La semana del 14 al 18 de octubre, Madrid se convirtió en la capital de la economía social y solidaria a nivel internacional. Más de 400 personas procedentes de 40 países y 4 continentes, asistieron al acto inaugural de la undécima edición de la “Academía de Economía Social y Solidaria: la economia social en el futuro de trabajo”, organizada por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social; y la Organización Internacional del Trabajo (OIT); en colaboración con CEPES.
Para ello, entrevistamos a Juan Antonio Pedreño, presidente de CEPES, Confederación Empresarial Española de Economía Social que asegura que los valores y principios que aporta la economía social y solidaria coinciden absolutamente con lo que la sociedad está demandando en este momento, y serán los valores del futuro.
Durante la semana del 14 al 18 de octubre, Madrid se convirtió en la capital de la economía social y solidaria a nivel internacional, ¿Qué valores y principios se deben trabajar en la sociedad para crear un mundo cada vez más sostenible?
Estamos en un momento crítico en el que la sociedad está preocupada por el futuro de este mundo, por trabajar por un mundo más sostenible. Estamos viendo océanos devastados por el plástico, bosques que se queman, y todo esto está sensibilizando, en general, a la población.
Yo creo que la preocupación por un mundo mejor, con valores y principios que apuesten por otro recorrido diferente del que hemos llevado ahora; un mundo que ubique a la persona como eje fundamental en el centro de este debate, y que la preocupación para hacer una vida más digna para las personas y que todo gire entorno a una mejora del estado de cada una de las personas, se está convirtiendo en el eje transformador que estamos viendo en la sociedad.
En este sentido los valores y principios que aporta la economía social coinciden absolutamente con lo que la sociedad está demandando en este momento. La sociedad está demandando criterios más sociales, más ecológicos, más sostenibles, valores democráticos, igualdad, equidad, solidaridad, una mayor responsabilidad social en general en todas las actuaciones hacia los trabajadores, los clientes, los proveedores y la sociedad. Yo creo que es lo que la economía social, en su debate, ha defendido siempre.
Esta Academia, que se celebra en el marco del Cien aniversario de la OIT (Organización Internacional del trabajo), está dando visibilidad al mundo. Han asistido a esta Academia personas de 40 países, y más de 400 personas en la inauguración. Hay mucha gente que está en la economía social pero que no saben cómo ha llegado a ésta. Ha ido caminando hacia la economía social de una forma natural. Somos un poco endogámicos, nos gusta trabajar en nuestra empresa, nos gusta nuestra empresa y lo que representa, pero no lo trasladamos a la sociedad. Esta Academia lo que nos está ayudando es a abrir la ventana. Es como un cuadro que tienes en casa que siempre lo has mirado de cerca, y cuando lo miras un poco de lejos te das cuenta que había un árbol y es muy bonito pero como lo miraba de cerca no lo veía. Ahora que lo veo un poco más lejos, me gusta más el cuadro. Estamos ayudando a descubrir un cuadro, un cuadro en el que la economía social le está trasladando a la sociedad que es uno de los modelos que puede contribuir a hacer un mundo más sostenible, un mundo en el que los jóvenes crean porque tiene valores y principios Es un recorrido largo porque después de muchos años, lo hemos empezado a trasladar ahora, pero yo estoy convencido que estos valores y principios que aporta la economía social van a ser los valores del futuro.
Se ha hablado en esta undécima edición que la Academia de la Economía Social y Solidaria sobre los nuevos modelos de negocio sostenible, ¿Cuáles son estos modelos de negocio y con qué objetivos de desarrollo sostenible se identifica?
La economía social tiene retos importantes: retos demográficos, retos tecnológicos, la digitalización aparece como un vector fundamental de cara a futuro, el envejecimiento de la población y la incorporación de los jóvenes al mercado laboral, la despoblación, la educación transversal para todo el mundo; en estos retos de futuro aparecen líneas de trabajo muy importantes.
