Tras la aprobación de la normativa comunitaria necesaria, las compañías ya pueden presentar sus informes indicando cuáles de sus actividades contribuyen a los objetivos climáticos o los perjudican. ¿Creéis que las empresas ya están trabajando bajo este nuevo escenario?
Creemos que las compañías cotizadas, entidades financieras y aquellas con más de 250 empleados, ya comenzaron a trabajar en el año 2018 con la obligatoriedad del reporte del estado de información no financiera. Nos consta que no se han quedado ahí, ya que las noticias que se han ido filtrando desde 2018 sobre la taxonomía social han ido orientando este estado de información no financiera a través de los prestadores de servicios de verificación que han ido traduciendo diversos requisitos a estas empresas sobre la adaptación de este tipo de reporte.
La publicación de la normativa comunitaria y el desarrollo normativo que se está llevando a cabo en cada país (en España, el Consejo de Ministros ha acordado el 3 de mayo abrir audiencia pública para el texto del anteproyecto de ley por el que se regula el marco de información corporativa sobre cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza) que se va a aplicar a todo tipo de empresas (salvo a las microempresas) nos hace pensar que hay muchísimas empresas que no sólo no están trabajando en esto, sino que tampoco se han parado a pensar en el impacto que va a suponer este nuevo escenario sobre la información que tienen que publicar.
¿Qué opinión os merece el actual nivel de transparencia europeo sobre los negocios de las empresas?
A nivel de grandes empresas cotizadas, creemos que es bueno el nivel de transparencia en la parte ambiental y de gobierno corporativo. Desde nuestro punto de vista, creemos que la información en la parte social es bastante escasa y no siempre vinculada al negocio de cada compañía. Hemos podido constatar que, al ser muy difícil medir una huella social en un negocio, se ha omitido o no se le ha dado importancia a esta medición en muchísimas compañías, sin valorar el impacto que supone sobre sus Stakeholders, especialmente el relacionado con sus empleados y su bienestar.
¿Qué implicaciones y ventajas creen que puede tener para una empresa la nueva legislación?
Como les indicábamos anteriormente, creemos que el impacto es muy grande. Va a entrar en vigor que todas las compañías de más de 10 empleados tendrán obligación de presentar esta información y deberá ser verificada por una entidad independiente. Aunque se ha establecido una excepción para las PYMES, cuya entrada en vigor se retrasa hasta 2026, creemos que tiene un impacto enorme.
Además del esfuerzo de transparencia que va a suponer para casi cualquier empresa, creemos que va a suponer un esfuerzo enorme, por parte del ICAC, identificar de forma clara la materialidad de la información de sostenibilidad que se tendrá que suministrar por parte de las compañías.
Nos parece también que podría facilitar la creación de un nuevo entorno de compañías que, ante este reto, puedan ver no sólo una obligación sino un modo de gestionar acorde con el espíritu de esta norma y con los retos de sostenibilidad que nos hemos marcado. Nos gustaría pensar, que no sólo se va a ver la sostenibilidad desde un punto de vista ambiental, ya que la mayoría de indicadores sociales que tenemos en Europa (y en la mayoría de los países avanzados) nos presentan un panorama muy complicado (bajas tasas de natalidad, envejecimiento de la población, problemas de integración de la inmigración, falta de mano de obra cualificada, dificultades de conciliación de las familias,.. ) que nos gustaría que se pudiera visibilizar y gestionar a través de esta regulación.
¿De qué manera asesoráis a vuestros clientes y aliados para que no incurran en ‘blanqueo ecológico’?
Nuestra fundación, no está asesorando en esta materia, sino en la parte Social de la ESG. Estamos intentando que las empresas no hagan blanqueo Social, a través de la gestión de las necesidades de los empleados en las organizaciones (gestión de la conciliación), para lograr empleados más comprometidos, felices, satisfechos y mejorar el balance con su parte personal-familiar. Creemos que es algo muy importante, ya que impacta en “todas” las organizaciones, y afecta al bienestar de “todas” las sociedades; y que, desgraciadamente, no se entiende por parte de nuestros legisladores.
¿A qué otros retos y desafíos se enfrentan vuestros stakeholders en cuanto a la transparencia informativa se refiere?
Creo que se enfrentan al reto de visibilizar los logros que consiguen, a través de sus empleados, en las sociedades en las que operan. Es el tema que les he ido desarrollando en las preguntas anteriores.
Nosotros creemos que las empresas son entidades que ayudan a desarrollar las sociedades en las que operan, y son un arma social en las decisiones que toman en el día a día, que se les tiene que reconocer y ayudar (no sólo obligar). Nuestra fundación trabaja en esta línea e intenta visibilizar este esfuerzo a través del modelo de gestión efr.