inmuebles en España.
Ya en 2024, la entidad financiera ha sido la primera en España en certificar todo su portafolio de inmuebles de uso propio bajo la norma ISO 50001 de eficiencia energética.