Corresponsables entrevistó a la directora ejecutiva de Premios Latinoamérica Verde, Bianca Dager, quien habló sobre los objetivos de la premiación y los principales desafíos del sector público, el mundo privado y de la sociedad civil en materia de desarrollo sostenible y responsabilidad social.
¿Qué objetivo tienen los Premios Latinoamérica Verde y cómo ha sido su aceptación en la región?
Premios Latinoamérica Verde nace ante la necesidad de generar una comunidad de actores públicos, privados y de la sociedad civil que logre agruparnos, visibilizarnos y empoderarnos en torno a la sustentabilidad. Hace algunos años, antes de crear esta premiación, nos llegó un estudio que decía que el 85% de los emprendedores que buscan solucionar una problemática social y ambiental fracasan en menos de un año.
El informe determinó que la principal causa es la frustración de sentirse solos y no tener ayuda.
Entonces, ante esa situación, nosotros estamos visibilizando esta comunidad y reduciendo los niveles de frustración de nuestros colaboradores y participantes. Nosotros representamos un conjunto de proyectos e iniciativas que están unidas por objetivos y necesidades comunes.
Cuando algunas organizaciones ven esta realidad, se acercan a nosotros a tocarnos la Puerta y buscar colaboración para lograr sus objetivos.
Bajo este contexto, el propósito de Premios Latinoamérica Verde es visibilizar y fortalecer a agentes de cambio que ofertan y ponen en el mercado bienes y servicios fundamentales para la sostenibilidad y la promoción de la economía verde, las principales metas de nuestro formato de premiación.
¿Qué es para ustedes los Premios Latinoamérica Verde y qué importancia tiene para el cumplimiento de los ODS?
La economía verde puede tener varios significados. Para nosotros, este concepto refleja una economía donde se mueve capital y donde las empresas y organizaciones logren incorporan los costos relacionados a la naturaleza y los seres humanos en sus indicadores.
La economía verde implica crear cadenas de valor que se basen en transporte limpio, empaques sostenibles y energías renovables, entre otros aspectos. Lo ideal es que la economía verde cree productos que formen parte de una economía circular, favoreciendo el medioambiente, la salud y el bienestar de las personas.
El 97% de los latinoamericanos quiere hacer algo por el planeta pero no sabe cómo. Entonces, la economía verde debe fomentar la sostenibilidad y la educación de sus movilizadores sobre esta materia.
Por otra parte, Premios Latinoamérica Verde no trabaja solamente con emprendedores, con ONGs o grandes empresas, sino que trabajamos con todos.
La economía verde, en este sentido, es clave para cumplir con los ODS. Todos estos objetivos están ligados, de una manera u otra, a los recursos naturales, los cuales constituyen las bases de la producción económica y el diseño y ejecución de políticas públicas.
Si vemos nuestra historia global, la gran mayoría de las guerras han sido por conflictos por recursos naturales. Es muy importante que veamos esto con más integralidad. Premios Latinoamérica busca poner en relieve esta realidad e inspirar a todos nuestros públicos a construir un mundo más próspero, limpio y pacífico a través del cuidado y respeto del medio ambiente.
¿Por qué las organizaciones deberían apostar por una gestión socialmente responsable y sostenible?
Por sobrevivencia. En los comienzos del siglo XX, éramos mil millones de personas. En el 2000, alcanzábamos un total de 6 mil millones de personas. 18 años después, somos 7 mil seiscientos millones de personas. Para el 2050, algunos estudios estiman que podríamos superar la barrera de 10 mil millones de personas.
Por otra lado, la economía tradicional medida a través del PIB -indicador que no mide el daño al planeta y su biodiversidad- señala que la economía global está creciendo. Esto supone un mayor consumo de recursos naturales al año. Ante esto, lo único que puede pasar es que los recursos naturales se vayan agotando cada vez más.
Diego Lerta nos decía que estamos cada año consumiendo 1,7 planetas. Estamos tomando más de lo que el planeta puede regenerarse para satisfacer nuestras
necesidad.
La urbanización y la deforestación está arrasando ciudades. En 2017, en Bogotá, se deforestaron más de 3 mil hectáreas de bosques, lo cual es una locura. Tenemos que ser creativos y conscientes con respecto al medioambiente. Por ejemplo, hay que ver los desechos y residuos como materia prima para nuevos productos. Debemos pensar más en la economía circular y simular a la naturaleza donde nada se pierde, sino que se transforma.
Por otra parte, estamos acostumbrados a tener una economía lineal que no cuestionamos. Lo único que hacemos es comprar. Un estudio refleja que el 90% de las cosas que compramos se convierten en basura en menos de 6 meses. Esto quiere decir que consumimos por impulso. Por ejemplo, las empresas están acostumbradas a trabajar con dos tipos de obsolencia: la obsolencia programa, que significa comprar un cargador que luego no sirve y por lo tanto se debe adquirir un nuevo modelo. Por otro lado, está la obsolencia percibida, que tiene relación el paso cada vez más acelerado de las modas, como es lo que sucede con los celulares o la ropa.
El mercado tradicional nos dice que debemos consumir sin cesar porque nos trae felicidad, pero nadie se pregunta por las altas tasas de suicidio, encarcelamiento y destrucción del medioambiente. En este sentido, las empresas y las personas en general tenemos la responsabilidad de dar la vuelta a esta situación.
