¿Es la economía circular el futuro o realmente forma parte del presente? Está claro que una economía sostenible, en la que los productos se reutilicen indefinidamente y que no genere impactos negativos ni en el entorno ni en las personas, es la economía que debemos implantar en un futuro, pero ¿por qué esperar?
La economía lineal, basada en extraer-producir-usar y tirar, comenzó con la Revolución Industrial y desde entonces prevalece en la mayoría de los sectores económicos en todo el mundo. Nuestra economía sigue siendo casi enteramente lineal, pero que algo haya funcionado hasta ahora no significa que lo vaya a seguir haciendo eternamente.
Los recursos comienzan a agotarse y cada vez son más los vertederos repletos de desechos y residuos. En la Unión Europea, solo el 12% de los materiales y recursos secundarios vuelve a entrar en la economía. Ha llegado la hora de cambiar nuestro modelo económico y orientarnos hacia la circularidad, la única salida posible para el futuro, pero también para el presente.
El sector de la construcción, del que formamos parte en Construcía, es uno de los que más peso tiene en términos económicos, pero también es de los que mayores repercusiones tiene en el medio ambiente. En el Nuevo Plan de Acción para la Economía Circular, elaborado por la Comisión Europea, se recoge que la construcción absorbe alrededor del 50% de todos los materiales extraídos y es responsable de más de 35% del total de los residuos generados en la Unión Europea.
En Construcía hemos desarrollado una metodología propia que nos permite aplicar la economía circular a la construcción y hacerlo además sin que esto suponga un aumento de costes: Lean2Cradle® Construcía. Con ella conseguimos impactar de forma positiva en las personas, el medio ambiente y la economía.
Nuestra metodología combina los beneficios del Lean Construction, basado en la construcción industrializada, con los de los principios del Cradle to Cradle. Cradle to Cradle Certified es un sello de producto que nos garantiza, por un lado, que el producto está exento de sustancias químicas nocivas para el organismo y el planeta, y por otro, su ciclabilidad, es decir, su descomposición en sus materias primas originales, de forma que se pueda reutilizar o devolver a la tierra sin perder valor.
Con la construcción circular no solo tenemos en cuenta las clásicas métricas de la construcción tradicional: precio, plazo y calidad. Además de estas, hay otros parámetros con los que medimos el impacto en las personas, en las empresas y en el planeta.
Las métricas tenidas en cuenta hacen referencia a la salud y al bienestar (toxicidad), a la productividad de los ocupantes de los edificios (confort térmico, acústico y lumínico, calidad del aire, biofilia…), a la rentabilidad y el valor de los activos (el incremento del valor residual, la protección frente a regulaciones futuras…), a las emisiones de CO2, a la ecotoxicidad o al residuo evitado (ciclabilidad).
La economía circular no debe ser una opción de futuro, debe ser la única opción. En Construcía llevamos casi una década analizando los beneficios de su aplicación en nuestro sector y hoy podemos decir que la economía circular forma parte de nuestra estrategia empresarial y guía nuestras acciones hacia un futuro en el que dejaremos una huella positiva. Nosotros ya hemos comenzado el camino y queremos que otros se sumen al cambio. ¿Contamos contigo?
PRIMER INFORME SOBRE LA CONSTRUCCIÓN CIRCULAR
Desde Construcía han elaborado el Primer Informe sobre la Construcción Circular en Europa. Un documento que recoge las claves de la aplicación de la economía circular al sector, sus ventajas y beneficios y las herramientas necesarias para medirlos y cuantificarlos.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Alianzas para impulsar la economía circular.