En 2014 se ponía en marcha la Asociación Catalana de Fomento de la Economía del Bien Común. Nacía como parte de un movimiento transversal creado en Austria en 2010 bajo el impulso de Christian Felber, profesor de la Universidad de Viena. Su objetivo principal es la promoción de la Economía del Bien Común en Cataluña –EBC Catalunya-. Según nos explica en esta entrevista José Antonio Lavado, miembro de la Asociación, el objetivo es crear un espacio de participación para todas las personas y organizaciones que quieran contribuir a la construcción de un modelo económico con valores éticos y orientado al bien común.
¿Cómo ha evolucionado en estos dos años, es decir, cuáles han sido sus hitos y resultados?
Una de los hitos más importantes ha sido conseguir una muestra diversa de organizaciones que han realizado el “Balance del Bien Común” –BBC-. En el ámbito de la administración pública cabe destacar dos iniciativas muy interesantes, por un lado, el Ayuntamiento de Barcelona ha hecho una prueba piloto con el Distrito de Horta-Guinardó y, por otro, la Generalitat de Catalunya con la Agencia Catalana de la Juventud. Otros ejemplos de aplicación del BBC son Can Cet, un centro especial de trabajo, la Universidad de Barcelona, con quien hemos firmado un acuerdo de colaboración o el Institut Gutmann en el sector sanitario. Actualmente, contamos con unos 200 simpatizantes, entre empresas y personas físicas, y con 70 asociados.
¿Cuáles son las claves de este modelo económico y cuál es su situación en Cataluña?
La Economía del Bien Común es un modelo de economía de ‘mercado ético’ que pretende reorientar el modelo económico actual, basado en el crecimiento ilimitado y en la maximización del beneficio económico individual, para enfocarlo al servicio de las personas y del bien común. La economía del bien común, se propone redefinir los criterios del éxito económico y el instrumento para medir este éxito es el balance del bien común.
El modelo ya se ha aplicado en Cataluña en organizaciones de diferentes sectores de actividad. Además, desde nuestra constitución como asociación, hemos iniciado contacto con diferentes iniciativas i entidades para sumar sinergias como por ejemplo, la Fundación Pimec, el Colegio de Censores Jurados de Cuentas, el Consejo de Relaciones Laborales, la Xarxa d’Economia Solidària, les organizaciones B-Corp o la asociación Respon.cat, la Generalitat de Catalunya y diferentes ayuntamientos.
Desde su punto de vista, ¿cuál es el nexo o cómo se relacionan RSE y Economía del Bien Común?
El movimiento de la RSE ha conseguido que una gran parte de empresas, pequeñas y grandes, se sientan interpeladas y desarrollen estrategias, políticas, sistemas de gestión para contribuir a un modelo de desarrollo más sostenible. También ha logrado que se desarrollen una gran cantidad de iniciativas legislativas, de certificaciones, de principios prescriptores y de guías y normas para aumentar la transparencia y la rendición de cuentas con indicadores financieros y no financieros.
Quizás no ha conseguido que las empresas realicen de verdad una transformación de su cultura, de sus maneras de hacer y por eso aún la RSE no ha conseguido que sea creíble para la sociedad. Eso requiere ir a la esencia de la naturaleza humana, a las raíces éticas de cada organización y quizás esa es una de las grandes aportaciones de la propuesta de la EBC: preguntarse cómo estamos aplicando los valores éticos fundamentales en nuestras actuaciones cotidianas y como podemos mejorar para aumentar nuestra aportación al bien común. Sencillo, ¿no?.
Las entidades que forman parte de la Asociación se comprometen a elaborar un balance del bien común. ¿En qué consiste y qué aspectos se tiene en cuenta en su realización?
El balance del bien común (BBC) es una herramienta para medir la contribución al bien común de las organizaciones y redefinir así el criterios del éxito económico. Este balance se traduce en un índice que representa el grado de aportación de cada empresa al bien común. La puntuación se obtiene mediante la Matriz del bien común, a través de la cual la organización, de manera participativa, valora como está aplicando en el día a día los cinco valores éticos fundamentales en que se basa la propuesta de la Economía del Bien Común -dignidad humana, solidaridad, sostenibilidad ecológica y justicia social y participación democrática y transparencia-. Posteriormente la empresa audita su balance.
¿Qué papel juegan empresas, estado y sociedad en el camino hacia la economía del bien común?
La Economía del Bien Común parte de una visión holística donde cada uno de los agentes que mueven la economía pueden ejercer su papel a la hora de tomar decisiones para impulsar los valores del bien común -las entidades financieras, las administraciones públicas, las propias empresas en relación a su cadena de abastecimiento y también la sociedad y la ciudadanía a la hora de consumir. El BBC es la herramienta de referencia para medir la contribución al bien común, a la vez que contribuye a difundir los valores éticos y a legitimar el rol de cada uno ante la sociedad.
¿Cuáles cree que son los retos de la economía del bien común?
Los retos principales que tiene planteados la EBC están relacionados con el fomento de la sensibilización de los diferentes agentes mencionados al aplicar los valores éticos en la toma de decisiones, tomando como referencia una herramienta común para todos como es el Balance del Bien Común. Las personas a la hora de consumir, las empresas aplicando la EBC en sus sistemas de gestión, las entidades financieras enfocando sus incentivos a quien más aporta al bien común ( y no al contrario), los medios de comunicación difundiendo “relatos” con ética y las administraciones públicas incorporando los criterios éticos en la compra pública y definiendo políticas fiscales incentivadores del bien común.
¿Es posible alcanzar en la práctica un funcionamiento empresarial y financiero basado en criterios de Bien Común? Si es así, ¿cómo hacerlo?
Realizar un cambio y transformar el funcionamiento del sistema económico ya no es una utopía, sino que se ha convertido en una necesidad, si queremos garantizar para las generaciones futuras un espacio donde poder desarrollarse como personas y donde poder vivir y convivir en paz. La Economía del Bien Común plantea una serie de propuestas que resultan difíciles de negar desde una perspectiva ética y de transformación social y económica.
Y estas propuestas se dirigen tanto a todos nosotros como ciudadanos, desarrollando nuestra responsabilidad y aplicando los valores éticos fundamentales en nuestras relaciones cotidianas, como a las propias empresas para que se orienten al bien común y realicen el BBC, como a los estados y el sistema económico global para que sustituyan el PIB por indicadores que reflejen de verdad el bienestar de la sociedad como puede ser el índice de felicidad. Todo ello es razonable y también es realista y posible.
¿Cómo se presenta 2018 para la Asociación? ¿En qué proyectos o retos trabajarán este año?
La misión de la asociación es fomentar en Cataluña el conocimiento, la sensibilización y la implantación de los valores de la Economía del Bien Común como herramienta de transformación económica y social.
Para ello, continuaremos trabajando en los diferentes ejes en los que lo venimos haciendo hasta ahora: realizando acciones de difusión con jornadas y seminarios en diferentes ámbitos, con un especial énfasis en el ámbito de la educación, acompañando a empresas y organizaciones a realizarse el BBC, generando sinergias con otros movimientos con los que compartimos valores, estrechando lazos con los medios de comunicación para difundir los valores de la EBC o llegando a acuerdos con el mundo académico para fortalecer los fundamentos teóricos de la EBC.
Y especialmente, este 2018 estamos poniendo en marcha un proyecto para continuar trabajando en el Distrito de Horta-Guinardó de Barcelona, en este caso con las empresas, entidades y organizaciones sociales para conseguir el reconocimiento del Distrito como territorio del bien común.