Una de las buenas noticias es que el mercado de productos y servicios con mejor impacto social y ambiental son las que más están creciendo en el mundo. Por ejemplo, los productos orgánicos, comercio justo y economías colaborativas van a la alza.
Estamos en una era fascinante porque tenemos herramientas científicas y tecnológicas para cambiar nuestra realidad y percepciones. Lo que falta es mayor consciencia y voluntad. Premios Latinoamérica Verde busca contribuir a este cambio positivo y necesario para nuestro mundo. Estamos convencidos que cambiar es posible.
¿Qué tan importante es que los gobiernos, las empresas y las organizaciones se unan para fomentar proyectos sociales y medioambientales?
Es muy relevante que esos actores se unan para lograr el desarrollo sostenible. Todos somos complementarios. No podemos esperar que los gobiernos hagan todo. Por otra parte, las empresas no son un instrumento para solo generar lucro y empleo como se ha dicho desde el siglo XVIII en adelante. Estas ideas están totalmente obsoletas.
En la actualidad, gobiernos, empresas, ONGs y la sociedad civil tienen que trabajar en conjunto para lograr un mundo más sostenible. Cabe destacar que la sociedad civil nunca ha tenido tanto poder como hoy sobre su compra y elegir lo que quiere.
Cada vez que nosotros compramos algo, estamos financiando a las empresas que lo hacen. Si hacemos esto, el bien o servicio se seguirá perpetuando a lo largo de los años. ser sabios con nuestro poder de compra puede cambiar la realidad social y medioambiental de muchas personas.
Algunas personas me dicen que los productos orgánicos o verdes son muchos caros. Sin embargo, yo les digo que el mercado quiere que estos productos sigan siendo nichos y estén diferenciados de otros productos con menor huella ecológica que son más baratos y accesibles. Este es un desafío que debemos abordar todos. Nosotros estamos visibilizando la demanda de productos y servicios sostenibles para validarlos ante el mercado y los ojos de la sociedad.
Por esta razón, en conjunto con nuestras 85 organizaciones aliadas, entre ellas Corresponsables, estamos trabajando en juntar oferta y demanda para democratizar el acceso a productos y servicios sostenibles.
Esto ayudará a generar una agricultura más sostenible y con menos emisiones. Asimismo, contribuirá a crear dinámicas de moda más lenta y responsable para que no nos señalen cada dos o cuatro meses los celulares que debemos comprar y la ropa que debemos usar.
Debemos ser conscientes con nuestro poder de compra y no avalar la esclavitud del siglo XXI al comprar prendas realizadas por personas que trabajan bajo condicionales salariales y laborales deplorables. La misma lógica aplica para productos basados en tala ilegal, deforestación, contaminación o vulneración de comunidades. Este es un camino que estamos tomando desde Premios Latinoamérica Verde. El trabajo no ha sido fácil, pero esperamos contribuir a construir una nueva realidad social y medioambiental en el futuro.
¿Cómo ves el rol de los gobiernos en la construcción de las nuevas realidades sociales y medioambientales que señalas?
Los gobiernos tienen que seguir creando normativas para lograr esos objetivos. No puede ser que ingresen a nuestra países plásticos de un solo uso que contaminan nuestros ecosistemas. No podemos seguir siendo siete mil seiscientos millones de personas que consumen cuatro descartables promedio al día.
¿Cómo podemos generar sinergia entre empresas que a veces compiten por clientes y buscan abaratar costos usando recursos, materiales o procedimientos más contaminantes?
Ése es un reto que tenemos que afrontar. Hay que empezar a pensar de forma colaborativa y no de forma individual. Siento que también los retos que enfrentamos nos llevarán a empezar a trabajar de manera más cercana economías de escala. Estoy convencida que el mercado y los consumidores estarán prefiriendo y comprando empresas y organizaciones socialmente responsables y sostenibles. Se ha hablado mucho del storytelling como forma de llegar a audiencias para vender productos. Sin embargo, hoy en día se habla más de los story-doings, es decir, del saber hacer y demostrar las cosas en la práctica.
¿Cuáles son los principales retos que tiene América Latina para lograr una gestión asociada a la sostenibilidad?
La región tiene un 32% de los recursos hídricos del mundo. Asimismo, tiene el 70% de la biodiversidad del planeta. No obstante, Latinoamérica presenta las mayores tasas de desarrollo urbano en el mundo. Todo esto quiere decir que para el 2050 se estima que 9 de cada 10 latinoamericanos vivirá en ciudades.
Esto significará un gran reto para las localidades. En Premios Latinoamérica Verde tenemos una categoría de ciudades sostenibles para evidenciar buenas prácticas en materia de política pública local y respuesta ciudadana y empresarial a estos desafíos.
Los principales retos, según este contexto, están radicados en reducir la deforestación, controlar el crecimiento urbano, construir ciudades más resilientes al cambio climático, y combatir las inequidades sociales y económicas a través del emprendimiento y la inclusión.
En este sentido, América Latina debe seguir despertando de su letargo para promover la protección de sus recursos hídricos, el desarrollo de energías renovables y la promoción de la movilidad eléctrica, entre otros asuntos. Los gobiernos tienen un papel fundamental en la consecución de estas materias debido a los compromisos del Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.