Estamos observando cómo en el mundo educativo, el que la gente adquiera conocimientos está muy bien, es necesario, pero no se están planteando otras perspectivas porque según las teorías en los próximos diez años, la gente va a cambiar de trabajo hasta diez veces en su vida. Los conocimientos no van a ser la base fundamental del tema, aunque hay que tenerlos; se necesitan competencias transversales, capacidad de emprender, asertividad, creatividad; una serie de competencias que no se adquieren hoy día en una clase. Dicen que el 80% de los empleos en el futuro, tendrán componente digital o tecnológico, por tanto aparece un reto fundamental que hay que abordar.
También aparecen otros retos vinculados a la sostenibilidad: energías renovables, medio ambiente; aquí están apareciendo importantes brechas de trabajo para empresas de economía social. Tenemos el compromiso de muchas empresas que ya están trabajando en la sostenibilidad, la energía etc…
Hay dos vectores fundamentales de cara al futuro, que son huecos de mercado donde la economía social puede desempeñar todo su papel. Uno de ello es el envejecimiento. En este aspecto la economía social tiene un papel fundamental de cómo tratar a las personas desde las personas. En este sentido, yo creo que las empresas de economía social son intensivas en cariño y cercanía, y tienen un reto importante ya que dentro de unos años, los jóvenes de hoy van a vivir 100 años, es decir van a vivir 35 años después de la edad media de jubilación formal. Necesitamos un sector potente porque como se llega ahora a la edad de jubilación, no es como se llegaba hace 20 años, ahora se llega en perfecto estado. Se necesitan otros servicios, no valen los servicios de una residencia, hay que darles a esas personas que están en perfecto estado algo que hoy no les damos, hay que inventar qué tipo de servicio y de empleos se tienen que generar para los senior activos. Aquí aparece otro hueco o nicho de mercado muy importante.
Hay otro tercer hueco o nicho que tiene que cubrir la economía social. En España tenemos más de 8 mil municipios deshabitados, y en línea de despoblarse algunos más, lo que se llama España Vaciada. En esta Academia hemos asistido al ejemplo de la primera mujer ganadera de España en el ámbito de la economía social. Ella misma es dueña de la frase: “en donde hay una mujer hay una familia”. Si conseguimos que la economía social a través de los sectores agrario, ganadero, el sector del empleo propiamente en el territorio o incluso el del envejecimiento para mantener a la persona en su población. Estamos contribuyendo a una serie de ODS fundamentales cono el 4,7,8 y 11, estamos contribuyendo a 4 o 5 ODS que tienen que hacerle la vida más agradable a todas esas personas, y servir como creación de empleo. Si eso lo hacemos bajo formas jurídicas que están en el espectro de la ley de economía social, habremos cubierto los objetivos restantes porque serán empresas que apuesten por un mundo más sostenible, más democrático y donde las desigualdades no crezcan.
¿Cuáles deben de ser las líneas maestras para construir el nuevo marco de la economía social y solidaria?
Yo creo que estamos en la línea de construir las líneas maestras. Esto va en la línea del ODS 17; nosotros no podemos construir las líneas maestras solos, ni el gobierno, ni las instituciones europeas; aquí para construir las líneas maestras tiene que haber alianzas. La economía social puede pensar una cosa pero si el gobierno y los partidos políticos no piensa lo mismo al final no vamos a ningún sitio. Todo el mundo tiene que pensar lo que significa y lo que supone la economía social para la sociedad y cuando todo el mundo lo entienda, ya habremos plantado el árbol de raíz. A partir de ahí, las ramas ya serán las de la voluntad política de las diferentes instituciones y cómo en esas ramas el sector o la economía social en general aporta sus ideas.
Yo establezco cuatro niveles. Hay un nivel que marca hoy día referencia en Europa y es el ámbito de las instituciones europeas. Si Europa tiene un plan de acción para la economía social está marcando el camino para que cada uno de los países genere un plan de acción en favor de la economía social o una estrategia como tiene España en este momento. Todavía no hay un plan de acción para la economía social, pero ya hay una idea de este plan de acción que ya está presentado en Europa. Por el contrario, España si tiene una estrategia; es el único país europeo con una estrategia de plan de acción para la economía social.
El tercer nivel es el de las regiones, necesariamente si hay un plan europeo y uno estatal las regiones se ven abocadas a construir y plantear planes de acción en favor de la economía social. En España hay varias regiones como Navarra, Andalucía, Murcia y Valencia que tienen planes de acción en favor de la economía social.
