Las nuevas generaciones son cada vez más reconocidas por su pasión, energía y ganas de cambiar al mundo. Los jóvenes de entre 18 y 30 años han entendido que sus trabajos pueden entrar en sintonía con sus pasiones. Son comprometidos, curiosos, disruptivos, no temen al fracaso y creen fervientemente en el impacto colectivo, características primordiales en un perfil emprendedor.
El desarrollo tecnológico junto con una creciente sensibilidad hacia factores medioambientales y sociales, hace que los jóvenes de hoy se aventuren con menos reservas a emprender. Es frecuente que muchos de sus intereses personales y aficiones terminen siendo la génesis de sus emprendimientos y eso es un factor clave para asegurar su éxito. Ya no piensan solo en resultados económicos sino en un impacto sistémico, y esa es razón suficiente para poner en marcha su propia empresa.
Las nuevas generaciones no solo buscan emprender, buscan emprender, innovar y ser parte del cambio que quieren ver en el mundo, sus ideas nacen dando respuestas a problemáticas que nos afectan a todos, y eso abre un nuevo paradigma dentro del mundo emprendedor. La idea más revolucionaria que nos traen hoy los jóvenes es la importancia del trabajo colaborativo y el impacto social: empresas, sector público y sociedad deben trabajar conjuntamente para generar un cambio positivo en su entorno a corto y largo plazo.
Estos nuevos emprendedores sociales miden su éxito de manera cualitativa: ¿A cuántas vidas está impactando esta iniciativa? ¿Somos económicamente sostenibles? ¿Hemos mejorado la sustentabilidad de esta industria? La creatividad es también un componente clave en los nuevos emprendedores para quienes dar una mirada distinta a problemáticas que persisten es casi una obsesión, proceso que se acelera notablemente con el desarrollo tecnológico y el trabajo en red.
Los jóvenes han revolucionado la idea del emprendimiento y la multitud de formas existentes para ponerlo en marcha. Emprender hoy no es solo crear tu propia empresa; es mucho más. Es llevar el liderazgo a otro nivel, es generar redes de contacto para aprender del intercambio y la conexión con otros, es fracasar y volver a intentarlo aprendiendo de todo el proceso, es reconocer la sabiduría de generaciones sénior y aprender de ellas.
Desde Impact Hub Madrid celebramos el liderazgo colaborativo de impacto social y acompañamos activamente estas iniciativas. Procuramos crear un ecosistema de actores que no solo facilite la creación de este tipo de emprendimientos, sino que se multiplique su impacto.
A lo largo de los últimos años hemos acompañado a cientos de jóvenes en su camino hacia el emprendimiento, generando programas de formación, aceleración y apoyo a proyectos con impacto. Programas como Blue BBVA Challenge, Creative Business Studio, Investment Ready Program, Global Goals Jam, convocan al sector júnior de la población para ser protagonistas y plantear soluciones a problemas que hoy afronta nuestra sociedad.
El emprendimiento con impacto social es el nuevo paradigma; la construcción de una sociedad más justa y con mayores oportunidades para todos es la nueva manera de crear el negocio. El impacto no puede ocurrir de forma aislada, se requiere una acción colectiva. Los jóvenes tienen mucho valor que aportar y desde entidades como Impact Hub los acompañaremos ofreciéndoles el apoyo y las herramientas necesarios para que puedan lograrlo.