Entrevista con Miguel López-Quesada, Presidente de la Comisión de Negocio Responsable de Sernauto, Director de Comunicación, Marketing y Relaciones Institucionales de Gestamp y Presidente de Dircom, para hablar sobre la comisión de negocio responsable puesta en marcha desde la Asociación Española de Proveedores de automoción, Sernauto, y sobre la política de RSC de la organización.
Desde la Asociación Española de Proveedores de automoción, Sernauto, habéis puesto en marcha la comisión de negocio responsable ¿Cuál es su misión?
La misión principal es poner en valor la contribución social de las empresas del sector de los proveedores de automoción, que es un sector relevante para la economía y sociedad española y que aporta aproximadamente el 75% del valor de los vehículos. Estamos agrupados en esta asociación y lo que intentamos con la Comisión de Negocio Responsable es poner en valor lo mucho que se está haciendo desde el sector en respuesta a la Agenda 2030 y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Y, más recientemente, tratando de alinearnos con el Green Deal de la Unión Europea también.
¿Cuáles son las principales líneas de actuación de la estrategia de negocio responsable de Sernauto?
Los 14 proveedores que estamos dentro de esta comisión, somos tanto multinacionales como pymes, algunas multinacionales son de capital extranjero que operan en España, otras somos españolas que operamos por todo el mundo. Lo principal que vamos a intentar es traccionar de aquellas experiencias que ya existen de muchas de esas empresas que ya llevamos tiempo comprometidas con la sostenibilidad para compartir esas buenas prácticas con otras, que a lo mejor lo han tenido más alejado o probablemente no le han podido prestar la atención que merecían ni tenían hasta ahora los recursos para poder dedicar gente a ello, pero ahora sí, y generar un diálogo fluido en torno a esta cuestión como es la sostenibilidad.
Hay que poner en valor lo que hacemos y hay que establecer un diálogo con las administraciones públicas para que también sepan ver lo mucho que ya se está haciendo y nuestra disposición para seguir haciendo más. Porque nosotros podemos tener un efecto tractor hacia un montón de pymes. Un gran porcentaje de nuestros asociados son pymes y queremos la sostenibilidad se vea como una palanca de competitividad para muchas de esas empresas, grandes y pequeñas, que cada vez más están internacionalizadas y se van a dar cuenta de que la sostenibilidad es un requisito sine qua non. Es una condición que, en muchos casos, podrá ser una barrera o un habilitador para que se puedan hacer negocios, cada vez más, fuera de España.
Hacías mención a la Agenda 2030 y a los ODS ¿Cómo contribuís desde Sernauto a su difusión?
Intentamos apoyar a nuestras empresas. Primero, informándoles, que conozcan lo que son los ODS, lo que es la Agenda 2030. E intentamos también que algunos de los retos que hemos identificado en la comisión, retos de la movilidad, sean compartidos por las empresas que forman parte de la comisión, y por todas aquellas que quieran incorporarse. Porque la Comisión de Negocio Responsable es una comisión abierta, a la que cualquiera de nuestros asociados puede incorporarse.
¿Cómo vinculamos la comisión con la Agenda 2030 y los ODS? Lo hacemos a través de esos retos que nosotros tenemos, por ejemplo, en torno al ODS 3 (Salud y bienestar) tenemos un reto que tiene que ver con la mayor seguridad. Tenemos que contribuir, cada vez más, a que la movilidad que representamos y que hacemos posible sea cada vez más segura. Piezas y componentes que una vez ensamblados contribuyan a la seguridad vial. Y eso, como decía antes, es porque gran parte de lo que nosotros hacemos es clave para cualquier vehículo, el 75% del valor añadido que tiene ese vehículo lo han generado proveedores como en este caso Gestamp y cualquiera de los miembros de Sernauto y, desde luego, de la comisión.
Otro reto que encaja directamente con el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) es un reto que tiene que ver con hacer más humano lo que este sector supone. Es una industria que ahora mismo da empleo en España a 225.000 personas de una manera directa y en conjunto directo e indirecto a más de 365.000 personas. Es decir, ofrece un trabajo decente y un crecimiento económico, sin ninguna duda, porque además es un trabajo muy estable. Un 85% de los contratos en nuestro sector son de tipo indefinido y están repartidos por toda la geografía española. Con lo cual, estamos contribuyendo a la vertebración territorial con presencia en diferentes comunidades. No solo en las comunidades donde hay fabricación de automóviles sino en algunas otras como puede ser, por ejemplo, Cantabria donde, sin que haya un fabricante de vehículos, hay una industria de componentes muy significativa.
Otro reto al que damos respuesta también es el ODS 9 (Industria, innovación e infraestructura), porque al final somos una parte importante del PIB. El sector de automoción en su conjunto supone en torno al 10% del PIB. Los proveedores de automoción somos aproximadamente el 3% de ese PIB, con una fortísima inversión y una dedicación muy importante de recursos en I+D+i, aproximadamente destinamos el 4% de la facturación, unos 1.500 millones de euros anuales. Esto es lo que nos permite estar siempre en vanguardia.
