Los profesionales que se dedican al mundo de las artes visuales han sido uno de los colectivos que más sufrieron la crisis económica; además, arrastraban una precariedad intrínseca en el sector. En este sentido, la Responsabilidad Social aterriza en el sector audiovisual para impregnarlo de responsabilidad y sostenibilidad.
¿Cómo es la Responsabilidad Social en Crearsa, y cuáles son las principales áreas estratégicas?
Cubrimos diferentes facetas a través de iniciativas o proyectos de carácter social y vinculamos todos nuestros productos a través de una cadena de valor que tiene implícita la responsabilidad sostenible empresarial; es decir, nos dedicados a la producción en comunicación audiovisual de carácter responsable.
No solo ofrecemos esa tipología de productos de comunicación a la empresa, sino que a la vez lo implementamos en toda nuestra cadena de valor. A su vez, tenemos un guía de buenas prácticas en responsabilidad social empresarial, totalmente acentuada en el ODS 8, que tiene que ver con el crecimiento económico y el trabajo digno. Hacemos un fomento de lo que vendría a ser unas competencias laborales dignas y que proporcionen crecimiento económico ya que el sector audiovisual ha sido uno de los más dañados con la crisis. De hecho, ha sido el que ha perdido, por detrás de la construcción, un nivel de riqueza con respecto al PIB cayendo hasta el 40%.
La situación de precariedad en este sector es muy potente y nuestra misión es sensibilizar en la creación de trabajo digno, a crear una red de colaboradores que tengan un sustento económico y que a su vez permita una conciliación laboral y social totalmente integrada. En definitiva, Somos contadores de historias, y como te he dicho nos dedicamos a la producción, asesoramiento y sensibilización dentro del sector audiovisual.
¿Cómo ves la evolución de la Responsabilidad Social Empresarial?
Lo que vengo observando es que empieza a crearse una conciencia a través de movimientos que son dispares, como puede ser el `MeToo´´ ahora mismo. Creo que hay mucha pedagogía que hacer, sobre todo a la hora de establecer reglas básicas del propio sector con respecto a la responsabilidad social. Uno de los principales problemas es la introducción de la perspectiva de género en la mayoría de altos cargos, ya que son totalmente masculinos. Luego, la conciliación familiar y laboral es imposible con rodajes y producciones que no tienen tiempo porque rodamos 13, 14 horas.
Por otro lado, la tasa de paro en lo audiovisual es muy elevada, sobre todo de paro juvenil. No hay un seguimiento hacia la introducción en una empresa audiovisual, para poder realizar un desarrollo profesional durante un periodo de tiempo. Lo que queremos es poner sobre el mapa que la administración pública pueda empezar a incidir en este sector y acercarnos a aquellos que son especialistas en ella.
¿Qué iniciativas, proyectos o campañas podrías destacar?
Estamos tejiendo diferentes alianzas para llevar a cabo un Máster, así lo llamamos nosotros, pero es un curso de especialización sobre Responsabilidad Social Audiovisual que lo que pretende es ofertar trabajo y a su vez formación profesional para jóvenes. De esta forma, los formamos en temas de comunicación ya que el proyecto es eminentemente práctico. El alumno que vaya a participar se distribuirá en tres grupos diferentes que lleven a cabo iniciativas de carácter social.
¿Cuáles son los mayores retos que tenéis a nivel de implementación de todas estas estrategias? ¿Cómo las comunicáis?
El reto pasa por hacer mucha pedagogía, no hay que quedarse solo en una presencia en redes sociales, ni en lo que es lo eminentemente digital. Dentro de lo audiovisual, tenemos que hacer mucha sensibilización y pedagogía en que la responsabilidad social no solo es una herramienta para comunicar en relación con los propios valores de la organización de una manera coherente, sino que es un modelo de gestión. No se trata de hacer una tarea de carácter social, sino de implementar a nivel de gestión con la intención de generar beneficios, ya que se es más productivo, se adquiere más capacidad de proyección, y se trabaja con un grupo de interés que permite ir nutriendo a la organización y haciendo crecer tanto al negocio, como a los empleados.