En 2023 pasaron por nuestras instalaciones más de 283 millones de pasajeros (el equivalente a más de la mitad de la población de Europa), lo que hace que nuestros aeropuertos se puedan considerar como “grandes ciudades” en lo que respecta a la gestión de los residuos que en ellos se generan.
Es por ello que la actividad diaria aeroportuaria genera, al cabo de un año, muchas toneladas de residuos que deben ser gestionados para preservar los recursos naturales, reducir la contaminación derivada de su acumulación y promover su adecuado reciclaje.
A nivel global todos somos conscientes de que la generación de residuos es un tema de gran relevancia por su impacto y magnitud, ya que además de ocasionar un gasto social y económico relevante para gobiernos y empresas, tiene sobre todo un alto coste ambiental para toda la población y el planeta.
En Aena nos sumamos a la preocupación por la preservación de nuestro entorno, trabajando para compatibilizar nuestra actividad con la conservación del medio ambiente y estamos firmemente comprometidos con el desarrollo de una Economía Circular que fomente la maximización del reciclaje y minimice el volumen de residuos generados.
En este sentido en 2021, Aena definió en su Estrategia de Sostenibilidad, el objetivo Zero Waste, basado en el incremento de la valorización de los residuos no peligrosos recurrentes hasta conseguir un desperdicio 0 en 2040 a partir de las siguientes líneas de acción:
- Medición y monitorización de residuos;
- Reducción de residuos generados;
- Uso de materiales sostenibles;
- Impulso a la segregación y reciclaje;
- Valorización energética y compostaje;
- Colaboración y concienciación.
Este objetivo marca nuestra hoja de ruta en materia de residuos, lo que se corresponde con la tendencia ascendente en el porcentaje de residuos valorizados en los últimos años, que ya en 2023 alcanzó un 75,5 % de residuos no peligrosos valorizados y un 68,2 % valorizados en el caso de residuos peligrosos.
Así, es fundamental el control y seguimiento de las diferentes tipologías de residuos generados en todas las actividades del aeropuerto, para asegurar la correcta segregación, acopio y gestión externa de los residuos.
Además, varios aeropuertos disponen de una planta de trasferencia de residuos no peligrosos, permitiendo concentrar y mejorar las condiciones de su depósito temporal, especialmente de la fracción no segregada de residuos similares a domésticos. De manera generalizada, también se dispone de puntos para el depósito temporal de residuos peligrosos, dotados todos ellos de medidas de prevención de la contaminación acordes a su naturaleza. En esas zonas los residuos son depositados selectivamente en contenedores específicos hasta su retirada por gestores autorizados.
Asimismo, muchos aeropuertos reutilizan ciertos residuos dándoles un segundo uso, con actuaciones tales como la reutilización de los lodos de depuradora como abono en zonas ajardinadas o la generación de compost, como es el caso del Aeropuerto de Bilbao.
Por último, es importante destacar que la reducción debe ser también un pilar de nuestro modo de consumo, no solo en Aena sino también como ciudadanos, ya que cualquier pequeño gesto que realicemos en nuestra vida cotidiana, aporta.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Internacional de Cero Desechos