¿Qué importancia tiene para vuestra organización formar parte de la iniciativa Madrid Futuro?
Formar parte de esta iniciativa es muy importante porque Mutua Madrileña es una empresa muy arraigada a la ciudad de Madrid, hasta el punto de que seguimos llevando a la ciudad en nuestro nombre. Por eso, participar de forma directa en la reconstrucción de la ciudad tras la crisis generada por el Covid-19 es una cuestión fundamental para nosotros.
Y, sin duda, la mejor forma de contribuir es sumándonos a Madrid Futuro y a la colaboración entre los distintos agentes de la sociedad civil que plantea. Ir todos a una es una fórmula imprescindible para el éxito de este reto que Madrid tiene por delante.
¿De qué forma está vuestra organización apostando por el desarrollo de buenas prácticas socialmente responsables? ¿Nos puedes explicar brevemente vuestra evolución hasta la actualidad?
La gestión responsable está integrada en la estructura de Mutua Madrileña desde siempre. Consideramos la responsabilidad social corporativa como un pilar estratégico fundamental de nuestra actuación y un factor clave para el éxito empresarial.
Por tanto, nuestra estrategia se sustenta en la gestión ética y responsable de nuestras actividades, buscando un crecimiento rentable, que se apoya en la diversificación, la excelencia en los procesos y la gestión del talento. Todo ello con el fin último de la creación de valor para todos nuestros grupos de interés.
Nuestra evolución, en este aspecto, ha sido el ir superándonos año tras año, marcándonos objetivos que nos permitan seguir creciendo de forma sostenible, anticiparnos a los riesgos de nuestra actividad y conocer las necesidades de nuestros grupos de interés para que centren nuestras líneas de actuación.
Además, a través de la Fundación Mutua Madrileña hemos desarrollado todo un brazo de acción social para contribuir a las necesidades de la sociedad.
¿Puedes especificarnos algunas buenas prácticas y/o iniciativas concretas que estáis llevando a cabo en esta materia y qué objetivos persiguen?
Iniciativas tenemos en muchos ámbitos, como la igualdad salarial, el voluntariado corporativo, las políticas de flexibilidad y conciliación de la vida laboral y familiar para nuestros empleados o nuestro ambicioso Programa Azul para gestionar y minimizar nuestro impacto medioambiental…sin olvidar toda la acción social que llevamos a cabo a través de la Fundación Mutua Madrileña.
Por ser recientes y una muestra de la flexibilidad necesaria en RSC, destacaría las iniciativas que pusimos en marcha en tiempo récord en 2020 para paliar los efectos del confinamiento en nuestros grupos de interés.
En total, destinamos cerca de 200 millones de euros a medidas extraordinarias encaminadas a ayudar a nuestros clientes (como la ampliación gratuita de dos meses del seguro de auto y moto de nuestros asegurados o el pago de una parte de la cuota para aquellos en situación de desempleo o cese de actividad como autónomos), a nuestros proveedores (como el adelanto de la liquidación a los talleres para que pudieran hacer frente a los pagos en los meses de cierre), o los profesionales sanitarios (contribuyendo con 4 millones de euros al fondo solidario del sector asegurador para dotar de un seguro de vida a los sanitarios que han estado en primera línea de la pandemia).
Tampoco podemos olvidar las medidas extraordinarias puestas en marcha por la Fundación Mutua Madrileña. Entre ellas dos convocatorias extraordinarias de ayudas que han servido para financiar 22 proyectos de ONG con colectivos vulnerables (mayores, familias con niños, personas sin hogar…) y 4 investigaciones médicas que buscan conocer mejor y saber tratar el Covid.
¿Cuál es la situación actual de la RSE en vuestro sector y sus principales barreras y obstáculos?
El sector asegurador ha estado siempre muy implicado en el ámbito de la RSC. La propia actividad el sector está muy alineada con uno de los ejes de la sostenibilidad, el de evitar y eliminar los grandes riesgos ambientales, sociales y de desigualdad a los que se enfrenta la sociedad.
Ahora bien, tenemos que conseguir que la RSC no sea solo algo de las grandes empresas o de determinados sectores, sino que cualquier compañía, por pequeña que sea, la integre y desarrolle en la medida de sus posibilidades. El rápido y amplísimo desarrollo normativo de la responsabilidad social que estamos viviendo puede convertirse en una barrera en algunos casos.
¿Cuáles son los otros grandes retos y desafíos de tu organización en materia de RSE?
El gran reto en materia de RSC es combinar una política sólida, lo suficientemente definida y planificada como para que vaya logrando hitos a lo largo del tiempo, pero también flexible para poder adaptarse y dar respuesta a las necesidades que puedan surgir.
Esta crisis del Covid-19 nos ha permitido demostrar que las empresas son agentes sociales que ayudan, contribuyen y se comprometen con la mejora social en cualquier circunstancia y nuestro reto es seguir demostrándolo.
En cuanto a los desafíos, nos los trae un contexto que está impulsando normativamente la RSC y la sostenibilidad, como, por ejemplo, con el Plan de acción de finanzas sostenibles de la UE; y que requiere del compromiso conjunto para lograr la consecución de grandes hitos mundiales, como los ODS.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: La nueva sostenibilidad y digitalización de Madrid