Y luego, otros ODS como puede ser el ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles) tiene que ver con que esa innovación se dedique a una mejora en la eficiencia energética, a procesos de economía circular, una mejora en la reutilización y el reciclaje. Por ejemplo, en áreas como el recambio, estamos hablando incluso de lo que se llama el remanufacturing. Es decir, junto con el ODS 12 también y el ODS 13 (Producción y consumo responsables y Acción por el clima) intentamos que todo lo que fabricamos siempre tenga presente las tres “R”: reciclaje, reducción y reutilización. Y en esas “R” estamos incluyendo también el remanufacturado. Esto es una manera de producir que utilizamos mucho en la unidad de recambios en las cuales se vuelven a remanufacturar como recambios algunas piezas que no han sido utilizadas o que tienen la posibilidad de una segunda o una tercera vida. Todo eso nos lleva a estar trabajando por el clima, como dice el ODS 13 y siempre teniendo muy presente que el ODS 17 nos obliga a todos. De manera que, al final, tanto con otras asociaciones, la propia CEOE, las cámaras de comercio, el tercer sector… Cualquiera de las interacciones que nos permita alcanzar esos ODS a través de las alianzas es algo que estamos impulsando muchísimo. Como ves, desde la Comisión de negocio responsable hemos hecho un análisis de en qué medidas podemos engarzar con los ODS y nos salen muchos. Hay mucho de lo que hacemos y de lo que hace nuestro sector que claramente está directamente vinculado con esos ODS.
“La pandemia no debe relegar el foco de la sostenibilidad”
¿Qué recomendaciones o medidas habéis puesto en marcha para paliar los efectos provocados por el COVID-19?
Lo primero que hemos hecho ha sido abrir un canal de diálogo con nuestros asociados para compartir experiencias y también, por ejemplo, una experiencia muy satisfactoria ha sido la elaboración de un Protocolo de Prevención, para la vuelta a la producción segura.. En abril todas las plantas de fabricación de coches y todas las fábricas de producción de componentes en España estaban prácticamente paradas. En ese momento lo que era muy importante era empezar a trabajar para cuándo se pudiera volver a las plantas, hacerlo con unos protocolos que permitieran hacer compatibles la fabricación y la protección de las personas. Eso se hizo con un ejemplo que para mí ha sido muy significativo de colaboración entre el sector de los componentes, el sector de los fabricantes de vehículos y los sindicatos. Y los tres nos pusimos de acuerdo en cómo debía ser un protocolo de vuelta segura al trabajo. Eso se validó con el Ministerio de Industria y finalmente con el Ministerio de Trabajo y se convirtió en un protocolo estándar que toda la industria y toda la cadena del automóvil hemos aplicado desde el minuto uno. Y hoy nos ha permitido estar volviendo al trabajo, afortunadamente, con unos niveles de seguridad y un impacto de la pandemia limitado en lo que tiene que ver con la protección de la salud. Desgraciadamente, el impacto mayor lo estamos teniendo en el aspecto económico y con una deriva también que es el aspecto social, porque tenemos buena parte de nuestros profesionales en fórmulas de protección del empleo como son los ERTES, dado que la demanda todavía no se ha reactivado significativamente.
Otra de las cosas que hemos hecho en relación a la COVID-19, aparte de esos protocolos y compartir esas experiencias, han sido poner en valor lo que muchos de nuestros asociados han hecho, que es poner sus medios de producción al servicio de lo que era necesario fabricar. En algunos casos han sido respiradores, en otros han sido batas, mascarillas… Otros lo que hemos hecho es intentar aportar nuestro granito de arena trayendo material sanitario de otros países y poniéndolo a disposición del sistema de salud y del gobierno de España. En definitiva, creo que ha sido un ejemplo clarísimo de colaboración público-privada. Esta pandemia ha hecho aflorar muchos de los buenos ejemplos de colaboración y de diálogo que había entre administración y empresas, y entre las propias empresas. Al final, creo que de esto hemos salido reforzados en lo moral, aunque hayamos tenido el reto por delante de que en lo económico y en lo productivo nos queda todavía mucho camino para recuperar una normalidad que dejará de ser nueva pero, desde luego, todavía dista mucho de ser la normalidad en la que estábamos antes de todo esto.
¿Cómo habéis llevado a cabo la comunicación con vuestros stakeholders durante estos meses?
