Con motivo del 25 aniversario de la Fundación Orange en España, Nae, consultora especializada en el sector de las telecomunicaciones, junto con la Fundación, presentan un exhaustivo informe sobre la transformación digital vivida en nuestro país en este periodo. El documento, bajo el nombre ‘Impacto de la transformación digital en España: 1998-2023’, recopila los datos más relevantes sobre este extraordinario avance sin olvidar que hay grupos sociales vulnerables, entre los que se encuentran mujeres en situación precaria, jóvenes en riesgo de exclusión, mayores o personas con discapacidad, que aún tienen dificultades para acceder a las ventajas de la tecnología.
“Si algo pone de relieve este informe es que las telecomunicaciones, durante estos últimos 25 años, han definido el rumbo de la sociedad digital en la que vivimos. En cambio, en este proceso de vertiginoso avance, algunos grupos sociales no han podido -y siguen sin poder- disfrutar de los beneficios que esta digitalización ofrece a la hora de encontrar un trabajo de calidad o simplemente desenvolverse en entornos cada vez más tecnológicos. Por lo que la inclusión digital sigue siendo el gran reto en el que debemos trabajar juntas empresas, entidades sin ánimo de lucro y Administraciones Públicas si queremos culminar este proceso de modernización de nuestro país”, afirmaba Daniel Morales, director de Sostenibilidad de Orange y de la Fundación Orange, durante la presentación del informe.
Por su parte, Silvia Alonso, directora de Transformación de Nae, ha explicado que “en redes de fibra nuestro país sigue ocupando un papel de claro liderazgo, con uno de los mercados más sofisticados del mundo. Hemos aprendido mucho como industria y conocemos los retos que están por resolver. Nos encontramos ante una oportunidad histórica: el papel que ocuparemos en los próximos 100 años dependerá de la visión que seamos capaces de ejecutar mañana”.
Digitalización de España
La transformación digital en España ha avanzado vertiginosamente durante este cuarto de siglo, lo que ha permitido al país situarse entre los líderes digitales europeos. En el periodo 2017-2022, España ha avanzado posiciones, llegando a ocupar la 7ª posición, situándose por delante de países como Francia (12ª), Alemania (13ª) o Italia (18ª).
La digitalización del país, gracias al impulso de las telecomunicaciones, ha contribuido en unos 7.500 millones de euros anuales al PIB nacional durante el periodo 2013-2018 fruto de las elevadas inversiones realizadas de forma continua por las empresas del sector que, desde 1998, han dedicado una inversión media anual que supera los 5.500 millones de euros.
Estas inversiones han permitido a España situarse entre los países con mejor conectividad. Así lo corrobora la OCDE que, en el caso del porcentaje de accesos de fibra respecto al total de accesos de banda ancha, sitúa a España en la 3ª posición mundial, solo superada por países históricos en el despliegue de esta tecnología como Corea del Sur y Japón.
A nivel de la UE, España lidera el ranking de países con mayor porcentaje de hogares que disponen de conexiones fijas de banda ancha de al menos 100 Mbps. Gracias al esfuerzo de los operadores de telecomunicaciones, España ha entrado en el top-3 de países con mejor conectividad de la UE.
Brecha digital existente
Si bien estas cifras reflejan un proceso de digitalización exitosa, hay algunos grupos sociales que, a pesar de estos múltiples avances, no pueden disfrutar de las ventajas que ofrece la tecnología. Tanto es así que solo el 64,2% de la población española cuenta con competencias digitales básicas.
Este porcentaje está aún lejos del objetivo planteado por la Comisión Europea en su programa hacia la Década Digital 2030: al menos el 80% de la población debe disponer de dichas competencias digitales básicas. Mejorar las competencias digitales de la ciudadanía es el mayor desafío para avanzar hacia una digitalización plena. Es por tanto necesario seguir generando oportunidades para que toda la ciudadanía pueda desarrollarlas, con independencia de su situación personal, social o profesional.
Si bien la brecha digital aún afecta algunos colectivos, los avances han sido considerables. La brecha digital entre el ámbito urbano y el rural ha pasado del 18% en 2004 al 4% en 2022. Esta reducción de la brecha, junto con el incremento de las velocidades de conexión en las zonas rurales, tiene un efecto positivo en la reducción de la despoblación de la zonas rurales de nuestro país.
En nuestro país, los usuarios diarios de internet han pasado del 16,1% en 2003 al 87,1% en 2022, lo que demuestra que el acceso a la red de redes es un hábito completamente integrado en la vida de la gran mayoría de la población española. La brecha digital en el acceso a internet en función de la edad se ha reducido de forma considerable en los últimos años, pasando de los 50,5 puntos en 2012 a los 18 puntos en 2022.
En el caso de los mayores de 74 años, la brecha respecto al porcentaje de usuarios global es muy superior, llegando a los 58 puntos en 2022. “Esta brecha tiene una dificultad añadida respecto al resto, y es que, más allá de dotar a los mayores de dispositivos o conectividad, la solución pasa por la capacitación en servicios digitales y hacerles ver las ventajas de su uso. De otro modo, es posible que la desconexión continúe”, añadía Daniel Morales.
Otra brecha de acceso que era muy evidente en los inicios de la digitalización de nuestro país, la de género, es ahora prácticamente inexistente. Si en los primeros años del siglo el porcentaje de hombres usuarios de internet superaba en 9 puntos al de mujeres, en 2022 no existe ninguna diferencia.
“No obstante, esto no quiere decir que la brecha de género haya desaparecido por completo. Todavía existen diferencias en ciertos usos y, especialmente, en la participación de la mujer en el diseño y construcción del universo digital, donde todavía son una minoría”, aclaraba Daniel Morales.
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