La creación de las Sociedades de Beneficio e Interés Común (SBIC) en España es un avance significativo en el ámbito empresarial. Estas sociedades representan una nueva modalidad jurídica que reconoce las empresas que generan valor social y ambiental, más allá de los beneficios económicos. La propuesta fue presentada en el Congreso de los Diputados en junio de 2022, gracias a la iniciativa Empresas Con Propósito tras haber recibido un amplio respaldo por parte de más de 30.000 personas y 400 organizaciones, así como de 50 personalidades que firmaron el Manifiesto de las Empresas con Propósito. Finalmente, esta figura legal fue recogida por la Ley de creación y crecimiento empresarial, que reconoce oficialmente las SBIC en su Disposición Adicional décima de la Ley 18/2022 del 28 de septiembre.
Estas sociedades se comprometen voluntariamente a generar un impacto social y ambiental explícito a través de su actividad, adoptando mayores niveles de transparencia y rendición de cuentas, y considerando a los grupos de interés relevantes en sus decisiones. Su reconocimiento responde principalmente a los retos del presente, así como a los cambios acontecidos en los últimos años en relación con la responsabilidad social corporativa, la sostenibilidad y el establecimiento de un propósito por parte de las empresas.
Pero esto no es todo: las SBIC en España son fruto del mismo contexto que ha hecho posible los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en la Agenda 2030, los cuales representan un consenso mundial sobre los desafíos sociales y ambientales que enfrentamos como humanidad. Ante estos retos, muchas empresas se han posicionado ya como agentes de cambio clave que aspiran a ser parte de la solución y no del problema. Es el caso de las SBIC, sociedades que dejan atrás la primacía del accionista para tener en cuenta a todos los grupos de interés en la toma de decisiones.
Vemos que sí, que, efectivamente, hay avances. Seguramente evolucionan lentamente y son menos de los necesarios, pero hay avances. No obstante, pese a que España ha dado un paso importante al reconocer las SBIC, aún queda otro paso tanto o más importante: su desarrollo reglamentario. Las SBIC requieren de un marco jurídico sólido y eficaz que permita evitar los casos de impact washing, pero también que impulse e identifique con transparencia y seguridad jurídica este nuevo modelo empresarial. Otros países europeos como Italia y Francia ya han culminado todo el proceso con formas jurídicas reglamentadas que fomentan la consideración de los intereses sociales y ambientales en las decisiones empresariales. España debe seguir su ejemplo y no quedarse rezagada en este aspecto.
Mientras tanto, desde el ecosistema de impacto, queremos seguir impulsando este nuevo modelo empresarial y favorecer la correcta adopción de las SBIC. Es por eso que, ahora, sumamos un nuevo hito a la iniciativa Empresas con Propósito: la publicación del Código de Buenas Prácticas para las SBIC realizado por un grupo de expertos en la materia y el apoyo especial del Colegio de Registradores. A la espera de un marco legal sólido y eficaz, este código, de adhesión voluntaria y nacido con voluntad de transitoriedad, proporciona los principios y las recomendaciones básicas que toda empresa que quiera adoptar el modelo SBIC debería seguir. Para las compañías que se quieran sumar, la adhesión a este código fortalecerá su credibilidad como actores responsables y comprometidos con generar un beneficio colectivo. Por el contrario, el incumplimiento de las recomendaciones puede generar desconfianza y ayudará a identificar posibles casos de green, social e impact washing.
En conclusión, la introducción de las SBIC en España es un paso de gigante para fomentar un modelo empresarial orientado a la generación de un triple impacto positivo. Una realidad, un tren al que muchas empresas ya se están sumando o aspiran a hacerlo. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer: es fundamental acelerar el desarrollo reglamentario para proporcionar un marco jurídico sólido que respalde plenamente a las SBIC y que garantice su correcta adopción. Pero hasta que esto suceda, no nos detenemos y, en este contexto, la publicación del Código de Buen Gobierno es un hito temporal que cobra especial relevancia, ya que puede configurar la antesala del citado reglamento.
Y lo más importante: gobierne quien gobierne después del próximo 23 de julio, solicitamos a todas las formaciones políticas la priorización del desarrollo reglamentario de las SBIC. Es una oportunidad única para desarrollar este sector empresarial en nuestro país y situarnos a la vanguardia europea en la transición hacia una economía climáticamente neutra, ecológica y al servicio de las personas. ¿Quieres unirte? Firma esta petición para que se apruebe el reglamento de las SBIC en los primeros 100 días de gobierno.
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