La celebración del décimo aniversario del Programa Premios Jóvenes Emprendedores Sociales este año ha sido una oportunidad no solo para hacer balance de un proyecto que nos entusiasma, sino además para seguir construyendo el camino institucional emprendido en una apuesta por el progreso social. A lo largo de estos diez años el espíritu que inspiró en 2008 el lanzamiento de este Programa ha seguido intacto y con el mismo compromiso de trabajar para promover el emprendimiento social entre los jóvenes.
Desde sus inicios, los Premios JES se han consolidado como un fiel reflejo de nuestra misión como Universidad en la búsqueda por contribuir al progreso a través del empoderamiento de jóvenes que se perfilan como agentes del cambio. Bajo esta máxima, edición tras edición, hemos podido conocer a 10 nuevos emprendedores sociales y sorprendernos, a pesar de nuestra dilatada experiencia, con la pasión con la que trabajan para construir un futuro más sostenible, justo y equitativo. Así, hemos ido sumando caras a esa gran familia que son los JES, sumando experiencias y conociendo de cerca proyectos que producen admiración y respeto a partes
iguales.
Decía que esta iniciativa está absolutamente alineada con nuestra identidad porque además creo firmemente que la aspiración de toda institución académica debe ser convertirse en ese socio que ayude a estos jóvenes a desarrollar todo su potencial, dotándoles de las herramientas y competencias clave que les lleven a liderar proyectos con propósito social, dentro o fuera de la empresa, multiplicando así sus oportunidades de éxito profesional.
Nosotros, como entidad académica, somos conscientes de nuestro rol a la hora de fomentar el espíritu emprendedor, como lo es el hecho de contribuir con nuestro trabajo a formar a profesionales inquietos con mente abierta, creativos, tecnológicamente competentes, de pensamiento crítico, amantes de los desafíos, respetuosos, socialmente comprometidos con las causas de otros y con capacidad de aprender, desaprender, y reaprender. Esa es nuestra razón de ser.
Precisamente, gracias al Programa JES, la Universidad Europea ha hecho posible la creación de una comunidad nacional e internacional (1500 miembros en 90 países) de emprendedores sociales que comparten ideas y encuentran sinergias para multiplicar el impacto social de sus iniciativas. En cada edición hemos podido contribuir a intensificar aún más los lazos de esa comunidad de emprendedores sociales y fortalecer sus vínculos y las sinergias entre todos ellos.
Este año, a propósito del décimo aniversario, hemos realizado una encuesta entre todos los jóvenes que han pasado por el Programa durante esta década, y nos ha permitido concluir que el 95% sigue implicado en proyectos de impacto social. Un hecho que respalda nuestra hipótesis de partida, estos jóvenes han marcado como una prioridad, en su hoja de ruta personal y profesional, el progreso social, por lo que su compromiso se mantiene independientemente de donde trabajen.
Por ello, es tan importante para nosotros premiar a las personas que están detrás de cada idea, porque lo más importante es apostar por perfiles con ese ADN único, el de jóvenes concienciados con la realidad que les rodea y que defienden valores como la justicia social, el respeto al medio ambiente, el consumo responsable o la ética en los negocios. Seguiremos trabajando desde este convencimiento: el mundo reclama líderes, jóvenes con talento y ganas para adaptarse a lo futurible, con capacidad para buscar salidas ante los desafíos constantes y la inquietud por lograrlo desde un firme compromiso social.