Los dieciocho invitados recibieron una demostración de vuelo eléctrico a bordo de un Pipistrel Velis Electro, supervisada por instructores de la E-Flight Academy. Los 18 vuelos de prueba, que se realizaron entre los aeropuertos neerlandeses de Lelystad y Schiphol-Oost a lo largo de dos días, ofrecieron a KLM una visión única de todo el sistema de logística de vuelo eléctrico y de los retos que plantea.
“Para que el transporte aéreo sea más sostenible, tenemos que probar nuevas tecnologías e innovaciones de manera práctica. Las cosas que hacemos hoy a pequeña escala con los recursos que tenemos ahora, pueden resultar importantes impulsores de la escalabilidad en estas aplicaciones en el futuro”, declaró Jolanda Stevens, directora del programa de Aviación de Emisiones Cero en KLM.
Esta iniciativa partió de la Electric Flying Connection (EFC) en colaboración con instructores de la E-Flight Academy. “Este evento único pretende dar a todas las partes relevantes interesadas, la oportunidad de experimentar el vuelo eléctrico y lo que esta innovación podría significar para ellos en términos prácticos. Nos complace que KLM se haya unido a nosotros para dar este paso. Ya tenemos planes para futuras ediciones de este evento en todo el Benelux”, declaró Jurjen de Jong, presidente de EFC. Schiphol era un punto de partida lógico porque es la base de operaciones de KLM. Como el alcance del Pipistrel es limitado, sólo cuatro aeropuertos de destino eran opciones posibles. Se eligió el aeropuerto de Lelystad porque es de fácil acceso, cuenta con excelentes instalaciones de recarga, pistas de primera categoría y un centro de control del tráfico aéreo en pleno funcionamiento.
Información sobre logística e infraestructura
KLM se ha asociado con EFC y la E-Flight Academy para adquirir conocimientos sobre el vuelo eléctrico y averiguar qué impacto tendrá esta tecnología en las necesidades logísticas y de infraestructura de la aerolínea. Jolanda Stevens: “El vuelo eléctrico también afectará al handling de los vuelos. Los aviones eléctricos tienen que recargarse, lo que lleva tiempo, y tendremos que cooperar con el aeropuerto Schiphol de Ámsterdam y con el Control del Tráfico Aéreo de los Países Bajos para garantizar que esta modalidad de vuelo no sólo sea segura, sino que también disponga del suministro eléctrico correcto. Este evento de dos días nos ha ayudado a conocer mejor estas cuestiones”.
Aviación de emisiones cero: apostar simultáneamente por varias tecnologías
El Pipistrel Velis Electro es el primer y único avión eléctrico certificado del mundo. El avión biplaza tiene una autonomía de vuelo de 50 minutos (más 10 minutos de reserva). Esto significa que no operará en la red de destinos de KLM. Sin embargo, KLM está investigando cómo incorporar el vuelo eléctrico a sus futuras operaciones. Varios expertos del mercado predicen que para 2035 podría haber un avión eléctrico que pueda transportar de 50 a 100 pasajeros, con una autonomía de 90 minutos (es decir, 400-750 kilómetros). Las baterías necesarias para esos vuelos son pesadas, por lo que no sería realista desarrollar aviones más grandes para rutas más largas, como entre Ámsterdam y Nueva York. Stevens: “De cara al futuro de los vuelos de emisiones cero, KLM apuesta simultáneamente por distintas tecnologías e innovaciones. Con nuestros socios del sector, dentro y fuera del país, estamos investigando vuelos propulsados por electricidad, hidrógeno y formas híbridas, y evaluando cómo acelerar estos desarrollos.”
Estrategia climática de KLM
Las responsabilidades que conlleva operar una aerolínea son inmensas. Para reducir nuestro impacto en el medio ambiente, tenemos que garantizar que las operaciones futuras sean más limpias, más silenciosas y más eficientes en el consumo de combustible. El camino hacia una aviación de emisiones cero es un elemento esencial de nuestra estrategia climática. Aún queda mucho trabajo por hacer para garantizar el éxito de las nuevas tecnologías, con cada pieza del puzle encajando en su sitio.
Esto incluye nuevos aviones, infraestructuras diferentes, cambios en la forma de utilizar el espacio aéreo, ajustes en las operaciones de las aerolíneas y, en el centro de todo, la disponibilidad de energía verde. La intensa cooperación entre los agentes de la cadena de valor es vital, lo que hace que este sea un viaje interesante con muchos obstáculos e incertidumbres.
No obstante, KLM está haciendo todo lo posible para reducir las emisiones de CO2 con las medidas actualmente disponibles, que incluyen el aumento de la producción y el uso de combustible sostenible de aviación y la reducción del consumo de combustible mediante la renovación de la flota y el aumento de la eficiencia operativa. También debemos seguir mejorando la integración de los distintos modos de transporte, como el avión-ferrocarril.
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