Los días 5 y 6 de julio se ha celebrado el Climate Action Sevilla Summit, una cumbre internacional en la que expertos y políticos han debatido sobre cómo debe prepararse el mundo ante los efectos del cambio climático. En esta entrevista exclusiva para Corresponsables, el actual Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, reflexiona sobre los retos de España en materia ambiental, poniendo el foco en la importancia de respetar el conocimiento e ir de la mano de la ciencia, colaborar juntos para seguir progresando como sociedad y luchar por un futuro mejor.
¿Cuáles son los principales desafíos ambientales de España?
El principal desafío es consolidar la capacidad de gestión política del conjunto de las instituciones, sin apartarse de la mano de la ciencia. Esto es no caer en manos del negacionismo ni del relativismo, sino utilizar los datos científicos para poder hacer una mejor planificación y dar una respuesta adecuada a los retos que tenemos por delante.
¿Qué medidas está tomando el Gobierno para frenar el cambio climático?
Las medidas surgen a causa de todo un recorrido de cinco años de Gobierno que arrancó con la Declaración de la Emergencia Climática y Ambiental, sigue con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y prosigue con el Plan de Adaptación al Cambio Climático.
Se trata de un plan que abre sus actuaciones a distintos sectores: el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima,. para dar un salto cualitativo en el cambio de modelo energético del país; la Estrategia de Economía Circular España 2030, para implementar un modelo de consumo que prescinda de una extracción ilimitada de recursos que son limitados; la Estrategia de Restauración de la Biodiversidad y la Planificación Hidrológica. Todas estas acciones son elementos sustanciales que implican una respuesta a la declaración de emergencia que realizó el Gobierno en el año 2020.
¿Qué papel juegan el sector privado en la transición ecológica y la lucha contra el cambio climático?
Las empresas juegan dos papeles fundamentales. El primero es el de establecer un vínculo con la estrategia global de acción. Si la acción política responde a los diagnósticos de la ciencia, la acción empresarial no puede desvincularse, debe alinearse con las instituciones y, por lo tanto, con la ciencia.
Una vez que las empresas están en ese proceso de alineación, tienen que tener claro cómo su toma de decisiones estratégicas va a ir en esa dirección, adquirir voz propia para ser un actor decisivo y reclamar que no se produzca una involución o retroceso porque, en muchos casos, la acción política responde más a la voz de los sectores productivos que a la de la ciencia.
Si los sectores productivos incorporan la acción climática con carácter estratégico, como lo está haciendo nuestro país, va a ser muy difícil que la involución se produzca en el ámbito de la política.
¿Qué medidas está implementando el Gobierno para fomentar la colaboración público-privada en esta materia?
Tenemos un ejemplo muy claro. El agua es el vector anticipado en lo que supone los impactos del cambio climático, la dimensión de los mismos y sus consecuencias en un país como el nuestro. Es decir, el agua es el elemento con el que somos
capaces de ver en tiempo real cómo se está produciendo aquello que la ciencia dice que se va a producir a consecuencia del cambio climático.
En este contexto, necesitábamos dar una respuesta en términos de implementar el conocimiento para mejorar nuestra capacidad de gestión y gobernanza del agua. Justo en la pandemia, convocamos a los operadores públicos y privados de agua de este país y a los consumidores en una mesa de diálogo para decidir cómo garantizar el acceso al agua en una situación tan complicada como la pandemia. De ese diálogo salió una respuesta y el país fue capaz de ofrecer seguridad en el suministro de agua y sin dificultades en una situación inédita de confinamiento.
En esa mesa surgió a continuación, la idea de mantener el proceso de cooperación en el tiempo. Y así se decidió consolidar la Mesa del Ciclo Urbano del Agua, de la que ha salido una propuesta de inversión de país que supera en estos momentos los 3.000 millones de euros. El objetivo es intervenir en todo el ciclo de agua y conseguir un nivel de digitalización del 100% que nos permita disponer de herramientas para responder mejor a la gestión del agua en un momento de escasez, cuando este recurso decrece (…)
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