La comunicación ha sido clave. No podía ser de otra manera. Yo también como presidente de Dircom lo estoy viendo desde hace unos cuantos meses, la comunicación se ha convertido en el pegamento que ha permitido estar unidos a equipos cada vez más descentralizados, que han tenido que estar confinados en muchos casos sin acceso a sus medios habituales de comunicación como podían ser las intranets, los tablones de anuncios, los canales internos de televisión, las pantallas, las reuniones físicas en sus lugares de trabajo… Todo eso se ha visto sustituido por otros mecanismos. Ha ganado mucho paso el móvil como vehículo de comunicación y empezamos a ver ejemplos muy positivos del uso de podcasts como una herramienta, como vosotros mismos estáis utilizando, que, con un coste muy bajo, permite una difusión y una viralización elevada.
La experiencia del teletrabajo lo que nos ha demostrado a todos es que las horas del día se nos quedaban cortas para todo lo que hacíamos y todas las sesiones en las que queríamos participar y todas las reuniones que manteníamos telemáticamente. Al final, la sensación es que la actividad no solo no ha bajado, sino que se ha incrementado mucho. El fabricar ha estado mucho más afectado. Yo creo que en ese entorno de gente descentralizada necesitábamos, cada vez más, vincularnos en torno al propósito de nuestras organizaciones, porque la comunicación con propósito es lo que ha hecho que muchas organizaciones hayan entendido que, aunque no pudieran estar fabricando lo que tradicionalmente hubieran querido fabricar, su propósito es hacer lo que saben hacer para el bien de la sociedad. Muchos se han alineado con ese propósito. Otros, como en el caso por ejemplo de Gestamp, que tenemos la seguridad como uno de nuestros pilares esenciales, proteger está en nuestro ADN. Lo hacemos en las piezas de carrocería o de chasis, pero claramente lo hemos hecho también cuando hemos aportado EPIS ocuando hemos puesto a fabricar nuestras impresoras 3D intentábamos cumplir con nuestro propósito que es servir a una mayor seguridad, a un espíritu de protección.
Otro elemento muy importante en el que la comunicación ha jugado un papel clave ha sido la comunicación institucional. Ha sido fundamental el ejemplo de diálogo con las administraciones a todos los niveles (nacional, europeo y administraciones autonómicas y locales) en defensa de un sector como es el del automóvil. Se ha trasladado una parte importantísima de las necesidades de este sector y han sido escuchadas. Hemos visto en muchos países europeos presentar planes de apoyo al sector del automóvil y, por supuesto, también en España con una importante dedicación de recursos con una coordinación con diferentes ministerios y administraciones.
Una de las cosas que hemos visto, en las empresas de sector y también desde Dircom en un sentido más transversal, ha sido un auge de la comunicación interna que, tradicionalmente, ha formado parte de nuestras organizaciones, pero sin darle tanta prioridad como era necesario. En estos momentos es en los que nos hemos dado cuenta que, con equipos que estaban teletrabajando, era muy importante alinear en torno a un propósito común a todas esas personas que necesitaban ciertos elementos de anclaje sobre mensajes sobre cómo proteger a las personas, sobre cómo trabajar de una manera segura, mensajes sobre el futuro de las organizaciones y también sobre cómo ellos podían ser parte de la solución y cómo, en muchos casos, lo han sido. Creo que eso ha hecho que la comunicación interna haya ganado una importancia estratégica que probablemente teníamos en un menor lugar y ahora es una reivindicación que los profesionales de la comunicación interna son más necesarios que nunca.
¿Cuáles son los planes de futuro en el ámbito de la responsabilidad social y la sostenibilidad una vez haya pasado esta pandemia?
Creo que tenemos que ser más ambiciosos todavía. La pandemia no debe relegar el foco de la sostenibilidad. Esa sería una idea clave. La COVID no debe hacernos olvidar que lo urgente, que ahora puede ser COVID, no debe tapar lo importante. Lo importante es que ese compromiso con la sostenibilidad tiene que seguir y tiene que seguir vigente. Y tenemos que ampliar el horizonte para incluir también innovación, digitalización, como palancas que hacen posible esa sostenibilidad y la pueden llevar todavía un paso más allá.
En definitiva, nosotros vamos a trabajar mucho en esa área de industria 4.0 con “S” de sostenibilidad. O sea, es una industria 4.0 elevada a la potencia “S”. Eso es porque queremos darle ese sesgo de sostenibilidad a una industria 4.0 que tiene que hacer que la fabricación sea compatible con una economía circular, con un modelo muy sostenible a largo plazo, que sea inclusiva, un modelo de producción sensible a la gestión de los recursos, que apueste por la integración de las personas y por su puesta en valor y que nos permita seguir trabajando en una neutralidad climática que nos lleve a seguir en esta senda de lo que marca el Green Deal europeo y en lo que creo que Europa está siendo punta de lanza y referente moral incluso para gran parte del mundo. Dentro de eso, España tiene una buena historia de compromiso con la sostenibilidad, está marcando la agenda y desde este sector creemos que no solo es una ola en la que queremos sumarnos, sino que queremos ser parte de los que la impulsen.
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