La reducción de la huella ecológica hasta alcanzar la neutralidad de CO2 es un objetivo fundamental de numerosos sectores industriales y cadenas de valor. Esto también afecta a los procesos de pretratamiento y pintado en la industria automovilística. A través de la herramienta GLASS, la División Coatings de BASF ofrece un enfoque analítico que genera transparencia y respalda al cliente a la hora de tomar decisiones bien fundadas en lo relativo a soluciones sostenibles para superficies.
GLASS es la abreviatura de «Global Life Cycle Assessment of Automotive Surface Solutions» (evaluación del ciclo de vida global para soluciones de superficies de automóviles). Esto se refiere al cálculo y la determinación del impacto medioambiental tal como las emisiones de CO2 y de los costes generados, para lo que se aplica un enfoque integral de principio a fin.
Con respecto a los recubrimientos de superficie de BASF, esto equivale a la cadena del valor desde la extracción de las materias primas hasta llegar al barniz –la última fase del proceso de recubrimiento–, pasando por el pretratamiento. Esta transparencia permite a los clientes obtener mejoras en materia de costes, rendimiento y huella ecológica. La herramienta GLASS ha sido verificada por un organismo independiente y cumple los requisitos relevantes de las normas EN ISO 14040 y 14044.
Transparencia en la huella de carbono
«Una pintura, con sus distintas capas, genera unos 30 kg de CO2 por automóvil producido. No obstante, el proceso de pintado en sí mismo tiene un impacto mucho mayor, llegando al menos hasta unos 150 kg de CO2 por vehículo, lo que corresponde aproximadamente a un tercio del proceso total de fabricación de automóviles», explica Sabrina Platzek, Vice President Global Marketing Automotive OEM Coatings. «Además de la huella de carbono del producto, es decir, la huella de CO2, también es importante hacer transparente la huella generada en lo que llamamos el área de pintura, así como el consumo de energía y los costes. Solo con una amplia base de datos y una simulación comprehensiva es posible derivar medidas eficaces. Eso es justo lo que podemos ofrecer a nuestros clientes con GLASS, facilitando a la vez una fuente de información excepcional para el sector».
GLASS es un modelo adaptado de análisis del ciclo de vida. Este no solamente considera cada uno de los aspectos parciales del proceso de aplicación de una pintura, como por ejemplo un horno o un sistema de recubrimiento determinados, sino que permite a BASF Coatings y también al cliente analizar las influencias medioambientales de todos los componentes esenciales en el proceso de aplicación, todo ello con un enfoque modular que abarca todas las capas. Se tienen también en cuenta las circunstancias específicas de cada región o centro de trabajo, así como las condiciones climáticas locales, el uso de energía y los respectivos procesos de aplicación o las estructuras de producción del cliente. La estructura modular del modelo permite incluir en la consideración y el análisis aspectos parciales específicos o bien la línea de pintado completa.
«Una vez establecida la transparencia, podemos asesorar a nuestros clientes de forma específica y desarrollar soluciones conjuntamente. Estas pueden ser tecnologías de bajas emisiones de CO2 situadas al principio de la cadena del valor, o bien soluciones que tengan un efecto reductor del CO2 al aplicarse», afirma Tim Banik, Lifecycle Assessment Expert de BASF Coatings y desarrollador de GLASS.
«Queremos encabezar nuestro sector en el área de la sostenibilidad. Por eso está en el centro de todo lo que hacemos. Las reacciones positivas que hemos recibido del mercado nos reafirman en ese propósito. Eso hace que nos alegre aún más el hecho de que en el futuro GLASS no solo se ofrecerá para el pintado en origen, ya que actualmente también estamos desarrollando herramientas GLASS para otros campos de aplicación», añade el Dr. Markus Piepenbrink, Director de Sustainability, BASF Coatings.