La empresa INSECTOPIA2050, creada por dos tecnólogas de Zaragoza, ha presentado en la capital aragonesa su nuevo producto para consumo humano, las barritas energéticas VITAENERGY. Se trata de unas barritas energéticas naturales, enriquecidas con proteínas de insecto, vitaminas y minerales y creatina, que han sido desarrolladas con el fin de aportar un refuerzo de energía, natural, saludable y sostenible antes o durante la realización de ejercicio físico. Las barritas han sido desarrolladas en tres sabores: coco y almendras, cacao y avellanas, y una alternativa salada de sabor mediterráneo.
La cría de proteínas de insecto conlleva una gestión más eficiente y sostenible que la de otras fuentes de proteína. Se requiere de un menor consumo de agua y además conlleva una menor generación de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, un menor impacto medioambiental. Adicionalmente, las características de su sistema de producción permiten adaptarlo al modelo de economía circular.
En este sentido se utilizan subproductos agroalimentarios como insumos para la alimentación de los insectos, y, como productos resultantes, no solo se obtiene proteína, sino también otros productos de interés en diversos ámbitos económicos, como puede ser el sector agrícola, donde el frass generado por los insectos puede aprovecharse como un abono orgánico de excelente calidad. La producción de proteína de insectos requiere además de menos tiempo y de menos intervención humana, por lo que representa una fuente alternativa de gran atractivo para el presente y el futuro de la alimentación.
Dos tecnólogas zaragozanas están detrás de este pionero proyecto
Ana de Diego Nerín y Eva Gavín Nogués son las emprendedoras detrás de este proyecto que comenzó en 2018 con la creación del primer laboratorio de insectos con sede en Aragón.
Ana es licenciada en Ciencias Químicas y Eva es licenciada en Ingeniería Industrial, ambas por la Universidad de Zaragoza. Con más de quince años de experiencia en la gestión y coordinación de proyectos de I+D+I, ambas trabajan muy vinculadas al mundo de la innovación agroalimentaria. Precisamente en ese ámbito, detectaron la necesidad de investigación por parte de la comunidad científica con el objeto de asegurar fuentes de proteínas alternativas para el futuro.
Necesidad que parte de la premisa de que actualmente somos 7.900 millones de personas en el mundo y en 2050 seremos 9.700 millones, por lo que la ONU prevé que para el año 2050 la demanda de alimentos aumente en un 70%. De ahí, que sea necesario empezar a trabajar ya para asegurar un suministro de alimento suficiente y seguro a todas esas personas que vendrán en los próximos años.
Insectos y proyección a 2050 son la base, por lo tanto, de este proyecto INSECTOPIA2050.
Público objetivo: deportistas
Este primer lanzamiento va dirigido a deportistas que dan importancia a su salud y al medioambiente. Consumidores dispuestos a innovar en un mercado en un auge con un crecimiento significativo y perspectivas de futuro prometedoras.
Insectos como potenciadores de sabor: rompiendo barreras culturales
Las barritas han sido presentadas en distintas jornadas tanto en el Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza como en el local Grossery´s, en la que participaron decenas de personas de distintos segmentos sociodemográficos. En una primera parte de la sesión, los participantes pudieron conocer las propiedades y características de estas nuevas barritas energéticas, así como el cuidado trabajo de I+D+i que ha llevado a cabo la empresa hasta su diseño y fabricación. También, los miembros del equipo de INSECTOPIA2050 compartieron con el público las diferentes razones que hacen de los insectos una fuente de proteína alternativa muy interesante para la cadena alimentaria.
El sabor umami, conocido como el quinto sabor, se encuentra abundantemente en los insectos, lo que los convierte en excelentes potenciadores de sabor en diversas preparaciones culinarias. Al incorporarlos en salsas, caldos y platos principales, se logra una profundidad de sabor que realza y enriquece la experiencia culinaria.
Durante el evento de promoción de las nuevas barritas, los participantes tuvieron la oportunidad de degustar diversas preparaciones culinarias elaboradas en dos versiones: una sin insectos y otra enriquecida con un 8% de harina de Tenebrio Molitor. Esta experiencia tenía un doble propósito: demostrar que consumir insectos puede ser una experiencia fácil y agradable, y evaluar la percepción del público sobre las preparaciones, con y sin insectos.
Así, los asistentes probaron croquetas de jamón, totopos de maíz con guacamole, una vichyssoise y unas magdalenas. Tras degustar ambas versiones de cada plato, se invitó a los participantes a evaluar la apariencia, textura, aroma y sabor cada preparación con insectos y a compararla con los que no los contenían.
Los resultados fueron reveladores: los participantes afirmaron de forma mayoritaria que todas las preparaciones con harina de insecto eran más sabrosas. También destacaron que la experiencia había sido “sorprendente” y les había ayudado a cambiar su percepción sobre el consumo de insectos, rompiendo así su barrera cultural respecto a este tipo de alimentos.
El resultado global de todas las evaluaciones fue que las nuevas barritas energéticas desarrollados con harina de insecto mejoraban tanto en apariencia y textura, como en aroma y sabor a las versiones sin insecto.
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