Del 13 al 15 de junio de 2024, el idílico escenario de Borgo Egnazia, en Fasano, Apulia, Italia, fue el epicentro de la 50.ª cumbre del G7. Los líderes de las principales economías del mundo se reunieron con la intención de abordar los desafíos más urgentes del planeta. Aunque la cumbre fue testigo de importantes avances en temas climáticos y sostenibles, también se vio ensombrecida por las tensiones políticas y conflictos internacionales que reflejan un panorama global complejo y turbulento.
Compromisos con la sostenibilidad y transición energética
Uno de los logros más destacados de esta cumbre fue la renovada dedicación a los objetivos climáticos y de sostenibilidad. En un comunicado conjunto, los líderes del G7 reafirmaron su compromiso con el tratado de biodiversidad de la ONU ratificado en 2022 y subrayaron la importancia de desarrollar un tratado mundial sobre la contaminación por plásticos para finales de 2024. Este acuerdo busca ser un instrumento internacional, legalmente vinculante, que aborde la totalidad del ciclo de vida de los plásticos, un esfuerzo que los líderes instaron a la comunidad global a emular.
Además, se reconoció con urgencia la acelerada frecuencia y severidad de los eventos climáticos extremos, atribuidos al cambio climático. Los líderes describieron el cambio climático como un “multiplicador de riesgos” que afecta la salud humana y los sistemas alimentarios de manera significativa. En respuesta a estos desafíos, la presidencia italiana del G7 lanzó la ‘Iniciativa de Sistemas Alimentarios de Apulia’, destinada a mejorar la seguridad alimentaria en medio del cambio climático, con un enfoque inicial en África. Esta iniciativa no solo pretende aumentar la resiliencia de los sistemas alimentarios, sino también desarrollar capacidades de producción de fertilizantes fuera de las regiones en conflicto como Rusia y Ucrania.
El G7 también reiteró sus compromisos previos sobre la transición energética, reafirmando los objetivos establecidos en la COP28 en Dubái en diciembre de 2023. Estos incluyen la duplicación de la tasa anual de mejoras en eficiencia energética y la triplicación de la capacidad mundial de electricidad renovable instalada para 2030. Asimismo, se destacó la meta de garantizar 1.500 GW de almacenamiento de energía en el sector eléctrico para ese mismo año.
Un compromiso adicional fue la inclusión de estos objetivos en las futuras Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) del Acuerdo de París, aunque sin una fecha límite concreta. Los líderes también reiteraron su compromiso de descarbonizar los sectores energéticos para 2035 y eliminar los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles para 2025.
No obstante, estos compromisos no estuvieron exentos de críticas. Champa Patel, Directora ejecutiva del Climate Group para gobiernos y políticas, expresó su decepción al señalar que eliminar los subsidios a los combustibles fósiles “ineficientes” para 2025 es insuficiente, argumentando que no debería existir ningún tipo de subsidio para los combustibles fósiles en absoluto.
Crisis políticas y conflictos internacionales
A pesar de los progresos en temas climáticos, la cumbre estuvo marcada por la inestabilidad política y los conflictos internacionales que afectan a muchos de los países participantes. Los líderes del G7 llegaron a Italia en medio de importantes desafíos internos. El primer ministro británico, Rishi Sunak, se enfrenta a unas elecciones que podrían llevar a la salida de su Partido Conservador del poder. En Francia, Emmanuel Macron ha convocado elecciones parlamentarias anticipadas tras las derrotas de su partido frente a la extrema derecha. En Alemania, el canciller Olaf Scholz también sufrió reveses significativos en las recientes elecciones europeas.
En Estados Unidos, el presidente Joe Biden está inmerso en una contienda electoral feroz contra su predecesor, Donald Trump. En Japón, el primer ministro Fumio Kishida enfrenta crecientes críticas internas, y en Canadá, Justin Trudeau lidia con una población cada vez más desencantada después de más de ocho años en el cargo.
Estos desafíos políticos internos, junto con la guerra en Ucrania y el conflicto entre Israel y Gaza, contribuyeron a un tono de tensión en la cumbre. Los líderes del G7 intentaron mostrar una postura unida frente a la agresión rusa, comprometiéndose a desbloquear 50 mil millones de dólares para Ucrania, financiados con los intereses generados por los activos soberanos rusos inmovilizados.
Llamado a la acción y reflexión
En un gesto hacia un enfoque más inclusivo y global, la anfitriona Giorgia Meloni invitó a la cumbre a varios líderes fuera del G7 tradicional, incluidos el primer ministro de India, Narendra Modi; el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; y el príncipe Mohammed bin Zayed de los Emiratos Árabes Unidos. También estuvieron presentes el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el papa Francisco.
La 50.ª cumbre del G7 en Italia dejó un balance entre los avances significativos en temas climáticos y las profundas divisiones políticas que enfrentan sus líderes. Mientras que la reafirmación de los compromisos hacia la sostenibilidad y la transición energética marca un paso adelante, los desafíos políticos y los conflictos internacionales continúan complicando el camino hacia un futuro más seguro y equitativo.
En un mundo donde los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes y las tensiones geopolíticas están en aumento, la necesidad de una acción decisiva y una colaboración internacional sólida nunca ha sido más crucial. La cumbre del G7 de 2024 nos recuerda que, aunque los retos son grandes, el compromiso y la cooperación pueden guiarnos hacia soluciones sostenibles y duraderas.
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