La sostenibilidad se ha convertido en el eje central para la estrategia de negocio de muchas empresas, buscando minimizar su impacto ambiental, generar un cambio positivo en sus comunidades y sectores, mantener la competitividad y, sobre todo, responder a unos estándares globales cada vez más estrictos. A partir de enero de 2025, todas las grandes organizaciones deberán cumplir con la obligación de publicar informes de sostenibilidad, en cumplimiento de la Directiva (UE) 2022/2464 del Parlamento Europeo y del Consejo del 14 de diciembre de 2022 (CSRD). Una imposición que se extenderá progresivamente al resto de entidades, con fechas específicas según su tipo y tamaño.
Con el objetivo de prepararse para este escenario, muchas compañías llevan años esforzándose por cumplir estos criterios. Así se refleja en el Informe Europeo de Pagos de Intrum, estudio anual que analiza la salud financiera y el comportamiento y tendencias de pago de las empresas de 25 países europeos. En él, se recoge que, actualmente, el 67% de las entidades españolas está intensificando sus esfuerzos por ser más sostenible. Un porcentaje notablemente superior al 60% registrado en 2022 y al 64% de 2023, resaltando que las organizaciones son cada vez más conscientes de que deben integrar criterios sostenibles para potenciar su desarrollo, reforzar su imagen corporativa y cumplir con las disposiciones internacionales.
A nivel europeo, este porcentaje de empresas se sitúa en el 63%, igualando el dato de 2022, y superando en tres puntos el 60% registrado en 2023. España se sitúa, así, como el quinto territorio con el mayor porcentaje de entidades que están adoptando cada vez más prácticas empresariales sostenibles, por debajo de Suiza (75%), Polonia (69%), Noruega (68%) y Países Bajos (68%), y con un porcentaje similar al de Serbia e Italia. En contraste, Suecia (56%) y Grecia (52%) presentan las cifras más bajas en este ámbito, lo que indica que aún existe un margen considerable en estas naciones.
En este contexto, el informe revela también que el 54% de las compañías considera que podría perder clientes rápidamente si no asume seriamente sus responsabilidades ambientales. Sin embargo, esta cifra ha descendido desde el 64% registrado en 2022 y el 55% en 2023. Una reducción que podría deberse a una creciente confianza en las medidas de sostenibilidad ya implementadas.
Los impagos, el principal impedimento para impulsar en mayor medida la sostenibilidad en su negocio
A pesar de los esfuerzos significativos por parte de las empresas para avanzar hacia prácticas más sostenibles, los retrasos en los pagos por parte de los clientes podrían estar frenando el avance de algunas compañías, ya que dificultan su capacidad para invertir en estos objetivos. Por ejemplo, limitando la posibilidad de renovar los equipos por otros más eficientes, destinar fondos a programas de inclusión social o invertir en una mayor transparencia en la gobernanza interna.
En este sentido, el Informe Europeo de Pagos refleja que el 62% de los negocios españoles podría avanzar en mayor medida en sus objetivos de sostenibilidad si lograra recibir los pagos de sus clientes con mayor puntualidad, lo que destaca la importancia de mantener un flujo de ingresos estable para promover los esfuerzos medioambientales, de contribución social y de buen gobierno. Este porcentaje de respuesta es seis puntos superior al europeo (56%), y nos sitúa los segundos de la lista de países, únicamente inferior al de Alemania (66%), y por encima de territorios como Italia (60%), Grecia (59%), Portugal (58%), Francia (53%) o Suiza (50%).
Además de los impagos, la presión operativa, que incluye la necesidad de gestionar recursos ajustados, cumplir con normativas complejas y atender a una creciente demanda de eficiencia, también resulta un impedimento para que muchas entidades puedan destinar más tiempo y presupuesto a la sostenibilidad. Así lo perciben las empresas encuestadas en el estudio de Intrum, que muestra que el 39% de las organizaciones españolas ve comprensible que, bajo estas condiciones, las pymes vean limitado su esfuerzo en mejorar sus prácticas sostenibles. Una opinión compartida a nivel europeo, donde el promedio de respuesta se sitúa en el 43%.
De cara al cierre del año y con la inminente obligación para todas las empresas de rendir cuentas en materia ESG, se hace aún más necesario que las compañías, independientemente de su tamaño, analicen sus procesos, ajusten sus estrategias y fortalezcan sus políticas de pago, especialmente en el caso de las de menor tamaño. Solo así podrán desarrollar la solidez financiera y la capacidad operativa suficientes para sostener sus compromisos de sostenibilidad, responder con éxito a las nuevas demandas del entorno regulatorio y avanzar con paso firme hacia un futuro más responsable.