El gobierno corporativo es clave para la sustentabilidad y para la permanencia en el tiempo del negocio, ya que permite incorporar la responsabilidad por los impactos empresariales en las decisiones al más alto nivel, en las decisiones del Directorio.
Cuando nos referimos a gobierno corporativo, no sólo hay que considerar la dimensión legal y regulatoria orientada al cumplimiento, sino cada vez más también a la dimensión financiera y económica que apunta a la retención y atracción de inversionistas, la dimensión estratégica enfocada en la creación de valor mediante la incorporación de buenas prácticas, y a la dimensión ético valórica del gobierno corporativo responsable entendida como parte del desarrollo sustentable de las empresas.
Su valor y relación con el desarrollo sustentable asoma con fuerza cuando, por ejemplo, son los propios clientes quienes comienzan a exigirle a la empresa el contar con procesos y productos amigables con el medio ambiente, así como la inclusión de consideraciones sociales tan básicas como prácticas laborales no discriminatorias.
Pero, ¿cuál es la relación de esto con el gobierno corporativo? Bueno, quienes dirigen y controlan la empresa son los llamados a tomar una definición estratégica respecto a estos ámbitos de la Sustentabilidad, para lo cual un primer paso es entender los profundamente conectados que están gobierno corporativo y la ética empresarial, y el rol clave que ejercen los directores de empresa.
“Yo decido pensando que mis decisiones serán publicadas la mañana siguiente en la portada del periódico de mayor circulación nacional”, me dijo un director de empresa, agregando que “si logro dormir bien considerando este ejercicio, entonces estoy actuando con una ética empresarial aceptable”, concluyó. Claro, los comportamientos y las decisiones de los directores son potentes señales valóricas para los agentes de mercado y la propia administración de la compañía.
Hace un tiempo, conocí el caso de una pyme agroexportadora chilena que enfrentó el siguiente dilema: para poder permanecer como proveedor de naranjas y paltas de los grandes supermercados europeos, debió realizar auditorías éticas y certificar sus prácticas laborales; y además medir su huella de carbono, pues se le exigió colocar junto al precio de la naranja el CO2 generado en su proceso de producción.
No cabe duda de que el gobierno corporativo hace más sustentables a las empresas. Me refiero no solamente a la lógica de mejorar su dirección y control, sino que también por los beneficios que se obtienen mediante el involucramiento con grupos de interés más relevantes, como clientes, proveedores y empleados. Aquí hablamos de proteger y crear valor para los dueños y el entorno en el cual operan pero sobre todo, de permitir la continuidad y éxito del negocio a largo plazo.