A veces nos parece que la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) no avanza lo rápido que debería, pero, por nuestra experiencia, si echamos la vista atrás, constatamos cómo ha ido ganando relevancia dentro de las empresas a lo largo del tiempo.
Si hace 40 años el número de compañías que publicaba sus informes de sostenibilidad era residual, hoy la mayor parte de las grandes empresas lo hace. Incluso, desde este año, están obligadas a instancias de la normativa europea a incorporar información no financiera en su informe anual integrado. A lo largo de estas cuatro décadas, CeGe ha producido más de 200 memorias de responsabilidad social. Si comparamos las primeras con las últimas podemos comprobar también cómo han evolucionado los procesos de edición y sus formatos de publicación a lo largo del tiempo.
Algo que ha permanecido invariable en todo este periodo es la exigencia, por parte de las empresas, de un absoluto rigor en los datos, la máxima fiabilidad en los timings y una alta calidad tanto en los contenidos como en el diseño y los acabados. Sin embargo, los datos que se incluyen son cada vez más dinámicos y cambiantes, y los informes se producen en muchos más idiomas y en mucho menos tiempo.
Asimismo, en la actualidad no se trata sólo de ofrecer cifras, sino que muchas empresas se han dado cuenta de que la memoria o informe anual es una excelente oportunidad para comunicar sus valores y acciones a sus grupos de interés, con lo que el contenido ha ido ganando en calidad con el transcurrir de los años.
Quizá el aspecto que más haya evolucionado sea el de los formatos de publicación. Cada vez es más habitual que las empresas encarguen impresiones de lujo para un colectivo determinado y ediciones más ligeras para otros públicos. Por supuesto, hay que resaltar que hemos pasado de la edición exclusivamente impresa a la publicación en nuevos formatos digitales y on-line, que hoy se concretan principalmente en microsites que permiten también difundir con mayor periodicidad el desempeño económico, social y medioambiental en los informes trimestrales.
El desarrollo de los programas informáticos de diseño y la expansión de la cultura audiovisual a nivel global han propiciado la potenciación de elementos gráficos como las infografías, capaces de mostrar como nunca antes los principales mensajes y resultados de una forma mucho más atractiva y comprensible.
La tecnología ha posibilitado asimismo disponer de herramientas de edición colaborativa que, entre otras ventajas, facilitan el trabajo directo con la empresa durante el proceso de producción de la memoria y permiten ir modificando los contenidos siempre que se considere oportuno, en todos los idiomas y soportes, reduciéndose de este modo el margen de error.
En cuanto al contenido, en los últimos tres años hemos sido testigos del alineamiento de las empresas con los ODS (Objetivos para el Desarrollo Sostenible) de la ONU, hoy tan asumidos como el cumplimiento del estándar de certificación GRI (Global Reporting Initiative).
“El informe anual es una excelente oportunidad para comunicar valores y acciones a los grupos de interés”
Natalia García, directora de Publicaciones y Contenidos de CeGe explica cómo ha cambiado la forma en la que las empresas producen sus informes de RSC.
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