La inteligencia artificial está impulsando cambios significativos en la vida diaria de las personas y las empresas. Cada vez son más las organizaciones que se suman al uso de esta tecnología como herramienta para mejorar la eficiencia de sus procesos de negocio y, según vaticinan diferentes estudios, liderará la inversión tecnológica de las empresas en 2025. Pero la IA tiene también el potencial para resolver problemas de salud, ambientales, económicos y sociales, promover derechos fundamentales y combatir la discriminación y la desigualdad. Un potencial que solo se alcanzará si se desarrolla y utiliza de manera responsable e inclusiva.
La escuela de negocios Esade y la Fundación SERES han organizado la jornada “El impacto de la inteligencia artificial en negocios responsables” para analizar cómo las empresas pueden garantizar que la IA se utilice de forma responsable y cómo pueden aprovechar su potencial para contribuir al progreso económico y social y reducir las brechas sociales. El encuentro ha contado con la participación de Julián Andújar, gerente de Fundación TECSOS; Jacinto Estrecha, responsable de Inteligencia Artificial en NTT DATA España; e Idoia Salazar, presidenta y fundadora del Observatorio del Impacto Ético y Social de la Inteligencia Artificial (OdiseIA).
Miguel Laloma, director de empresas en Fundación SERES, ha abierto la sesión haciendo hincapié en que “la IA también debe abrir la puerta al progreso social. Siempre que abordemos disrupciones, tenemos que trabajar por impulsar a las empresas a ser más competitivas y resilientes y que a la vez se haga frente a los grandes retos sociales de nuestro tiempo. La colaboración entre empresas, reguladores y la sociedad es esencial para asegurar que la IA contribuya al progreso social y empresarial de manera justa y equitativa”. Además, ha explicado el trabajo que realiza la Fundación SERES para acompañar a las empresas en la integración de la IA en sus operaciones de manera ética y transparente a través del Laboratorio de Inteligencia Artificial (LabS IA Responsable e Inclusiva). Un espacio de cocreación en colaboración con NTT DATA que pusieron en marcha en 2020 “conscientes de la gran transformación que la inteligencia artificial traería a nuestras vidas” y en el que “nuestro empeño en estos cuatro años ha sido dar a las empresas las herramientas para hacer de la IA una palanca de progreso económico y social”.
Por su parte, Ignasi Carreras, profesor y director de los programas de formación directiva para ONG-ONL del Instituto de Innovación Social de Esade, ha destacado que “lo que necesitamos es que el bien común esté también en la utilización de lA por parte de las empresas, y para ello, es clave que haya un enfoque colaborativo para que el aprovechamiento de datos permita tener soluciones escalables que generen impacto social”.
Una IA para el bien común
La adopción de la inteligencia artificial se ha convertido en una necesidad esencial para las empresas que desean mejorar sus procesos y destacar en el mercado actual. Y, aunque la irrupción de la IA generativa ha democratizado el acceso a la tecnología, su integración no solo presenta desafíos técnicos, sino también éticos y organizacionales. “La IA ya nos ayuda a optimizar tareas y a tomar decisiones con información más ajustada; ahora nos toca trabajar en los modelos de uso responsable de la propia IA. El gobierno de la inteligencia artificial es un requisito indispensable para garantizar un escalado sostenible. Tenemos que conseguir que la democratización de su uso sea una palanca de mejora y no un muro que nos aleja de un mundo mejor”, ha explicado Jacinto Estrecha, responsable de Inteligencia Artificial en NTT DATA España.
Un asunto en el que también ha puesto énfasis Idoia Salazar, presidenta y fundadora del Observatorio del Impacto Ético y Social de la Inteligencia Artificial (OdiseIA), que ha subrayado la importancia de que “todas las empresas y organizaciones públicas y privadas que usen o desarrollen IA deben, desde ahora mismo, adoptar estrategias en IA Responsable. Es decir, desde el diseño deben considerarse las medidas éticas necesarias para prevenir posibles consecuencias no deseadas. Estas medidas se tienen que normalizar dentro de la empresa aunque no se trate con algoritmos de alto riesgo”.
Durante el debate también se ha discutido sobre cómo la IA no debe ser vista únicamente como una tecnología para automatizar procesos y mejorar la eficiencia empresarial, sino como una herramienta para contribuir a un futuro más justo y equitativo. “La IA nos puede ayudar a afrontar algunos de retos más complejos que tenemos como humanidad, como el cambio climático o las catástrofes humanitarias”, ha señalado Julián Andújar, gerente de Fundación TECSOS, quien también ha insistido en que el hecho de que la inteligencia artificial contribuya a mejorar la vida de las personas depende del uso que las personas hagamos de ella: “En función de cómo apliquemos la IA, podrá servir para reducir o ampliar la brecha que se ha producido en la digitalización de la sociedad”.
Por último, sobre las oportunidades que la inteligencia artificial presenta para las empresas en los próximos 5 años, Idoia Salazar, presidenta y fundadora de OdiseIA, es optimista: “Las oportunidades son todas. En el momento actual es muy importante generar confianza en el mercado y esto se consigue llevando una política consciente de responsabilidad en el uso de la IA. La IA genera muchas incertidumbres y es cierto que su uso se puede traducir en innumerables ventajas para las empresas. Pero de igual manera puede generar problemas grandes si no se usa y desarrolla con responsabilidad, tomando, desde el diseño, las medidas éticas adecuadas”.
El Ciclo de Conferencias Esade – Fundación SERES ha congregado desde 2011 a más de 130 ponentes en cerca de 50 encuentros para acercar a los futuros directivos tendencias, experiencias y buenas prácticas empresariales en el ámbito social.
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