Las empresas más comprometidas, las personas con vocación de cambiar el mundo y las sociedades más avanzadas ya lo tienen en su agenda: la conciliación de la vida personal, familiar y laboral. Bajo este concepto se esconde uno de los factores de cambio más trascendentales de los últimos tiempos que va de la mano del Desarrollo Sostenible.
El desafío del Desarrollo Sostenible es presenta una triple dimensión: la social, la económica y la medioambiental. Entre los aspectos sociales, y de forma transversal, existen aspectos para los que la gestión de la conciliación es parte de la solución como es el de envejecimiento demográfico, el descenso de natalidad, la parentalidad positiva, la igualdad de oportunidades, la diversidad y el fomento de una cultura del ocio y el welbeing.
Y, como ya llevamos muchos años de trabajo en materia de conciliación, hemos constatado que se trata de un factor de éxito tanto para las empresas como para las personas y, por consiguiente, para una sociedad más plena y el desarrollo sostenible.
Hasta hace unos años eran sólo las personas las que reclamaban a los Gobiernos, a título particular, ciertos cambios para mitigar o eliminar determinadas consecuencias del modelo profesional en el que estaban inmersos (la dificultad de compaginar la maternidad, el cuidado y atención de los suyos, su propia salud y bienestar, etc) tratando, en definitiva, de incrementar su propia felicidad. Pero ahora son ya muchas las empresas que, a través de sus colaboradores, buscan un nuevo modelo laboral y social.
Trabajar como único aliciente en la vida, los horarios interminables, los controles presenciales, la escasa confianza en el colaborador, la rigidez laboral, la limitación del espacio, no nos van a permitir alcanzar un incremento de productividad o de sostenibilidad. Debemos apostar, tanto empleados como empleadores, por un nuevo modelo en el que todos ganemos y más teniendo en cuenta la revolución tecnológica que estamos viviendo.
¿Pero es eso posible? Creemos que sí, bajo un modelo que se base en la gestión de la conciliación, en la persona y en sus grados de libertad. Por tanto, el modelo efr es una herramienta que permite a las organizaciones generar un cambio, una transformación hacia las organizaciones más modernas y flexibles, más preparadas para el cambio y los nuevos tiempos, en definitiva organizaciones más sostenibles.