“Ante el COVID-19, seguimos confiando en nuestra gestión prudente y nuestra austeridad en el gasto que tan buenos frutos nos han dado hasta ahora”.
“Se ha cumplido un año de nuestro cambio en la política laboral, y el balance ha sido muy positivo. Hemos sido una de las primeras compañías del sector en sustituir el contrato mercantil de nuestros agentes comerciales por un contrato laboral”.
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Para Divina Pastora Seguros el crecimiento inclusivo es un objetivo fundacional de la empresa. Se podría decir que se encuentra dentro de nuestra esencia. Nuestra entidad nació en los años 50, con la misión de dar cobertura –al fin y al cabo, dar oportunidades– a las empleadas de hogar en España, que carecían por entonces de cualquier cobertura social. Por eso podemos decir que somos, desde siempre, una herramienta integradora de los partícipes menos favorecidos de la economía. Esto lo realizamos por diferentes medios, entre los que destaca la búsqueda de productos aseguradores técnicamente ajustados. El objetivo es brindar al asegurado exclusivamente la cobertura que precisa, sin complementos poco prácticos y en muchos casos irrelevantes para su vida diaria. Esto se traduce en unos precios muy contenidos, casi lo que hoy se conoce como microseguro.
Un modelo asegurador integrador
Llevamos años tratando de exportar nuestro modelo asegurador a zonas y ámbitos sociales de Latinoamérica donde pensamos que podemos aportar valor, aumentando la protección de personas que en muchas ocasiones se encuentran fuera del foco asegurador de las empresas más tradicionales. Muchas veces nos hablan del microseguro como una fórmula innovadora de integración socioeconómica. Nosotros, de algún modo, llevamos practicándolo en España muchos años, ya que el precio ajustado es un distintivo de nuestra entidad y un medio evidente de inclusión.
Utilizando terminología de economía inclusiva, el triple resultado o el impacto que nuestra actividad genera en las tres dimensiones: social, económica y ambiental, se ha visto sin duda afectado a raíz de la COVID-19. Hemos tratado de estar presentes sobre todo en las dos primeras, que son las más cercanas a nuestra actividad.
¿Cómo puede actuar una aseguradora ante el COVID-19?
En las dimensiones económico-sociales nos hemos involucrado tratando de ajustar nuestra actividad a la situación de los clientes y colaboradores. No solo hemos tomado medidas de ajustes de cuotas, cuando hemos sido conscientes de que la situación de nuestros clientes hacía que el producto contratado perdiese parte de su practicidad, sino que hemos colaborado activamente por medio de una alianza público-privada con la Generalitat Valenciana para la compra de equipo médico de protección para el colectivo de sanitarios.
En Divina Pastora no nos gusta contraponer conceptos que pensamos que son y deben ser complementarios. Así por ejemplo existen dos líneas de pensamiento, en principio enfrentadas, que dicen que la pandemia puede ser una oportunidad para seguir impulsando la sostenibilidad y el impacto social de las empresas. Sin embargo, otros destacan que las empresas tienen que estar centradas en sobrevivir y en mantener a sus empleados. Nosotros pensamos que ambas tendencias son convergentes.
Seguimos confiando en nuestra gestión prudente y nuestra austeridad en el gasto que tan buenos frutos nos han dado hasta ahora. El Grupo Divina Pastora ha seguido creciendo sin perder de vista su principal objetivo que apuntábamos anteriormente: atender al cliente con productos aseguradores que se adapten a sus necesidades reales, sin coberturas adicionales.
Comerciales con contrato laboral
En esta línea, en este contexto, recientemente se ha cumplido un año de nuestro cambio en la política laboral en la red comercial y el balance ha sido muy positivo. Hemos sido una de las primeras compañías del sector en sustituir el contrato mercantil de nuestros agentes comerciales por un contrato laboral. De esta forma, todos nuestros empleados tienen los mismos derechos y la misma estabilidad laboral. Para nosotros, este cambio también es crecimiento inclusivo, al reconocer la igualdad de derechos a todos los trabajadores, independientemente de la naturaleza de su actividad. Durante la pandemia nuestro modelo ha permitido que estas personas hayan estado protegidas en sus ingresos, pues de lo contrario hubieran dependido únicamente de la venta, que ha sido muy complicada en esos momentos. Curiosamente, como contraprestación a esta situación, la reacción de nuestro personal ha sido extraordinaria, reconvirtiéndose, en muchos casos, en vendedores no presenciales.
Por último, nos gustaría aprovechar esta ventana que nos ofrece el Observatorio Empresarial para el Crecimiento Inclusivo (OEPCI) para destacar la labor que realiza este foro de colaboración eminentemente práctico. Para el equipo de Divina Pastora, es muy satisfactorio participar en los encuentros, debatir estrategias y líneas de actuación. De hecho, venimos colaborando desde hace algunos años con Fundación CODESPA, que es la entidad madre del Observatorio. Esta colaboración eminentemente práctica se ha realizado por la coincidencia de fines entre nuestras instituciones. Tal y como se recoge en su web corporativa, la misión de esta ONG es “proporcionar oportunidades a las personas para que puedan, a través del trabajo, salir de la pobreza y ser protagonistas de su propio desarrollo”. En el Grupo Divina Pastora compartimos esta misión y modestamente tratamos de contribuir a ella día a día. De hecho, hemos trabajado conjuntamente con Fundación CODESPA buscando soluciones aseguradoras en el Perú y en Angola.
Desde Divina Pastora seguiremos apoyando este tipo de iniciativas porque creemos que, como empresa, tenemos un papel protagonista para hacer frente a la lucha contra la pobreza y seguir avanzando en el crecimiento inclusivo.