Como representante de una organización que está fomentando la gestión ética para fortalecer la confianza entre vuestros públicos, ¿podrías comentarnos los motivos que os han llevado a emprender este camino?
Han transcurrido ya más de 10 años desde la incorporación de la responsabilidad penal de la persona jurídica en nuestra legislación y existen varios motivos por los que hemos decidido emprender el camino para fomentar la gestión ética para fortalecer la confianza entre nuestros clientes.
En este sentido, son muchas las señales que apuntan a la importancia de consolidar la integración de la ética y el cumplimiento normativo en el propósito, la cultura, la gestión y el gobierno corporativo de las organizaciones, entre ellas la nuestra, como son los fenómenos de corrupción, los objetivos de desarrollo sostenible, el cambio climático, la ley 11/2018 de información sobre aspectos no financieros ambientales, sociales y gobernanza -ESG-, la recientemente aprobada ISO 37301, diferentes directivas europeas como la Directiva (UE) 2019/1937, de 23 de octubre, relativa a la protección de las personas denunciantes o alertadoras, entre otras. Estas son algunas de las razones que han fomentado esta decisión.
¿Qué medidas y procesos estáis implementando en este sentido y qué avances habéis constatado hasta la fecha?
Al entender la ética como el verdadero sustrato del compliance, las medidas y procesos que estamos implementando las tomamos desde el ejercicio y el fomento de la responsabilidad que reside en el interior de las personas de la organización, de acuerdo con unos valores y principios éticos que nos hemos fijado como empresa internamente y de la manera más participativa posible. De esta manera, desarrollamos una verdadera cultura ética, lo que contribuye a reducir los riesgos éticos y de cumplimiento y, en definitiva, a fortalecer la confianza de todos los grupos de interés en nuestra organización.
¿Cuál sería vuestro principal reto ético en el seno de vuestra organización?
El principal reto ético en nuestra organización es promover una verdadera cultura ética y trasladarla a nuestro entorno de stakeholders. Actuar con la única intención de evitar las consecuencias de posibles incumplimientos penales no es suficiente. Desde esta perspectiva, podemos decir que estamos fomentando una cultura defensiva, negativa y reactiva, y poniendo el peso de las decisiones en factores impuestos desde fuera de la organización, como son las leyes y las normas, abandonando la asunción de nuestras responsabilidades y dejándolas en manos de agentes externos. La verdadera responsabilidad nace de dentro, de nuestra esencia corporativa.
¿Qué otros desafíos en materia de gestión socialmente responsable habéis identificado?
El desafío que tenemos es reducir la brecha entre lo que decimos y lo que hacemos y conseguir, así, una verdadera transformación cultural, introduciendo la perspectiva ética en la toma de decisiones. Aquí es donde reside una de las claves para consolidar el binomio “ética y cumplimiento” introduciendo la perspectiva ética en la toma de decisiones.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Aplicación de la ética en la gestión y la cultura de las organizaciones