Hace ya muchas décadas que el término Recursos Humanos (RRHH) sustituyó a la vieja denominación de “Departamento de Personal”. Este cambio supuso un gran avance. En el último tercio del siglo XX, el Management irrumpió en nuestro país y transformó la vieja organización de la empresa incorporando nuevas técnicas para seleccionar, desarrollar, gestionar y medir el rendimiento de los trabajadores.
De ello y de muchas otras cuestiones tratamos en el debate “Conocer el pasado. Entender el presente. Humanizar el futuro”, que se organizó con motivo de los Premios Factor Humà, en el 25 aniversario de la Fundació, en el auditorio de SJD Pediatric Cancer Center Barcelona en el que Joan Clotet, Núria Berzal y yo misma, dialogamos sobre la función de RRHH conducidos por la periodista Glòria Serra.
Durante los últimos 25 años, el área de RRHH ha ido evolucionando al ritmo de los sucesivos ciclos económicos. En tiempos de bonanza, centrándose en el desarrollo de las personas, en tiempos de crisis, haciéndolo en el control y la estricta mediad de la productividad. La crisis del 2008, por ejemplo, supuso un retroceso importante en las políticas de RRHH, que vivieron fuertes recortes de las plantillas, EREs, despidos, prejubilaciones de mayores de 50 años, cierres de empresas, etc., y supuso fundamentalmente un incremento de la precariedad laboral que afectó sobre todo a los más jóvenes.
Talento humano para poder competir
Sabíamos que las crisis económicas comportaban recortes en los derechos de los trabajadores que, una vez superadas, los departamentos de RRHH relajaban el “control” y volvían de nuevo su mirada hacia el desarrollo y crecimiento de sus plantillas. Lo que ignorábamos, mientras debatíamos sobre el nuevo nombre y la función de RRHH, es la enorme transformación que, tras más de dos años de pandemia y dada la aceleración en la revolución tecnológica, sufrirían organizaciones y profesionales. Y así, ahora el trabajo ya no es un lugar, ya no se contrata tiempo a cambio de una nómina, y la lucha por el talento es feroz ya que ahora las empresas necesitan del talento humano para diferenciarse, innovar y ser competitivas.
Los departamentos de RRHH, ahora de Personas, o de Gestión del Talento, o de Bienestar y Desarrollo, etc., vuelven a ser parte estratégica de la empresa y deben convertirse en un servicio personalizado a profesionales que exigen a la empresa un proyecto de desarrollo de carrera profesional, trabajadores cuya vinculación y compromiso con la organización depende de su nivel de autonomía, decisión y empoderamiento, más que de un puesto de trabajo estanco de por vida, que exigen nuevos retos y experiencias y planes de aprendizaje permanente que les permitan mantenerse empleables, que exigen flexibilidad laboral y conciliación con el resto de parcelas de su vida.
Eso exige de cara al futuro áreas de Gestión de Personas que respeten y valoren la diversidad de sus plantillas y ofrezcan por ello planes individualizados de gestión de la carrera profesional de las personas empleadas en su organización, sea cual sea la relación laboral que establezcan con ellas, tanto si se trata de contratos fijos o de contrataciones por proyecto (freelancers).
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