Cuando nos ponemos en la piel del consumidor para definir qué se entiende por marcas, se nos vienen a la cabeza conceptos como calidad, preferencias, elección, tendencias, confianza o, en ocasiones, lujo. Pero ya hay muchos consumidores que son consciente que detrás de una marca hay mucho más.
Las marcas son el intangible más importante que tiene una empresa, son su alma, y gracias a ellas y a las compañías que hay detrás se crea empleo (directo e indirecto), se genera riqueza para el país y beneficios para la sociedad a través de los impuestos.
Este año, con motivo de la pandemia, el papel social del sector industrial y de servicios que opera en España ha sido más importante y visible que nunca. Las marcas se han puesto al servicio de la sociedad y han demostrado una solidaridad extraordinaria, colaborando de forma ejemplar para ayudar a los sanitarios y a la sociedad en general.
Ante una situación sin precedentes y un escenario complicadísimo para todos, las empresas no sólo han demostrado su compromiso con la sociedad, sino con sus propios equipos, ya que desde el inicio de la pandemia están buscando fórmulas que aminoren el impacto de la crisis en su personal.
Lo que quizás no sea tan conocido es que la aportación que realizan los titulares de marcas a la sociedad, al medioambiente y al futuro del planeta es muy anterior al inicio de la pandemia. Las empresas tienen propósitos que incluyen acciones sociales, laborales y medioambientales, para lo que realizan grandes inversiones y un gran esfuerzo en poner su granito de arena para conseguir un mundo mejor y más justo.
Este año va a poner a prueba nuestra capacidad de resiliencia, pero no hay duda de que el tejido empresarial e industrial de nuestro país ha intensificado su responsabilidad social y se ha confirmado como un pilar clave, no solo para la economía del país, sino para nuestra sociedad.