¿Cómo ha ido evolucionando la estrategia de RSE en su comunidad autónoma y cuáles han sido los puntos clave de ésta en los últimos años?
Durante este mandato se ha realizado un esfuerzo por conocer, difundir y poner en valor las prácticas de sostenibilidad ambiental, económica y social. Para ello se ha trabajado con las Cámaras de Comercio, Universidad de Oviedo y el Club de Calidad a fin de dar visibilidad a las buenas prácticas en esos ámbitos en el Principado de Asturias. Además se han elaborado y recopilado materiales para incluirlos en los centros educativos, se ha creado junto a la Universidad de Oviedo la cátedra Concepción Arenal para la Agenda 2030, con la sociedad civil se ha constituido el Consejo para la Agenda 2030 del Principado de Asturias y se ha desarrollado una guía para diseñar e implantar la Agenda 2030 en Entidades Locales aparte de proporcionar materiales formativos de libre acceso.
¿Qué valoración hace del estado de la RSE en el territorio?
Muy bueno. Asturias tiene campeones de la sostenibilidad aunque sean poco conocidos. Esa es una labor que debemos seguir realizando en Asturias: dar visibilidad y poner en valor a las empresas asturianas que lo están haciendo bien en el ámbito de la sostenibilidad y que así sean ejemplo para las demás.
¿Cuál es el proyecto en materia de sostenibilidad que más destacaría de los que han puesto en marcha recientemente?
Personalmente el que más me gusta y creo que tiene mucho recorrido aún es una web donde se recogen las buenas prácticas de las empresas asturianas en el ámbito de la sostenibilidad medioambiental, social y económica, proyecto que desarrollamos con las Cámaras de Comercio asturianas.
¿Cómo están logrando incentivar las buenas prácticas en materia de sostenibilidad en las empresas y pymes locales?
A día de hoy mediante la difusión de estas buenas prácticas tanto en internet como en eventos que organizamos, publicaciones que financiamos y a través de medios de comunicación regionales. Queremos concienciar y fomentar, no obligar.
¿Qué herramientas ofrecen al tejido empresarial local para que permee su estrategia de RSE?
Trabajamos con las Cámaras de Comercio así como con el Club de Calidad para dar a conocer buenas prácticas empresariales. Asimismo estamos trabajando en la creación de un sello autonómico que certifique el compromiso con la Agenda 2030 de las empresas y elaborando una guía que facilite el diseño e implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las empresas.
¿Cómo lograr convencer a los ciudadanos de la responsabilidad que tenemos con la sostenibilidad de nuestro entorno? ¿Qué papel juega la Administración Pública en este sentido?
Si bien el esfuerzo para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible es una labor de todos desde las Administraciones Públicas se debe liderar y dar ejemplo. Para ello es necesaria la concienciación, que la sostenibilidad no es cosa de otros sino que empiezo en nosotros mismos y que podemos hacer mucho si todos colaboramos en la medida de nuestras posibilidades. Pero más allá de la educación de la ciudadanía también es necesario movilizar recursos, revisar iniciativas políticas, planes y proyectos para mejorarlos y alinearlos con la Agenda 2030. Las Administraciones Públicas no pueden exigir a los demás sin exigirse a sí misma saliendo también de su zona de confort. Las Administraciones Públicas deben liderar con el ejemplo.
¿Cuáles cree que son los principales errores que se siguen cometiendo en torno a la RSE y cómo subsanarlos?
Creo que es el momento de que la RSE no se limite a actividades como donaciones o la creación de fundaciones, sino a incorporar la responsabilidad social y la sostenibilidad a sus procesos, a la manera en que generan su actividad, productos o servicios. De poco vale que una empresa dedica una parte importante de sus beneficios a la responsabilidad social si esos beneficios proceden de procesos productivos insostenibles para la sociedad o el planeta.
¿Cuál es el gran reto que tiene la Administración Pública en materia de sostenibilidad?
El gran reto de la Administración Pública en materia de sostenibilidad es adaptar su estructura y su cultura organizativa a los desafíos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Administración Pública es, por su propia razón de ser, un protagonista indispensable en la implantación de las medidas que nos puedan garantizar un planeta sostenible y una sociedad más justa. Pero la Administración Pública está formada por personas y son estas las que deben interiorizar las metas de la Agenda 2030 y aplicarlas a las responsabilidades que les han sido encomendadas a cada una. Desde la base hasta la cúspide de la organización tiene que haber una voluntad y un compromiso en adoptar las decisiones que encarrilen a la Administración Pública en la línea de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que así la Administración ejerza su enorme fuerza tractora con la sociedad civil para colocarnos a todos en la senda de la sostenibilidad.
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