ASELIP es la asociación que representa a las principales empresas de Saneamiento Urbano del país. Según sus datos, en España se generan anualmente 23 millones de toneladas de residuos municipales, de los cuales se recicla un 36%, se valoriza energéticamente el 13% y se vierte el 51%. ¿En qué situación nos encontramos con estos indicadores ante el Plan de Acción de Economía Circular de la Unión Europea?
Estos indicadores nos sitúan muy lejos de los objetivos marcados por la normativa de la UE y por su Plan de Acción de Economía Circular, ya que se debería reciclar el 65 % de los residuos municipales y reducir su vertido al 10 % para el año 2035.
Sin ir más lejos, España ya ha incumplido el objetivo intermedio establecido en la actual Ley de Residuos y Suelos Contaminados de reciclar el 50% de los residuos municipales en 2020, y se encuentra ante del desafío de duplicar la tasa reciclado actual y de reducir en cinco veces la eliminación en vertedero. Es notorio que solo ocho países de la UE ya vierten menos del 10 % de residuos municipales, gracias a una adecuada combinación de las tecnologías más avanzadas de reciclado y valorización energética.
¿Qué medidas habría que llevar a cabo para invertir esta situación?
La gestión de los residuos municipales es competencia de las entidades locales, y supone un gran esfuerzo de índole económico que requiere de la financiación adecuada. En primer lugar, debe mejorarse la recogida selectiva, incrementando su eficiencia y añadiendo nuevos flujos como la fracción orgánica (recogida selectiva obligatoria en diciembre de 2021 para todos los municipios de más de 5.000 habitantes), la fracción textil (recogida selectiva obligatoria en diciembre de 2025), botellas plásticas hasta 3 litros, o los aceites de cocina y los residuos peligrosos del hogar.
Además, deben incorporarse fuentes de energía más limpias, como vehículos eléctricos o electrohíbridos, o de gas natural, para reducir la huella de carbono del sector, lo que supone renovar las flotas de vehículos actuales.
En segundo lugar, es necesario invertir en mejorar la eficiencia en las plantas de separación y triaje de residuos actuales e investigar en tecnologías innovadoras y desarrollar infraestructuras industriales de reciclaje y valorización para producir más y mejores materias primas secundarias (MPS) y subproductos adaptados a las necesidades del mercado, preferiblemente local. Las plantas de residuos deben transformarse en plantas de materias primas, considerando al residuo como un recurso, e integrarse dentro del modelo Industria 4.0, incorporando las herramientas de la digitalización para mejorar su eficiencia y versatilidad.
ASELIP Y SEOPAN han estimado en 6.521 millones de euros las inversiones necesarias para construir nuevas plantas TMB y de valorización energética.
Desde ASELIP estimamos que, sumando las inversiones asociadas al reciclado de las nuevas de cadenas de valor identificadas, la inversión total necesaria para cumplir con los objetivos del paquete europeo de economía circular puede alcanzar los 8.300 millones de euros.
La Asociación ha elaborado un manifiesto estratégico que recoge una serie de medidas encaminadas a reducir el impacto ambiental derivado de la generación de residuos en las ciudades españolas. ¿Cuáles son los puntos más importantes del documento?
El objetivo del manifiesto estratégico es crear conciencia entre los responsables políticos y la opinión pública sobre la importancia de aprovechar el momento de cambio que estamos viviendo para transformar las ciudades y la gestión de residuos en España por medio de la inversión en investigación y desarrollo tecnológico, aprovechando la oportunidad ofrecida por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Se debe potenciar la investigación en tecnologías y desarrollo de infraestructuras que permitan maximizar la recuperación de los recursos contenidos en los residuos y alcanzar así los objetivos de reciclaje y de desvío de vertedero de la Unión Europea para 2035. Es una gran oportunidad para crear empleo altamente cualificado y actividad económica, no solo durante la construcción, sino también durante la explotación de las instalaciones.
Dicha transformación se debería trasladar también a la flota convencional de vehículos pesados y semi-pesados de servicios urbanos, que debe migrar hacia la movilidad eléctrica con el fin de mejorar la calidad del aire, el ruido y la huella de carbono en las ciudades españolas.
Dichos vehículos, aunque menores en número, desarrollan para realizar su trabajo unas potencias y consumos energéticos enormemente elevados en comparación con los vehículos de turismo, por lo que cualquier avance en la introducción de movilidad limpia en este sector tendrá una influencia decisiva para mejorar la calidad del aire, el ruido y la huella de carbono de la ciudad.
Así, electrificar una flota de alrededor de 20.000 vehículos medios y pesados diésel promedios actuales podría suponer para las ciudades españolas una reducción anual de la huella de carbono de cerca de 520.000 toneladas, equivalentes en C02 a plantar cada año cerca de 1,6 millones de árboles, y un ahorro de consumo energético de 4.400 GWh al año, equivalente al de una ciudad de 1,2 millones de habitantes.
¿Qué importancia dan a la comunicación de los avances socialmente responsables de sus asociados?
Vital. ASELIP no es solo una Asociación que se constituye en aras a defender los intereses de sus empresas, sino que trata de transmitir los valores y los objetivos de estas a la sociedad. Estos valores y objetivos son, entre otros, la fuerte e irrenunciable apuesta por cumplir los ODS de Naciones Unidas, el acelerar el paso de la actual economía lineal a una circular, la adopción e implantación de normas de transparencia y buen gobierno, la promoción de la Investigación del Desarrollo y la Innovación, la inclusión social, políticas de igualdad…, todo ello auditado por normas UNE, ISO o las que correspondan.
¿Cómo podrían los ciudadanos usuarios de sus servicios colaborar para cumplir con los objetivos de reciclaje de la Unión Europea y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas?
El Proyecto de Ley de residuos y suelos contaminados recientemente aprobado por el Consejo de Ministros, cuya entrada en vigor se prevé en octubre o noviembre de este año, cuenta con la colaboración ciudadana para el cumplimiento de los compromisos con Europa en materia de reciclaje.
Por ejemplo, a la hora de reducir el uso de envases de comida y bebida de un solo uso o, incluso, la reducción de residuos en general y el desperdicio alimentario.
Así mismo, es muy importante concienciar y educar a la ciudadanía a la hora de la separación de los nuevos flujos de residuos: orgánicos, textiles, aceites de cocina, etc., para que la implantación de los nuevos servicios de recogida no resulte una inversión en balde. De esta forma, la normativa espera incrementar las tasas de reciclaje de residuos municipales en cinco puntos porcentuales cada año, hasta alcanzar el 65 % en 2035.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Reciclaje y ODS.