Vivimos en la era de la oferta del consumo inagotable, y la economía de suscripción es cada vez más común en estos modelos de negocio. La suscripción no sólo la encontramos en determinados sectores como el entretenimiento, deporte, cultura, sino que llega a otros que están experimentando una gran transformación como es la movilidad.
Cómo un autónomo o pyme puede disponer de un coche
Compra de coche
En 1886, nace la posibilidad de que el usuario pueda comprar un vehículo. Un modelo de negocio que cada año iba ganando más adeptos. Sin embargo, actualmente, la adquisición de un coche es una opción que muchos usuarios cada vez están desestimando más debido a la gran inversión inicial que supone. Aunque es una alternativa para todos los autónomos, cuenta con varios inconvenientes frente a la suscripción que hay que tener en cuenta si se quiere tener un coche en propiedad.
Comprar un coche requiere un largo proceso de adquisición y financiación, así como la devaluación que sufre el vehículo nada más salir del concesionario. Además, con la compra de un automóvil el usuario está atado a un a un mismo modelo aunque su vida cambie de circunstancias, tendrá que adaptarla a su coche y no al contrario.
“Los diferentes servicios de movilidad que se ofrecen hoy en día hacen que los autónomos puedan elegir la opción que mejor se adapte a ellos sin necesidad de tener que disponer de un coche en propiedad”, señala Saúl Alonso, CMO de Bipi. “En estos momentos, sólo el 13% de los autónomos y pequeñas empresas apuestan por el renting o la suscripción de vehículos. Sin embargo, esta es la fórmula preferida del 63% de las grandes empresas gracias a todas las ventajas que ofrece frente a cualquier otro tipo de servicio de movilidad”, añade.
Renting tradicional
En 1920, nace el alquiler de vehículos, que consiste en un contrato de arrendamiento de un vehículo a largo plazo. Con este servicio, el coche es adquirido por la empresa de renting directamente en el fabricante o la concesión, y ésta se lo alquila.
Una de las diferencias que tiene la suscripción con el renting tradicional es que, el renting, tiene un proceso de adquisición más largo, ya que debe ser formalizado a través de una entidad de crédito. Además, el renting tiene una duración mínima de un año de contrato y máxima de cinco con cargos por cancelación. Además, este servicio puede ser contratado por un particular, pero requiere de un tiempo de espera muy largo, a la hora de esperar la validez de la documentación.
Leasing
Pasado el tiempo, en 1960 llega otra de las alternativas para un autónomo: contrato de leasing, con el que el usuario podrá alquilar un vehículo a largo plazo. Entre los principales inconvenientes frente a la suscripción, se encuentra: que el coste financiero del leasing es mayor que el de otras opciones y en el caso de cancelar el servicio, el usuario será penalizado. Además, el leasing no suele incluir servicios adicionales. En definitiva, este servicio supone muy poca flexibilidad al usuario.
Suscripción de vehículos
Y por último, nace una nueva forma de movilidad. En 2017 llega a España la suscripción de vehículos, un modelo de negocio que tiene muchas ventajas para los autónomos y pymes. Empezando porque no tiene ni entradas ni salidas, el usuario sólo abonará una cuota mensual y sin sorpresas. Además, el proceso es ágil y 100% digital.
Otra de las ventajas es que con la suscripción está todo incluído en la cuota mensual: seguro, mantenimiento, ITV, impuestos y asistencia, sin olvidar que tiene una gran flexibilidad ante las necesidades del usuario, pudiendo escoger tanto el kilometraje como la permanencia del mismo.
Hay que destacar que con la suscripción de un vehículo para un autónomo o una pyme el usuario tiene la posibilidad de deducirse la totalidad de la cuota mensual de suscripción en concepto de IRPF o Impuesto de Sociedades. El modelo de suscripción de un vehículo ayuda tanto a autónomos y pequeñas empresas a ahorrar en su negocio.
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