CELSA Group, primer productor de acero circular y bajo en emisiones de Europa, se ha adherido a Forética, organización empresarial de referencia en España en materia de sostenibilidad y responsabilidad social. Mediante esta alianza con Forética, representante del World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) en España y que lidera el Consejo Empresarial Español para el Desarrollo Sostenible, CELSA Group avanza en su compromiso con la sostenibilidad, recogido en su actual plan estratégico, y también con su propósito social y corporativo.
Triple objetivo
Para CELSA Group, compañía que produce de forma sostenible desde sus orígenes, formar parte de Forética es coherente con su compromiso con el desarrollo sostenible que en su caso se concreta con el impulso al uso eficiente de los recursos, a través de su circularidad, en la lucha contra el cambio climático, y en el compromiso con los objetivos de desarrollo sostenible del Pacto Mundial de Naciones Unidas.
“La incorporación de CELSA Group a Forética supone formar parte de una red, de más de 200 socios, en la que trabajamos por un triple objetivo: aumentar la ambición empresarial en materia de sostenibilidad, acelerar la acción para abordar los retos ESG (ambientales, sociales y de buen gobierno), y potenciar las alianzas que permitan afrontar una recuperación sostenible, verde e inclusiva”, sostiene el director general de Forética, Germán Granda.
Los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) están en la base de la estrategia y la actividad de CELSA Group, que además de alcanzar emisiones netas en 2050 (net zero) quiere ir más allá para convertirse en empresa Net Positive, impulsando proyectos para la captura de CO2 ya emitido previamente.
“En CELSA Group nos hemos comprometido a reducir en un 50% las emisiones de alcance 1 y 2 en 2030 y a ser Net positive en 2050”, explica su CEO, Francesc Rubiralta. “Estos objetivos ya se encuentran en el día a día de nuestra actividad y están permitiendo reducir anualmente la emisión a la atmósfera de 13,6 millones de toneladas de CO2, equivalentes a las de 3 millones de vehículos circulando sin parar durante un año”, según Rubiralta.