¿Cómo ha evolucionado Kaizen Institute en materia de responsabilidad social a lo largo de estos años?
Nuestra compañía es una consultora multinacional presente en 40 países. Somos más de 1.000 consultores en el mundo. En España, junto con Portugal, somos un único equipo de alrededor de 200 personas. Por ello, somos la consultora más grande en nuestro ámbito. En los últimos años hemos derivado hacía no solo ámbitos industriales, sino también al sector servicios y en general a todos los ámbitos de la economía.
Una vez que hemos dado este salto, te hablo aproximadamente de los últimos 15 o 20 años, hemos empezado a ocuparnos de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad de nuestros clientes.
Hemos presenciado un cambio en la forma de pensar de muchas empresas. Así, muchas compañías han entendido que la mejor forma para crecer es mejorar la imagen y la satisfacción para/con sus clientes. Entendido esto, un aspecto clave es desarrollar la Responsabilidad Social, y por eso muchos de nuestros clientes nos han empezado a solicitar ayuda para definir y desplegar iniciativas de mejora en esos ámbitos.
Así, a medida que hemos ido trabajando con ellos, hemos llegado al momento de desarrollar una línea de negocio propia en el ámbito de la sostenibilidad, con el objetivo de intentar ayudar a aquellas compañías que quieren desarrollarla y no saben muy bien cómo.
El reto de nuestra empresa es que entiendan que la RSE, más que un proyecto, es una forma de entender la realidad empresarial, por tanto es necesario organizar muy bien no solo las iniciativas para reducir consumos o emisiones, sino definir también iniciativas de cambio cultural y de gestión del cambio.
¿Qué iniciativas propias destacarías de vuestra empresa?
Quizá los proyectos que más impacto están teniendo actualmente son los relacionados con el ámbito industrial, ya que es el área en la que más rápido se notan los cambios producidos. Nosotros trabajamos con muchas empresas en el ámbito de la industria de procesos, ya sean cementeras, madereras, empresas con un consumo de energía agua y emisiones enormes.
Con estas compañías hemos desarrollado en los últimos años proyectos específicos para ayudarles primero a medir cuáles son los consumos y emisiones que producen, llegando a incluir algunos de estos KPI’s en un ámbito de dirección para aumentar su relevancia en la organización. Después, debemos entender en qué puntos se generan estos consumos y entender qué parte de ellos son realmente necesarios, y qué porcentaje son desperdicios y por tanto susceptibles de ser eliminados. A contnuación, definir e implantar soluciones de rápida implementación y bajo coste para eliminar esos desperdicios, a la vez que generar iniciativas de cambio cultural para involucrar a todos los trabajadores en este proceso. Por último, una vez hemos reducido todo lo que teníamos que reducir, hemos consumido menos, ¿qué más podemos hacer? Lanzar actividades de neutralización de nuestra huella involucrando a los trabajadores de la empresa.
Contamos con la ventaja de que la mayoría de estos proyectos generan retornos económicos directos en la cuenta de resultados, además de los puramente sociales, y esto nos ayuda a poder empujarlos desde la alta dirección, generando un equilibrio sano entre mejoras a corto plazo en el P&L, y mejora de nuestra imagen ante nuestros clientes, empleados y la sociedad en general, para aumento de ventas y crecimiento en el medio y largo plazo.
¿Cómo trabajáis la comunicación de la RSE, ya sea de forma interna como externa?
Queremos ser capaces de comunicar este mensaje, porque además así lo creemos. Hacer mejora continua con el prisma Kaizen implica eliminar el desperdicio de forma continuada, con todas las personas, y en todas las áreas. Desperdicio significa usar más recursos de lo necesario, y por tanto está directamente relacionado con la sostenibilidad. La sostenibilidad, al igual que la filosofía Kaizen, busca potenciar las actividades que añaden valor, y eliminar los consumos de energía, agua, CO2, tiempos y materiales que no añaden valor.
Nuestro fundador, que fue la primera persona que habló sobre Kaizen, y repite mucho que Kaizen y Lean es el camino para ser “Green”, y por tanto Kaizen es sinónimo de sostenibilidad.
¿Cómo valoras la situación actual de la RSE en España y cómo está evolucionando?
Esto tiene que ver con lo que comentábamos antes. Estoy muy contento porque veo que cada vez hay más empresas que se preocupan más sobre este tema. Hace unos años pocos hacían nada de esto, más allá de una fachada para no ser los peores.
Empiezo a encontrar hoy empresas de primer nivel que están concienciadas y lo entienden como algo clave en su desarrollo. Esto me agrada, me ilusiona y me motiva. La parte menos buena es que esto no es mayoritario, esto lo veo solos en algunas de las grandes compañías, y principalmente en las áreas corporativas. Cuando miras una planta, o una industria algo más pequeña, la RSE está aún lejos de ser una prioridad. Hay brotes verdes en un yelmo enorme, entonces hay que seguir regando todos juntos bajo una filosofía de mejora continua.
¿Cuáles son vuestros mayores retos y desafíos en esta materia?
Nuestros principales retos van relacionados con esta última cuestión, demostrar y hacer entender a las organizaciones que la responsabilidad social aporta valor a la propia compañía. Al final las empresas tienden a pensar qué ganan con esto. Y ahí entramos nosotros, que tenemos que ser capaces de medir y cuantificar bien los retornos reales de este camino para que todas las empresas, independientemente del tamaño y del sector, entiendan que es una apuesta ganadora.
La empresa vive de sus clientes y vive de la percepción que tienen los clientes de la compañía, y éstos cada vez son más sensibles a aspectos complementarios más allá del producto o el servicio que contratan. Los clientes eligen, cada vez más, empresas con las que se sienten identificados, que piensan y actúan acorde a sus principios y creencias. Siendo que la población cada vez está más concienciada con la sostenibilidad, solo aquellas empresas que caminen en esta dirección estarán alineadas con la forma de pensar de sus clientes. Todo esto tiene un valor de supervivencia, las empresas que piensen distinto a sus clientes, no sobreviven. Tenemos que ser capaces de dar esta transcendencia y que todos lo comprendan.