La cuestión de los horarios racionales y, en consecuencia, la posibilidad de conciliación y corresponsabilidad han evolucionado en los últimos años, pasando de ser un mal entendido aspecto de Responsabilidad Social en las organizaciones a una «cuestión de Estado». Ya son 15 años en ARHOE reivindicando un asunto que desde nuestro punto de vista es esencial, vinculado a un efectivo derecho fundamental de la persona declarado como tal por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Por ello, siempre abordamos esta cuestión desde la responsabilidad de las organizaciones, pero siendo conscientes de que no podía convertirse en un elemento más de la responsabilidad social de la empresa.
Desde el punto de vista laboral, se trata de un derecho como tal de los trabajadores, pero que en función de cómo se articule determinará importantes consecuencias tanto para las personas como para las organizaciones. Y para estas últimas puede constituir un elemento de oportunidad y de mejora competitiva en todos los niveles, porque además de conciliación es un derecho que es rentable para la empresa.
Todos presumimos de saber que «tiempo de presencia» no garantiza la consecución de objetivos productivos y que junto al absentismo tradicional existe un absentismo mental, que es tremendamente peligroso para las empresas que no gestionan a su capital personal de forma adecuada. Por el contrario, una organización que dirige a su equipo basándose en resultados y objetivos, dotándoles de herramientas, incorporando el teletrabajo flexible, con un modelo de liderazgo real… es garantía de éxito empresarial. Y no solo a efectos de cuenta de pérdidas y ganadas, sino para otros factores esenciales para una empresa que quiera competir en un mundo cada vez más globalizado en aspectos como la marca empleadora y la capacidad de atraer y retener talento.
Las grandes empresas en este aspecto pueden llevar la delantera, pero la pyme española, esencial en el tejido productivo español, poco a poco va incorporando nuevos modelos de organización del trabajo en donde la tecnología ocupa un lugar importante. Los modelos de organización del trabajo futuro no pueden funcionar con reglas del siglo pasado tipo 8+8+8 (horas), sino que estamos trabajando en modelos más acordes con los tiempos actuales. Por ej., el modelo de las 4 D, es decir, D de descanso (necesario y fundamental, no somos máquinas sino personas), la D de dedicación (la prestación laboral en el puesto de trabajo), la D de disponibilidad (no necesariamente asociada a un centro de trabajo, pero debidamente enmarcada en el tiempo en el marco laboral, es decir, pactada) y la D de desenganche (es decir, el tiempo en el que desconecto del trabajo para hacer lo que estime oportuno). Estos modelos deber ser dialogados y pactados entre empresa y trabajador, y adaptados al sector productivo y funciones de cada persona.
El mero hecho de que estemos hablando de este tema , que cada vez más empresas apliquen medidas que favorecen la conciliación y que las personas sean concientes de estos derechos fundamentales como son la conciliación y corresponsabilidad, es motivo de satisfacción. Pero no debemos conformarnos, pues sabemos que hay agentes llamémosles «negacionistas» o «resistentes al cambio» que nos quieren hacer creer que determinadas rutinas peronales y laborales responden a nuestro modelo de vida español.
Dicho esto y sin perjuicio de que seguiremos reivindicando estos derechos al Gobierno en su parte de responsabilidad, no olvidemos que hay una parte individual de acción que nos corresponde a cada uno. Y en este punto termino con una pregunta que cada uno debe ser capaz de responder y actuar en consecuencia: ¿Es usted corresponsable?