En estos momentos, la RSE es más necesaria que nunca para afrontar estos tiempos sin precedentes y conseguir una sociedad y un mundo más diverso e inclusivo, en definitiva, un mundo mejor para todos y para las generaciones venideras.
En la actual situación sanitaria y socio-económica, las organizaciones jugamos un papel clave en la atención y cuidado de los colectivos más vulnerables, como lo son las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Es nuestra responsabilidad contribuir a su inclusión y crear un entorno en el que se puedan desarrollar profesionalmente ahora y en el futuro.
El cuidado de las comunidades en las que vivimos y trabajamos ha formado parte de la esencia de CGI desde sus inicios. Esta filosofía corporativa está muy presente en nosotros y guía nuestras acciones de responsabilidad social. Por ello, CGI ha firmado un convenio de colaboración con Plena Inclusión Madrid que tiene como principal objetivo mejorar la empleabilidad y la inclusión laboral de este colectivo en sectores TI, verdes y sostenibles.
Además, este convenio supone la puesta en marcha de acciones de voluntariado corporativo; la incorporación de trabajadores con discapacidad intelectual en la plantilla de CGI; el apoyo al diseño y desarrollo de soluciones tecnológicas orientadas a personas discapacitadas, y la creación y desarrollo del proyecto “Laboratorio de innovación en sostenibilidad”.
A través de este laboratorio, ambas organizaciones han puesto en marcha acciones que permiten a las entidades que trabajan la inclusión laboral con personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, adquirir los conocimientos y las competencias necesarias para ofrecer nuevas oportunidades formativas encaminadas a capacitar a este colectivo para desarrollar su actividad productiva en puestos vinculados con la economía verde y sostenible.
Con este objetivo, han dado comienzo diferentes acciones formativas dirigidas a equipos diversos de trabajo en los que participarán personas con discapacidad intelectual, profesionales del sector de la discapacidad, de la administración pública y procedentes de sectores vinculados a la sostenibilidad ambiental. El alumnado aprenderá nuevas habilidades relacionadas con la economía circular, evaluación del impacto o metodologías inclusivas para la formación y el aprendizaje con el fin de inspirar otros proyectos de formación dirigidos a personas con discapacidad intelectual o del desarrollo que abran las puertas a una futura inclusión laboral.
Este tipo de acciones nos permite responder a la preocupación de las personas con discapacidad intelectual ante un futuro más incierto que nunca como consecuencia de la COVID-19, y ante el que perciben mayores dificultades económicas, sociales y laborales.
Por otro lado, se convierte en una oportunidad para aprovechar la tendencia del mercado laboral que demanda cada vez más perfiles profesionales vinculados a la preservación de los recursos medioambientales, la reducción del impacto negativo de las organizaciones en el medio ambiente, y, en definitiva, a la protección del planeta.
Gracias a esta colaboración conjunta, podemos contribuir no sólo al desarrollo de soluciones creativas e innovadoras en relación a los retos socio-ambientales actuales, sino también al cumplimiento de la Agenda 2030 y de sus objetivos 8 y 11.