*extracto del discurso de Clausura de Alicia Bárcena en el Primer Foro de los Países de América Latina y el Caribe para el Desarrollo Sostenible
La Agenda 2030 es única, pero las maneras de implementarla son muchas.
Se requiere que nos apropiemos de la Agenda 2030 a nivel de estado y no de gobierno, de un proyecto de sociedad, de ciudadanía que nos invite a avanzar en la perspectiva y en la prospectiva de pensar colectivamente en dónde queremos estar en el 2030.
Hemos visto con orgullo las presentaciones de 11 países de la región que se suman a los 3 que ya habían presentado sus informes voluntarios.
Somos 14 de un total de 44 en el mundo. Eso muestra el compromiso de esta región. Es un compromiso sólido en donde está Argentina, el Brasil, Chile, el Perú, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Belice, Costa Rica y el Uruguay junto con Colombia, Venezuela y México.
Estamos seguros que el próximo año todos los demás países estarán también relatando sus informes voluntarios. Vaya nuestro reconocimiento a México, que el miércoles presentó su propio Consejo Nacional para el Desarrollo Sostenible y comprometió, en la voz del propio presidente Peña Nieto, la formulación del plan nacional de desarrollo e instruyó que se asignaran los recursos presupuestales para el 2018.
Qué gran legado para las siguientes generaciones dejar instrumentos, instituciones, leyes, pactos de largo aliento. Eso es lo que hemos analizado aquí, hemos avanzado en muchos temas.
También hemos encontrado fuertes desafíos. Uno de ellos es cómo vamos a hacer para integrar plenamente a la sociedad civil.
Plenamente, porque sabemos que la sociedad civil está muy comprometida y es corresponsable. Esta es una Agenda de derechos, no podemos dejar a nadie atrás, pero tampoco atrás de los debates y de las decisiones.
También necesitamos las contribuciones del sector privado y necesitamos que el sector privado camine junto a nosotros, que cambiemos la conversación para construir y adoptar los ODS más allá de la ilantropía. Esto tiene que ser parte de los
modelos de negocios del sector privado.
El segundo desafío que hemos detectado es cómo vamos a implementar esta Agenda, cómo la vamos a inanciar, algo que ha estado en la voz de muchos de los países y de sus representantes. En estas jornadas hemos identiicado que la voz colectiva de la región nos puede abrir el espacio para intervenir mucho más eicazmente en las reglas de los organismos inancieros como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.
El delegado de Uruguay hizo aquí una propuesta muy importante: cómo cambiamos la forma de contabilizar la inversión pública. Esos son temas que sólo colectivamente los podemos lograr al igual que para eliminar la evasión iscal, los fondos ilícitos, para ponernos solidariamente detrás del alivio de la deuda externa de los países, de los Estados insulares de nuestro querido Caribe. Nuestra región ha venido avanzando mucho.
Aquí se presentó de forma colectiva y colegiada en sistema de las Naciones Unidas. Se presentaron en conjunto, con una sola voz, que es lo que nos han pedido los países por años. Lo lograron ustedes, queridos colegas de las Naciones Unidas, muchas gracias. No quiero dejar de mencionar la importancia que le damos a la igualdad de género.
Tenemos que erradicar la discriminación y la desigualdad de género y avanzar en el pleno ejercicio de nuestras autonomías: física, económica y política.
Estamos aquí para derrumbar la premisa que nos ubica como líderes de la desigualdad. Tenemos que lograr que este lagelo de la desigualdad en todos sus ámbitos –de ingreso, de riqueza, de acceso, de medios.
De educación, etc-, termine con la Agenda 2030. Sé que podemos hacerlo. La región cuenta con las herramientas, con la fuerza de su pueblo, con la voluntad de sus líderes para alcanzar un desarrollo sin dejar a nadie atrás.