Hay un cuarto nivel que son los municipios porque la economía social está apegada a un territorio y necesita la cercanía. Barcelona ya está realizando fuetes inversiones para fortalecer las empresas de economía social de su ámbito; para que Barcelona haya creado un plan de acción en favor de la economía social es porque ha entendido el valor que tienen estas empresas, y ha contribuido a que España y Europa tengan un plan de acción.
Este es el árbol que podemos trazar: el tronco es el conocimiento y reconocimiento del papel que desempeña la economía social a todos los ámbitos, y las ramas son las distintas aportaciones que podríamos ir haciendo en los distintos niveles.
¿Qué mensajes sobre la economía solidaria se quiere transmitir al mundo en esta undécima edición de la Academia?
Yo creo que lo que está trasladando la Academia, y los cuarenta países y sus gobiernos de forma importante, es una apuesta decidida y formal por la economía social. Una apuesta que tuvo un punto de inflexión en el año 2015, cuando el Consejo de la Unión Europea de los Ministros de Empleo de todos los Estados Miembros aprobaron por unanimidad el Informe sobre “la promoción de la Economía Social como motor clave del desarrollo económico y social de Europa”. Este Consejo se celebró en el marco de la Presidencia Luxemburguesa, cuyo Gobierno tomó la iniciativa de crear un Grupo Informal de Gobiernos que apostaran en sus respectivos países por este modelo de empresa. En aquel entonces se unieron 6 países, entre los que estaba España y actualmente son 14. Este Grupo lo lidera en estos momentos el Gobierno Francés, pero en el 2020, lo liderará el Gobierno de España. Además, en todo este tiempo, se han celebrado eventos internacionales como el FORO mundial de Economía Social de Bilbao en el2018, que reunió a más de 1800 personas de 80 países de los cinco continentes, cuyo relevo lo va a asumir México en el 2020. Todo ello constata que se está generando un ecosistema a favor de la economía social a nivel mundial, donde además España, tanto a nivel de Gobierno como de sector, es un referente internacional.
Yo creo que lo que tenemos que trasladarle a la sociedad en general es que hay un modelo empresarial que humaniza la globalización. Efectivamente estamos creciendo, pero las personas siguen estando en el centro de las preocupaciones, y es un modelo que está preocupado por criterios sociales y ecológicos. Es un modelo preocupado por un mundo más sostenible, y por tanto nuestro comportamiento día a día tiene que ser en esa dirección.
El mensajes que tenemos que trasladar es que no es un modelo mercantilizado. Queremos el máximo beneficio pero la aplicación de ese beneficio es donde está la diferencia, ese beneficio lo aplicamos a ser más solidarios, a crecer, a crear más y mejor empleo, a que las personas tengan unos mejores sueldos en cada una de nuestras empresas; a ayudar al entorno en el que estamos para convencer de que tenemos que trabajar todos juntos por un mundo mejor.
El mensaje es que la economía social humaniza la globalización porque ubica a la persona en el centro preocupada por criterios sociales, por criterios ecológicos, por un mundo mas sostenible y responsable en definitiva.
¿Puedes hablarnos de la responsabilidad social y la sostenibilidad de CEPES? ¿cómo ha evolucionado en estos años hasta la actualidad y cuáles son sus principales áreas estratégicas?
En CEPES la responsabilidad social es un eje vertebrador. Nosotros trasladamos en todos nuestros mensajes internos y externos el valor de la responsabilidad social. Es algo que figura en el ADN de nuestras empresas. Esto no quiere decir que todas las empresas de economía social sean socialmente responsables; como no lo son, necesitamos decírselo, como son empresas de economía social tienen que comportarse de manera responsable.
Formamos parte del Consejo de Cooperación y del Consejo de Desarrollo Sostenible donde se está trabajando en los ODS y en la implantación de la Agenda 2030, y esto está calando en nuestras empresas, y por ello cada día nos cuesta menos que los mensajes de responsabilidad social sean entendidos. La economía social ha sido reconocida como una de las 9 políticas palanca del Gobierno de España para cumplir con la Agenda 2030 y con los ODS, y de ahí que la responsabilidad social es fundamental para cumplir todos y cada uno de estos ODS. Y esto, nosotros lo hemos llevado como eje vertebrador de nuestro plan estratégico.
