Luis López-Cózar, CEO de Azentúa, consultora internacional especializada en el desarrollo de estrategias de sostenibilidad y adaptación al cambio climático, valoración de intangibles y análisis de la vulnerabilidad de activos industriales y riesgos ambientales, ha charlado con Corresponsables sobre el recurso natural como estrategia para el futuro empresarial.
Naturaleza y Economía, ¿variables de una misma ecuación?
Hoy en día no se entiende la economía sin la variable de la naturaleza, es lo que los expertos en economía llaman el salto de la Economía Neoclásica a la Economía Ambiental o Ecológica.
La naturaleza no es algo externo a la operativa de la compañía, debe estar dentro de ella. Desde Azentúa trabajamos para que la naturaleza comience a ser parte de la cuenta de resultados de las entidades.
Se estima que más de la mitad del PIB mundial, depende directa o indirectamente de la naturaleza. No contar con la naturaleza en la economía mundial supone un riesgo, no solo para la vida de las personas, sino también para el capital de producción de una empresa.
En los últimos 50 años se ha vivido el mayor declive en la historia de la humanidad. La abundancia de especies se ha desplomado en un 69%; se han perdido más del 40% de las áreas protegidas; generamos 60.000 millones de recursos renovables, esto supone casi un 100% más de los recursos que extraíamos en 1980, además se ha producido un aumento del 15% en el consumo global per cápita de materiales desde 1980.
Según el Global Footprint Networks necesitamos 1.8 tierras para continuar con los niveles de vida actuales. Las actividades antrópicas han superado con creces la tasa de regeneración biológica del planeta tierra, no podemos seguir con este ritmo.
Por eso, o interpretamos e interiorizamos en nuestra operativa diaria que Naturaleza y Economía son variables de una misma ecuación, o pasaremos de tener un planeta sostenible en el tiempo a un planeta insostenible.
Capital Natural: unión entre naturaleza y economía
El concepto de Capital Natural es relativamente “nuevo” (utilizado por primera vez en 1973 por E.F, Schumacher). El capital natural dice que nuestros recursos naturales son un capital en sí mismo, igual que el capital financiero o el humano.
Nosotros, dentro de nuestro entorno, tenemos un stock natural, hablando tanto de bienes bióticos y abióticos. Nosotros, como empresa y/o como sociedad, interaccionamos sobre ese stock natural, produciendo servicios que obtenemos de esta interacción y los conocemos como servicios ecosistémicos.
Debemos identificar, medir, cuantificar y valorar esos servicios ecosistémicos derivados del stock natural, ya que se traducen en impactos sobre la sociedad y, por tanto, si no están bien medidos, no somos capaces de evaluar los riesgos y oportunidades derivadas de esos servicios ecosistémicos. Solo desde su conocimiento y valoración, podremos garantizar el futuro empresarial, basado y ligado a los recursos naturales.
Cada vez hay más marcos, normativas y metodologías que nos marcan el camino para poder cuantificar los impactos sobre los servicios ecosistémicos. El Protocolo de Capital Natural es uno de ellos, se publicó en 2015, y desde entonces, e impulsado por el Green Deal de 2019, han surgido nuevas metodologías y tenemos estándares como el TNFD (https://tnfd.global/), que nos encamina directamente a la métrica y cuantificación de nuestras oportunidades y riesgos de los servicios ecosistémicos.
Nature Positive: la importancia de la biodiversidad en el futuro del planeta
El Nature Positive es un paso adelante, para no conformarnos con el Net Zero, sino dar un paso más para ponerlo en positivo. En la COP 15 de 2022 se puso sobre la mesa las siguientes fechas y objetivos:
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Año 2030: objetivo Zero Net of Nature. Consiste en no seguir afectando negativamente a la naturaleza.
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Año 2050: objetivo Nature Positive. Continuar avanzando hacia una naturaleza positiva.
También se fijaron 23 metas, de las cuales subrayamos la meta 15, donde por primera vez se menciona que las empresas tienen la obligación que empezar a identificar, medir, cuantificar sus impactos sobre la biodiversidad.
El sector privado y la nueva visión de la Naturaleza
La implicación de la empresa es directa. Todos los marcos normativos que surgen dentro de la Unión Europea, van dirigidos a entender los impactos de las empresas en la naturaleza y como materializarlos.
El concepto de materialidad lleva presente desde los últimos 2 años, y quiere decir “de dentro a fuera, y de fuera a dentro”. Es decir, que la empresa tiene que evaluar cuánto impacta sobre los recursos naturales, pero también evaluar cuánto depende de esos recursos y cómo impacta en su actividad financiera.
Con la entrada del sector financiero, desde 2019 y sobre todo en 2021, hemos conseguido avances dentro del mundo de la cuantificación del impacto ambiental en el recurso natural. Esto va a ir adelante en la medida que consigamos que el sector financiero esté involucre.
Estos marcos normativos intentan acercar el camino entre la actividad empresarial y el reporting de los resultados obtenidos en la interacción con la naturaleza, de manera que sean interpretables y asumibles por el sector financiero. Al final, este marco normativo nos explica cómo traducirle al sector financiero si una actividad es o no sostenible.
La respuesta a esta pregunta no es de fácil solución, porque las métricas e interacciones a tener en cuenta son muy numerosas. ¿Cómo lo hacemos? Desde Azentúa lo planteamos desde una hoja de ruta dividida en 6 bloques:
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Evaluar y priorizar
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Medir y evaluar
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Fijar objetivos
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Actuar y transformar
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Monitorizar y verificar
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Divulgar y reportar
Avanzando en la protección de la Naturaleza a nivel institucional
A nivel institucional, el avance en la protección de la Naturaleza se cubre desde “tierra, mar y aire”. A nivel nacional, el Ministerio Transición Ecológica aprobó en diciembre de 2022 el Plan Estratégico Estatal del Patrimonio Natural y la Biodiversidad con foco en 2030. Este incluye la consideración de la biodiversidad en las decisiones empresariales y cómo potenciar el diálogo con el sector privado.
Nosotros lo tenemos claro, a nivel nacional todas las hojas de ruta van de la mano para estar alineados a nivel internacional.
A nivel Europeo, la Comisión Europea ha desarrollado la Estrategia sobre Biodiversidad 2030 y también ha propuesto la Ley de Restauración de los Ecosistemas y la Ley contra la Deforestación, también alineadas con la protección de la biodiversidad y en la lucha para ser positivos a 2050. También citar, de nuevo, el Green Deal, que marca un antes y después en la Unión Europea.
A nivel Global, el gran impulso ha sido la COP 15 y el convenio de biodiversidad biológica de las naciones unidas. En definitiva, creemos que somos consecuentes a nivel internacional y desde luego a nivel europeo y debemos sentirnos orgullosos de ser líderes en todas las políticas de protección de los recursos naturales y biodiversidad que están actualmente en marcha a nivel mundial.
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