Steelcase, consultora estratégica de espacios de trabajo, lanza una nueva edición de su revista Work Better con el objetivo de ofrecer a las organizaciones herramientas clave para transformar sus entornos laborales en oficinas que atraigan a las personas.
En un contexto donde las empresas enfrentan el desafío de recuperar la conexión y la colaboración entre sus equipos tras años de teletrabajo, Steelcase presenta una solución diferencial: Community-Based Design, un modelo que transforma la oficina en una comunidad creativa y colaborativa.
Inspirado en la planificación urbana, este concepto plantea cinco distritos fundamentales y conectados que reimaginan el espacio de trabajo como un ecosistema de bienestar y productividad. En lugar de volver simplemente a la presencialidad, esta propuesta permite a las compañías reconstruir una experiencia laboral completa, adaptada a las expectativas de flexibilidad y conexión.
“Los líderes empresariales deben ir más allá de la gestión del día a día. Para ello, tienen que apostar por el bienestar de los empleados y demostrar un compromiso de liderazgo visible y presente. Es fundamental crear una cultura que saque lo mejor de los empleados para alinearlos en una estrategia compartida, motivarlos y ofrecerles herramientas para crecer personal y profesionalmente. En definitiva, los CEOs que lideran con este enfoque no solo construyen empresas, sino que garantizan su prosperidad a largo plazo, creando equipos sólidos y alineados hacia un futuro común”, afirma Alejandro Pociña, presidente de Steelcase.
De la teoría a la práctica: implementando el Community-Based Design
El Community-Based Design transforma las oficinas en ecosistemas dinámicos y resilientes, inspirados en el urbanismo y las infraestructuras sociales que modelan nuestras vidas.
Esta visión crea un espacio de trabajo que evoluciona junto a las personas y las necesidades de la organización, promoviendo la colaboración y la creatividad. Aquí, los espacios se convierten en más que solo áreas funcionales: se vuelven comunidades vivas que fomentan conexiones auténticas, impulsan el compromiso y facilitan el crecimiento tanto individual como colectivo.
Para llevar esta idea a la práctica, el primer paso es comprender cómo realmente trabajan las personas en la organización. Esto implica involucrar a empleados y líderes para conocer sus necesidades, estilos de trabajo y dinámicas, asegurándonos de que el diseño refleje su diversidad y se adapte a sus realidades.
En segundo lugar, diseñar el espacio, creando zonas versátiles que apoyen tanto el trabajo individual como el colaborativo. Entender la frecuencia con la que la gente está en la oficina, el tipo de trabajo que hacen y cómo prefieren trabajar influirá en las opciones dentro de cada una de estas áreas, incluyendo la cantidad de estaciones de trabajo asignadas o compartidas, la proporción de espacios individuales y de colaboración, los requisitos tecnológicos, entre otros.
Finalmente, la medición continua ayuda a que el espacio evolucione y se adapte al cambio. En este punto resulta igualmente importante medir la eficiencia y la eficacia, así como la afectividad de una oficina, es decir, cómo hace sentir a la gente.
En este sentido, Teo Manzano, director de Marketing de Steelcase afirma que “en el contexto actual, donde las empresas no solamente necesitan atraer talento, sino impulsar una cultura innovadora y aumentar la motivación de los empleados, el modelo Community-Based Design permite transformar las oficinas para desarrollar comunidades dinámicas y creativas. El cuidado diseño de cada espacio, maximizando el bienestar y mejorando la conexión y la colaboración entre los empleados, redefine la experiencia en la oficina y permite alinear a los empleados con el propósito y la visión de la empresa.”
El poder de los cinco distritos
El enfoque del Community-Based Design se plasma en un diseño dividido en cinco distritos interconectados, cada uno de los distritos de este modelo cumple una función estratégica para crear una oficina flexible, adaptativa y en constante evolución, diseñada para maximizar el bienestar y la productividad de los empleados. Desde el distrito central que fomenta la colaboración espontánea hasta el distrito universitario que promueve el aprendizaje y el desarrollo continuo.
- Centro. Diseñado como un espacio central de reunión, sirve de eje para que los empleados se conecten y colaboren. Actúa como ancla de la organización: una expresión espacial de la marca y la misión de la empresa para crear experiencias y valores compartidos.
- Vecindarios. Es la base de operaciones de un equipo o departamento. Ofrece varios niveles de privacidad y propiedad para la concentración individual o el trabajo en grupo. Además, da a los equipos la flexibilidad que necesitan para hacer que el espacio funcione en función de sus procesos.
- Distrito empresarial. Una amplia gama de espacios donde las personas se reúnen, comparten, intercambian ideas y colaboran. Los entornos flexibles y la tecnología integrada facilitan la conexión y la plena participación tanto de las personas físicas como remotas.
- Parques. Estos espacios de descanso donde recargar energías están diseñados para fomentar el bienestar físico y mental. Ya sean interiores o exteriores, las zonas de descanso deben adaptarse a las preferencias individuales y del grupo.
- Distrito universitario. Espacio dedicado al aprendizaje individual y en grupo que favorece tanto las experiencias más estructuradas como las más informales. Apoya la formación y el desarrollo de habilidades, promoviendo el aprendizaje constante y el crecimiento profesional de todos los miembros del equipo.
El Community-Based Design no es solo un concepto de diseño, es un cambio radical hacia una nueva forma de trabajar. Las oficinas del futuro dejan de ser meros espacios de trabajo para convertirse en destinos donde vivir experiencias únicas, acceder a aprendizaje continuo y fomentar su crecimiento personal y profesional.
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