Hemos hecho varias jornadas de ODS y hemos cogido los ejemplos de dónde y cómo estamos actuando en las diferentes organizaciones de economía social para vincular esos ODS a las acciones prácticas que se están haciendo cada día. En definitiva, algo que empezó hace mucho tiempo como una lectura de responsabilidad social, ya esta impregnando en todas y cada una de las acciones que CEPES está haciendo.
Yo creo que las empresas con mayor recursos económicos e imagen quizá han cogido el término economía social para decir que son empresas socialmente responsables y nosotros ahí no hemos sido tan activos; como lo somos al parecer no tenemos que decirlo y ahí parece que alguien ha ganado la partida a las empresas de economía social. Pero esto es como la fábula de la libre y la tortuga, al final del camino las empresa que lo dicen por quedar bien se van a dormir de vez en cuando y la tortuga, que somos nosotros, que siempre estamos a un ritmo vamos a llegar a la meta antes que las otras empresas. Quien lo dice por cumplir va a llegar tarde, tendrá unos minutos de gloria, pero va a llegar tarde, y quienes lo hicimos porque esté dentro de nuestro ADN vamos a cumplirlo permanentemente durante toda la vida de la empresa.
¿Qué importancia tiene para CEPES la comunicación de la responsabilidad social y la sostenibilidad y cómo lo trabajáis?
Máxima. A veces nos dormimos o vamos más lentos, por ser cooperativa, por ser empresa de economía social, por ser empresa de inserción nos relajamos y quizá, ya no cumplo una serie de cosas con la intensidad que se debería hacer. La fuerza de nuestra comunicación reside en que estamos haciendo permanentemente avisos, jornadas en las que demostramos lo que somos y demostrar a la sociedad lo que hacemos. Si tu haces pero no dices, acabas de dejarlo en el 50% de lo que haces. Lo que hacemos hay que trasmitirlo a la sociedad porque durante muchos años no lo hemos hecho. Nos hemos mirado el ombligo. Hemos hecho cosas muy interesantes para la sociedad pero no hemos salido afuera. Por eso hablaba antes del cuadro que miras pero no lo ves. Estamos tan cerca mirando el cuadro que no vemos lo bonito que tenemos alrededor. Tenemos un compromiso con el entorno y con la sociedad y demostrar nuestro compromiso con las personas creando un empleo estable, no empleando precariedad, no realizando discriminaciones… CEPES está actuando como un factor de comunicación importante. Hemos elaborado un estudio que vamos a presentar en breve sobre el impacto que tienen las empresas de economía social. Es decir qué ocurriría en la sociedad si no existiera las empresas de economía social. Hemos hecho un estudio comparativo de 7.500 empresas mercantil y de economía social. En España serían 5.000 millones de euros el impacto de ahorro que supone el tener la empresa de economía social o no tenerla si fuera empresa mercantil. Y no solo sería un impacto económico, si no lo que es más importante, el impacto ideológico, mediático etc…
¿Cuáles son los próximos retos y desafíos de CEPES en materia de economía social y solidaría y cómo lo pensáis llevar a cabo?
El primer reto es que haya gobierno, un gobierno estable. Necesitamos un gobierno estable para establecer políticas estables a favor de la economía social. Ya estamos en una línea de conversaciones con el gobierno actual muy positiva, y necesitáramos que esto se estabilice. Le propusimos una petición al presidente del gobierno sobre una mayor representatividad de la economía social en las estructuras del gobierno: Una Secretaria de Estado, e incluso una Comisión Interministerial que el gobierno está dispuesto a llevar a cabo. Nuestro reto es incrementar la representatividad y la interlocución política para tener una mayor presencia en las estructuras que determinen las políticas públicas a favor de los diferentes sectores, que no se discriminen a la empresa de economía social cuando se hacen leyes, que no se discriminen en la legislación… Mayor propuestas de desarrollo, y una estrategia de economía social potente que permita la creación de empleo. Todo esto tiene que concluir en una mayor visibilidad de nuestras empresas. Asumimos en este momento, como he comentado antes, la presidencia de la economía social Europea. Necesitamos que Europa elabore un plan de acción a favor de la economía social.