En un mundo que avanza a pasos agigantados, el talento se convierte en uno de los principales pilares del buen funcionamiento y supervivencia de las compañías. En estos últimos años, en los que hemos tenido que afrontar diversas crisis y múltiples cambios económicos y sociales, estamos presenciando una ardua disputa entre las compañías con tal de atraer y fidelizar al mejor talento. Además, esta lucha por el talento también se debe a un mercado laboral volátil, en el que una de las tendencias es la “gran renuncia”: muchos jóvenes están dejando sus empleos por insatisfacción personal, más allá de motivos laborales.
En este sentido, normalmente las compañías se centran en buscar perfiles más junior y se olvidan de todas las ventajas y oportunidades competitivas que puede aportar el talento denominado senior. Sin ir más lejos, los datos nos indican que este perfil de profesionales es uno de los que sufre más las consecuencias del desempleo -más de medio millón de séniors está en disposición de trabajar, aunque no encuentra empleo, según la Encuesta de Población Activa (EPA)-.
Para solventar este obstáculo las empresas deben poner los cinco sentidos en aplicar políticas que garanticen la inclusividad y eviten la pérdida de estos grandes profesionales. Su experiencia laboral, capacidad de resiliencia ante nuevos retos y pensamiento crítico son algunos de los valores que nos pueden ayudar a marcar la diferencia.
En Adevinta Spain somos conscientes del gran valor que aporta este perfil a nuestra compañía y creemos que incorporar talento senior no solo supone un reto que debemos afrontar, sino una gran oportunidad para seguir creciendo. De hecho, consideramos la diversidad como una gran ventaja y es que, además, la vivimos día a día en nuestras propias carnes. Una de nuestras experiencias más satisfactorias con el talento sénior tuvo lugar en el período de plena pandemia, cuando contratamos a una persona de más de 60 años.
Aunque algunos puedan pensar que incorporar a un perfil de esta edad puede suponer un freno, la realidad nos ha demostrado que es totalmente lo contrario. Nuestra nueva incorporación más veterana trabajó mano a mano con multitud de equipos hasta su jubilación, supuso un revulsivo para la compañía y nos aportó ideas y puntos de vista basados en la experiencia y en el buen hacer. Este es, por lo tanto, uno de los miles de casos que nos confirman que el talento de las personas, independientemente de su edad, no conoce fronteras.
De hecho, en la actualidad contamos con alrededor de cincuenta empleados y empleadas en la compañía con 55 años o más. Sin estas personas no entenderíamos el trabajo en la empresa tal y como lo conocemos ahora ya que, además de desempeñar una labor crucial, nos ayudan también a eliminar prejuicios y etiquetas, y a valorar a las personas por sus capacidades y aptitudes. Porque, al final, la edad no es más que un número, lo que cuenta es la actitud ante los retos y eso no conoce de edades.
En este sentido, en Adevinta Spain estamos firmemente determinados a liderar y a servir de ejemplo para una gestión del talento responsable. Porque los nuevos conocimientos e inquietudes de las generaciones más jóvenes son complementarios con el expertise y la trayectoria de los profesionales senior. Es por ello que dedicamos esfuerzos en configurar un ambiente de trabajo inclusivo y diverso. Ponemos la igualdad en el centro para que todos y todas las personas que forman parte de la compañía se sientan como en casa y puedan potenciar sus aptitudes al máximo compartiendo percepciones a partir de la escucha y el debate entre generaciones.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Talento Sénior.