Hablamos de conciliación y es habitual poner el primer foco en el individuo y en cómo éste mejora su vida y la de sus familias a través de medidas de conciliación. Después pensamos en las empresas y en los beneficios que obtienen con la implementación de estas medidas, y no cuento nada nuevo si hablo del impacto en la reducción del absentismo, mejora del ambiente laboral, la retención de talento y una mayor productividad. Pero demos un paso más, y pensemos en la sociedad, ¿qué beneficios tiene para la sociedad una buena gestión de la conciliación?
Cuando me pidieron que escribiera este artículo, me puse a pensar y automáticamente me surgió en la cabeza la palabra FAMILIA; entendiendo la familia como base de la sociedad, con niños o sin ellos, y en este sentido la conciliación laboral, y familiar – social, no es solo una simple herramienta que sirve para equilibrar nuestra vida, sino también un punto cardinal que permite a la sociedad organizarse de una manera más sostenible.
Para entender un poco mejor esto, estuve buscando referencias en internet, y prácticamente de lo primero que encontré fueron estudios y foros que arrojan como primera conclusión lo importante que son la implicación y el compromiso para avanzar hacia la conciliación y lo necesario que es la creación de lugares de trabajo y vida favorables para las familias- tribu. Además, y algo que pasamos por alto, es que también depende de cómo se gestione la conciliación, que podamos aspirar a crear sociedades sostenibles, en un contexto marcado por bajísimas tasas de natalidad.
Sigo avanzando en mi búsqueda y caigo en la cuenta de que todas estas medidas de conciliación posicionan al hombre y a la mujer en un mismo punto. Tradicionalmente, la cultura occidental entendía que la mujer era la encargada de cuidar y controlar el ámbito privado de las familias. Conforme hemos ido evolucionado, la mujer ha empezado a tener un papel más destacado en lo “público”, un terreno exclusivo y reservado al hombre hasta entonces.
Todo esto me lleva a reflexionar en dos direcciones: las medidas de conciliación tienen un impacto directo en el cuidado de la infancia y ayudan a la construcción de la familia-tribu gracias a los valores aprendidos en el hogar, y como la conciliación de hoy vela por una sociedad más justa e igualitaria en el que ambos sexos puedan desarrollar plenamente el rol que deseen en la sociedad, en las empresas y en las familias.
Entre los desafíos, desarrollar medidas de conciliación que contribuyan al ámbito de la Sostenibilidad como es caso del teletrabajo, mejorando la movilidad en ciudades y reduciendo las emisiones CO2, o incluso a la esfera de lo Sanitario, con medidas que tengan un impacto positivo en la reducción del estrés y de la ansiedad de las personas.
Creo que hemos tomado buen rumbo. En este camino, hemos atravesado obstáculos que nos han permitido evolucionar. Aunque a veces parezca que hay tormenta, sigamos avanzando y no nos quedemos en punto muerto.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables “Mejorar la sociedad a través de la gestión de la conciliación”, en colaboración con Fundación Masfamilia.